Mujer de Samaria
Juan 4:1-42
¿Has tenido alguna vez verdadera sed? No hay nada como el agua para saciar la sed. A todas nos hace falta agua para vivir, y sabemos que sin el agua, no podríamos vivir por mucho tiempo. Jesús nos ofrece el agua de vida que satisface la sed del alma. Él es el único que puede hacerlo. Aquellos que confían en Cristo nunca necesitarán buscar satisfacción fuera de sí mismos, porque Jesús, el Agua Viva, vive en ellos, proveyendo toda necesidad emocional y espiritual. Los placeres de este mundo no pueden satisfacer los anhelos más profundos de nuestra alma.
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