¿QUIERES QUE DIOS CAMBIE TU VIDA?
Juan 15:4-5,8
El apóstol Pedro es muy conocido por sus espontáneos comentarios, y a veces, hasta por sus torpes observaciones… a través de los evangelios. Sin embargo, Pedro siempre andaba tras de Jesús. ¡Siempre quería estar con Él!
En la noche de la crucifixión de Jesús, Pedro lo siguió desde lejos. Pedro corrió hacia la tumba cuando supo que Jesús había resucitado. Pedro se tiró al mar en su afán por llegar a Jesús. Y hasta caminó en el agua para poder unirse a Él.
Capaz Pedro no dijera o hiciera siempre las cosas debidamente, pero él buscaba siempre la forma de estar con Jesús. Por eso, tantas veces, vemos a Pedro al lado de su Señor. Creciendo más y más como discípulo fiel.
EMPECEMOS EN ORACIÓN
Padre, gracias por tu presencia. Sopla tu Espíritu Santo en nosotras, y danos el discernimiento y la sabiduría para escuchar tu Palabra, y aplicarla a nuestras vidas. Señor, transfórmanos a la imagen de Cristo. Que su carácter se manifieste en nosotras.
Cómo Pedro, queremos estar siempre con Cristo, y en Cristo. Nada de valor podemos lograr, si no permanecemos en El. Úsanos Señor para tu reino y tu gloria. Háblanos, Señor. Somos toda oídos. En el nombre de Jesús, Amen.
¿No han sido estas últimas seis semanas lindas? Hemos estado concentradas en el fruto del Espíritu. La palabra FRUTO es usada sesenta-y-seis veces en el Nuevo Testamento. El fruto del Espíritu es tener el carácter de Cristo. Es poder cultivar el FRUTO del amor, el gozo, la paz, la paciencia, benignidad, bondad, fe, mansedumbre y templanza.
¡Así que! Ha llegado la hora de cerrar con broche de oro este maravilloso estudio del Fruto del Espíritu.
Parece imposible poder cultivar todas estas bellas virtudes, ¿no es cierto? ¡Y LO ES! Pero como ya vimos en estas últimas semanas, EN EL MOMENTO EN QUE TE VUELVES CRISTIANA, el Espíritu Santo comienza Su divina obra de producir el carácter de Cristo en ti. Sin importar quien seas, el Espíritu Santo trabaja ¡DEL MISMO MODELO! DE JESUCRISTO.
El Espíritu mira a Jesús para poder ver el prototipo de tu carácter. El Espíritu inmediatamente comienza a ayudarte a experimentar y a practicar EL MISMO AMOR, que Jesús tuvo, cuando entregó Su vida por Sus amigos.
El mismo gozo que experimentó Jesús ahora te llenará a ti. La misma paz, que guardaba el corazón de Jesús, aun mientras Él era azotado y burlado, será la misma paz que el Espíritu infundirá en ti. La paciencia que Jesús tuvo con Sus “discípulos – a veces tan lentos para aprender” será la paciencia que el Espíritu cultivará en ti.
La benignidad que Jesús le demostró a los niños, y a los pecadores, suavizarán tu corazón hacia otros. Habrá una bondad en ti, que solo se puede explicar, por la presencia del Espíritu de Dios. El Espíritu cultivará la misma fe en ti, que llevó a Jesús a ser completamente obediente a Su Padre.
Y por último, el Espíritu te enseñará dominio propio para que puedas tener la fortaleza PARA HACER LO CORRECTO, y resistir la tentación. Todo esto es tan natural como el crecimiento del fruto de un árbol. ¡No lo tienes que hacer tú misma! Comienza automáticamente en el momento en que te conviertes en una hija de Dios.
La rapidez, con que esto puede suceder, depende de cuan completamente te hayas entregado al Espíritu Santo. ¡Dios quiere que vivamos vidas fructíferas y productivas!
El título de este mensaje es ¿QUIERES QUE DIOS CAMBIE TU VIDA? Y está dividido en DOS PUNTOS: (1) Permanece en Cristo (2) Da Fruto.
Durante la vida de Jesús en esta tierra, la palabra que Él más usaba, cuando hablaba de Su relación con Sus discípulos era“SÍGUEME.” Y cuando Jesús estaba a punto de irse al cielo, Él les da una nueva palabra, que expresaba, de forma más íntima y espiritual, la unión entre Jesús y ellos. Esta palabra era PERMANECE. ¡PERMANECE EN MI!
ASÍ QUE COMENCEMOS CON EL PRIMER PUNTO…
I. Permanece en Cristo – Juan 15:4-5
4 Permanezcan en Mí, y Yo en ustedes. Así como el pámpano (es decir, la rama) no puede llevar fruto por sí mismo, si no permanece en la vid, así tampoco ustedes, si no permanecen en Mí.
5Yo soy la vid y ustedes los pámpanos. El que permanece en Mí, y Yo en él, este lleva mucho fruto; porque separados de Mí ustedes nada pueden hacer.
Muchas veces las cristianas ASUMIMOS, que la producción deL fruto es nuestra responsabilidad. Algo que tenemos que hacer EN GRATITUD por lo que Cristo ha hecho por nosotros. Nos esforzamos por producir fruto, sólo para caer.
Nos levantamos de nuevo, prometemos hacer mejor, probar de nuevo, y luego, continuamos con el mismo penoso ciclo de fracasos.Sin embargo, Jesús les dijo a Sus discípulos, que enfocaran toda su atención, en PERMANECER, en vez de PRODUCIR.
Jesús nos dio un retrato bien claro DE COMO NUESTRA RELACIÓN CON Él, DEBERÍA SER. Él es la Vid, que es la fuente de nuestra vida. Nosotros somos los pámpanos, que es el lugar donde se produce el fruto.
A lo que recibimos la vida de Cristo, el resultado natural, es que el fruto se produzca en nuestras vidas. Pero en nuestro celo por producir “resultados” para nuestro Señor, muchas veces, decidimos dar fruto a como dé lugar, y descuidamos nuestra permanencia en Cristo.
Sentimos que permanecer en Jesús no es muy productivo, o que nos quita mucho tiempo de nuestra producción del fruto. Sin embargo, Jesús dice, que no es nuestra actividad la que produce el fruto, ES NUESTRA RELACIÓN CON Él, la que produce el fruto.
La parábola de la Vid nos enseña la plenitud de nuestra unión con Cristo. Tan íntima es la unión entre la Vid y el pámpano, que cada uno ES NADA sin el otro. Cada uno vive completamente y solamente PARA EL OTRO.
Sin la Vid, el pámpano no puede hacer nada. Le debe a la Vid, el derecho a estar en el viñedo. Le debe su propia vida, y su productividad. Así que, nuestro Señor dice, “Separados de Mí ustedes nada pueden hacer.” La creyente solo puede agradar a Dios, CADA DÍA, en lo que hace a través del poder de Cristo, que vive en ella.
El fluir de la “savia de vida” del Espíritu Santo es su único poder para producir fruto. La creyente vive solo para Cristo, y depende de Él en todo momento. Nuestra permanencia en Jesús ES MÁS QUE UNA COMUNIÓN DE AMOR – es una comunión de vida.
Sin el pámpano, la Vid tampoco puede hacer nada. Una Vid, sin pámpanos, no puede dar fruto. Así como, la VidES INDISPENSAABLE para el pámpano, ¡ASÍ DE INDISPENSABLE ES EL PÁMPANO PARA LA VID!¡Así de maravillosa es la bondad de la gracia de Jesús! Así como Su gente depende de Él, Él se ha hecho ASÍ MISMO dependiente de ellos.
Sin Sus discípulos, JESUS NO PUEDE BENDECIR AL MUNDO. Él no puede ofrecerles salvación. Tan íntima es la unión entre la Vid y el pámpano, que cada uno NO ES NADA,SIN EL OTRO. Todo lo que la Vid posee le pertenece al pámpano. La Vid no recoge de la tierra su ESENCIA NI SU PROVECHO por sí misma.
Todo lo que tiene a su disposición, es a los pámpanos. Así como la Vid es el creador de los pámpanos,así también la Vid se subordina a los pámpanos. Y Jesús, a quien le debemos nuestra vida entera, SE HA ENTREGADO ASÍ MISMO, A NOSOTRAS, Y POR NOSOTRAS.
En Juan 17:22, Jesús le ora al Padre: “Yo les he dado la gloria que me diste.” Y en Juan 14:12, dice, “El que cree en Mí, hará también las obras que Yo hago. Y aún mayores obras hará, porque Yo voy al Padre.”
Toda la plenitud y todas las riquezas de Jesús, son para ti, Hermana, porque la Vid no vive para sí misma,ni se guarda para sí misma nada, sino que existe solo para los pámpanos. Todo lo que Jesús es en el cielo, Él es para nosotros. Como nuestro Representante, Jesús está de pie ante el Padre.
Y todo lo que el pámpano posee, LE PERTENECE A LA VID. El pámpano no existe para sí mismo, sino para dar el fruto, que proclama la excelencia de la Vid. Su razón de existir es de servir a la Vid. Es la bella imagen del llamado de la cristiana, y de su completa dedicación al servicio de Su Señor.
A lo que Jesús se entrega completamente a la cristiana, la cristiana siente el anhelo profundo de entregarse completamente a El. Cada fibra de su ser, cada momento de su vida, cada pensamiento y cada emoción, le pertenece a Jesús, PARA QUE DE EL, Y PARA EL, la cristiana de fruto.
¡La Vid es para el pámpano, y el pámpano es para la Vid! Nosotras solo necesitamos pensar y vivir, para la voluntad, la gloria, la obra, y el Reino de nuestro Señor – ¡PARA DAR FRUTO PARA LA GLORIA DE SU NOMBRE! ¡Y PARA BENDICIÓN DE OTROS!
PAUSA
¡Jesús les hizo una advertencia a Sus discípulos! Les advirtió que si alguno de ellos trataba de vivir su vida cristiana, aparte de una relación íntima con Él, DEJARÍA DE PRODUCIR RESULTADOS, QUE VALIERAN LA PENA.
Por eso, la obra que puedas estar haciendo AHORA PARA EL SEÑOR, puede dar la impresión de devoción, ¡PERO NO TIENE PODER! Ellos se afanarían por el reino de Dios, pero cuando pararan a considerar sus vidas, encontrarían solo aridez. A LO QUE SIRVES AL SEÑOR, SI QUIERES DAR FRUTO VERDADERO, ¡PERMANECE EN CRISTO!
Una de las cosas más dramáticas que Jesús hizo durante Su ministerio fue maldecir a la higuera por no producir fruto . ¿Te sientes cómoda permaneciendo en Jesús? ¿O te impacientas… por concentrarte en la obra que tienes que hacer?
Permanecer en Jesús NO ES OTRA COSA que entregarte completamente a Él para que Él te dirija, te enseñe y te guíe. ¡Fruto es lo que Cristo mismo busca! ¡Es lo que Él obra! Es lo que Él realmente le dará a la persona, que confía en Él. Cristo te dice, “Tú estás en Mi. Permanece en Mí, y darás mucho fruto.
Cuando Cristo les dio la Gran Comisión a Sus discípulos en Mateo 28:19-20 les dijo, “Vayan y hagan discípulos en todas las naciones, y bautícenlos en el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo.” Y añadió estas maravillosas palabras, “Yo estaré con ustedes todos los días, hasta el fin del mundo.”
Este mismo principio aplica a todos los siervos de Cristo hoy en día, como lo fue para los doce discípulos de esa época. Sin el sentir de la Presencia de Jesús, permaneciendo con ellos siempre, su predicación no tendría poder.
El secreto de su poder seria el testimonio vivo de que Jesucristo estaba con ellos en todo momento. Inspirándolos, dirigiéndolos, y fortaleciéndolos. Jesús les dio la valentía de predicar a Jesucristo Crucificado en medio de Sus enemigos. Ni por un momento, los discípulos lamentaron la ausencia física de Jesús.
Ellos tenían a Jesús con ellos, y dentro de ellos, en el poder del Espíritu Santo. La experiencia viva de la presencia de Jesús es elemental para predicar el evangelio. Pero si Su Presencia se empaña, nuestra obra se vuelve en un esfuerzo humano, sin la frescura y el poder de la vida divina de Cristo.
Cuando el famoso pastor sudafricano, Andrew Murray, estaba visitando Inglaterra en 1895, empezó a sentir un gran dolor en la espalda, debido a un accidente que había tenido en el pasado.
Mientras se recuperaba, la dueña de casa “donde se estaba hospedando,” le contó acerca de una señora que estaba teniendo un problema serio, y que quería saber si él tenía algún consejo para ella.
Murray le dijo, “Dele este papel, en el cual he estado escribiendo para poderme alentar a mí mismo. Pienso que le puede ayudar. Esto es lo que Murray había escrito: “En los momentos difíciles, di: Primero – Jesús me ha traído aquí. Es por Su voluntad que estoy en esta situación difícil. ¡En eso descansaré!
Segundo – Jesús me mantendrá en Su amor, y me dará la gracia, para comportarme como Su hijo, durante esta prueba. Tercero – Jesús hará que esta prueba sea una bendición, enseñándome las lecciones que Él quiere que yo aprenda, y que obre en mí, la gracia que piensa darme.
Y por último – En Su tiempo, Él me sacará de nuevo – ¿Cómo y cuándo? ¡Él lo sabe! Estoy aquí por cita divina, en Su cuidado, bajo Su instrucción, y en Su tiempo. Nosotras queremos la solución instantánea, el arreglo rápido, pero hay algunas cosas, que no podemos anularlas tan fácilmente. ¡Solo tenemos aceptarlas!
Jesús nos mantendrá en Su amor. Por Su gracia, podemos descansar en Él. Es difícil sobrellevar épocas de enfermedad y de sufrimiento. Pero confiemos en Jesús para que nos consuele, y nos ayude. David dice en el Salmo 31:15, “Mi vida está en Tus manos, Señor.” Y nosotras decimos, “¡Queremos permanecer en Ti siempre!”
¡ASÍ QUE! YA VIMOS LA BENDICION Y EL PODER DE PERMANECR EN CRISTO, AHORA VAYAMOS A NUESTRO PUNTO NO. II…
II. Da Fruto – Juan 15:8
Jesús dice, “En esto es glorificado mi Padre: en que lleven MUCHO FRUTO, y sean así mis discípulos.” La prueba de que eres discípulo de Jesús, ¡ES QUE PRODUCES FRUTO! Y en el versículo 16, Jesús continúa “Ustedes no me eligieron a Mí. Más bien, Yo los elegí a ustedes, y los he puesto para que vayan y lleven fruto.”
Dios quiere que produzcamos fruto – mucho fruto. Él quiere que seamos productivas.
LES VOY A DAR CUATRO CONDICIONES, QUE ESTAN DESCRITAS EN LA BIBLIA, QUE LAS AYUDARÁ A SER MÁS PRODUCTIVAS:
A. Cultiva Raíces
Si queremos ser fructíferas, debemos cultivar algunas raíces. Dios dice, que sin raíces, no habrá fruto.
Jeremías 17:7-8 dice…
”Pero bendito el hombre que confía en Mí, que soy el Señor, y que en Mi pone su confianza. 8 Ese hombre es como un árbol plantado junto a los arroyos; echa sus raíces junto a las corrientes, y no se da cuenta de cuando llega el calor, sus hojas siempre están verdes, y en los años de sequía, no se marchita ni deja de dar fruto.”
Este pasaje nos da una razón DEL POR QUÉ necesitamos raíces. Para sobrellevar los tiempos difíciles – tiempos de calor y sequía. Las raíces son el sustento de la planta, o del árbol. CUANDO EL ESTRÉS Y LA PRESIÓN DE LA VIDA ESTÁ FUERTE - en momentos como esos -¡NECESITAMOS TENER RAÍCES!
Por ejemplo, consideremos un árbol como el roble. Si colocáramos las raíces de un gran roble, de extremo a extremo, éstas se podrían extender por varios kilómetros. Por eso los robles son tan estables.
PAUSA
¿Te has dado cuenta, que algunas veces en la vida, tienes que vivir sin muchas de las cosas,o las comodidades a las que has estado acostumbrada? Puedes estar pasando por momentos de sequedad ahora. ¡ A lo mejor no tengas apoyo emocional! Puede que te falten amigas, o buena salud, o un trabajo, o estabilidad económica.
Puede que estés tratando de salir adelante con poco dinero, o poco tiempo, o poca energía.¿Cómo lidias tú con los períodos de sequía en tu vida? ¿Te marchitas? ¡TÚ NECESITAS TENER RAICES! si quieres salir adelante durante los tiempos de sufrimiento y dolor.
Cualquiera puede sobrevivir un día de sequedad. PERO SOBREVIVIR UN TIEMPO PROLONGADO DE ESTRÉS, ¡ES OTRA COSA!
Por ejemplo , si el “flujo de caja de tu empresa” no está bueno por un mes, probablemente digas,“Bueno, nos recuperaremos el mes entrante.” Pero si al final del segundo mes, las cosas no han mejorado, ENTONCES COMENZARÁS A PONERTE UN POQUITO NERVIOSA.
Para el tercer mes, ya te comienzas a asustar, y para el cuarto mes, a lo mejor hasta te deprimes, ¡SI NO TIENES ALGUNAS RAÍCES! ¿Cómo puedes cultivar raíces? Comienza memorizándote el Salmo 1:2-3:
“2 Que, por el contrario, se deleita en la ley del Señor, y día y noche medita en ella. Ese hombre es como un árbol plantado junto a los arroyos: llegado el momento de su fruto, y sus hojas no se marchitan. ¡ En todo lo que hace, prospera!”
El salmista habla aquí de una vida estable, ¡de una vida que tiene raíces! Él dice que raíces se desarrollan leyendo y meditando en la Palabra de Dios. ¡Así es como desarrollas raíces espirituales fuertes! Las raíces se extiendan profundamente en la tierra de la Palabra de Dios. Estas raíces te ayudarán a resistir las presiones, y las privaciones de la vida.
B. Elimina la Hierba Mala
Para ser productiva tienes que eliminar la hierba mala en tu vida. Jesús ilustra esto en la parábola del sembrador.
En Lucas 8:11, 14, leemos que la semilla es “La Palabra de Dios. 14 Las que cayeron entre los espinos (o sea en la mala hierba) son los que oyen, pero se alejan y son ahogados por las preocupaciones, las riquezas y los placeres de la vida, Y NO DAN FRUTO.”
Si tú quieres dar fruto, tienes que cultivar buenas raíces, y luego, eliminar la hierba mala. ¿Qué clase de hierba mala tienes en tu vida? Muchos tipos de hierba mala pueden amontonarse en tu vida, y ahogar tu vitalidad espiritual.
La hierba mala son las preocupaciones o los intereses que te roban de tu tiempo, energía, y dinero, y que no te dejan dar fruto espiritual. Algunas personas me dicen, “Yo no tengo tiempo para servir al Señor.” Ando muy ocupada.” Si eso es verdad en tu vida, entonces, ¡ESTÁS DEMASIADO OCUPADA!
Tienes que eliminar alguna mala hierba. Muchas cosas en la vida no son necesariamente malas. Simplemente NO SON NECESARIAS. A lo mejor necesitas simplificar tu horario un poquito, y eliminar la hierba mala.
Jesús menciona tres variedades de hierba mala. LA HIERBA MALA DE LA PREOCUPACIÓN, con sus cargas e inquietudes, que causan que quites tu mirada de Jesús. Filipenses 4:6 dice, “No se preocupen por nada. Que sus peticiones sean conocidas delante de Dios en toda oración y ruego, con acción de gracias.”
La fuente NO. 1 del estrés en tu vida, ¡NO ES EL TRABAJO! ¡ES LA PREOCUPACIÓN! El trabajo no te mantiene despierta por la noche. ¡Es la preocupación la que te mantiene despierta! Tu cuerpo no ha sido diseñado para lidiar con la preocupación.
Los doctores dicen que mucha de la gente enferma en el hospital, podría salir hoy mismo, si solo supieran como deshacerse de la culpabilidad, del resentimiento, y la preocupación.
La preocupación no puede cambiar tu pasado, y la preocupación no puede controlar tu futuro. ¡Todo lo que hace es malograr tu presente! Lo único que la preocupación cambia, ¡ES A TI! ¡Te deprime! ¡No te resuelve ningún problema! Dios te creó. Te salvó, y puso a Su Espíritu en ti. ¿No crees que Él puede encargarse de todo lo que necesitas?
¡Así que! ¡No te preocupes! Primero de Pedro 5:7 dice, “Descarguen en Él todas sus angustias, porque Él tiene cuidado de ustedes.” Dios se preocupa personalmente por ti, y se ocupa de todo lo que necesitas. Tú sabes exactamente cuáles son las cosas que te están estresando y preocupando. ¡Déjalas ir! ¡Dáselas al Señor!
También tenemos LA HIERBA MALA DE LAS RIQUEZAS – ESA OBSESIÓN POR GANAR MÁS DINERO PARA COMPRAR MÁS COSAS, pueden dominar tu vida TANTO, que no tienes tiempo para el Señor.
¡ASÍ MISMO! LA HIERBA MALA DEL PLACER – ANDANDO TRAS LA BUENA VIDA – puede ahogar tu crecimiento espiritual. Está bien que te diviertas, PERO TIENES QUE MANTENER TUS PRIORIDADES. Cuando la playa se vuelve más importante que tu Biblia, tus prioridades están desbalanceadas.
Considera esto: ¿Cuánto esfuerzo tienes hacer para que la hierba mala crezca? ¡NADA! ¿Qué necesitas hacer para cultivarla? ¡NADA! ¡Crece por si sola! ¡Por eso es hierba mala! Tus plantas de tomate requieren cuidado, ¿No es cierto? En cambio, ¡la hierba mala crece por dondequiera.
La mala hierba es un signo de descuido. Cuando tú descuidas leer tu Biblia, orar, y tener compañerismo con otros cristianos,la mala hierba crecerá y ahogará tu vida espiritual, IMPIDIÉNDOTE DAR FRUTO. Así que, si vas a dar fruto, tienes que profundizar y cultivar tus raíces. ¡Tienes que eliminar la mala hierba de tu vida!
C. Coopera con Dios
Si vas a ser una cristiana productiva, tienes que cooperar con la poda que Dios hará en tu vida. En Juan 15:1-2, Jesús dice, “Yo soy la Vid verdadera, y mi Padre es el labrador. Todo pámpano que en Mi no lleva fruto, lo quitará; y todo aquel que lleva fruto, lo limpiará para que lleve más fruto.”
Podar incluye cortar las ramas muertas, ¡y cortar las ramas vivas! Ambos son necesarios para darle forma al árbol, O LA VID, y estimular su crecimiento.
Cuando yo era chica, cada dos o tres años, venía la gente de la municipalidad, y podaba los árboles de nuestra calle. ¡WAC! ¡WAC! ¡Dejaban los árboles pelados! ¡Feos! ¡Sin ramas! ¡Nuestra calle se veía tan desairada!
Sin embargo, luego de varios meses, las hojas verdes comenzaban a salir, ¡y los árboles se volvían más frondosos y bellos que nunca! ¡Eso es lo que una buena poda hace!
Los podadores profesionales dicen, que mucha gente, es un POCO TIMIDITA cuando se trata de podar. Yo pensaba que podar era cortar suavemente solo las ramitas muertas. ¡PARA NADA! Las partes vivas también tienen que salir – las ramas, las hojas, las flores. ¡TODO!
ESTE ES MI PUNTO: Muchas de nosotras pensamos, que cuando Dios nos poda, El debería cortar SOLO las cosas que no sirven… las cosas pecadoras y superficiales de nuestras vida. ¡SI! El hace todo eso, pero El también corta todo aquello que es vivo y bueno.
Por ejemplo: ¡Un negocio que está funcionando bien… una relación agradable… la buena salud! Algunas de estas cosas tendrán que ser podadas para dar mayor fruto. NO ES SOLO LO QUE NO SIRVE, lo que tiene que salir. Sino Dios también poda las cosas buenas, para hacerlas más BELLAS todavía.
NO ES SIEMPRE AGRADABLE, pero una buena poda es esencial para crecer espiritualmente. ¡NO ES ALGO OPCIONAL!
Recuerda que Dios se glorifica cuando damos “mucho fruto,” y eso requiere una buena poda. Debemos de recordarque las tijeras de podar están en las manos de un Dios amoroso. Él sabe lo que está haciendo. ¡Y quiere lo mejor para nosotras!
Si eres cristiana, ¡serás podada! ¡Cuenta con eso! Puede que estés siendo podada en este mismo momento, y puede que la poda NO SEA SOLAMENTE de las cosas que no son buenas. Dios corta las ramas, que nosotras sentimos que son productivas, para que produzcamos más fruto todavía.
NOSOTRAS CREEMOS QUE ESTAMOS PRODUCIENDO FRUTO, Y NOS QUEDAMOS PERPLEJAS, Y HASTA FRUSTRADAS, por las podas de Dios. Le preguntamos, “¿Por qué estás haciendo esto, Dios? Yo te he entregado mi negocio, pero mi negocio se está hundiendo.
Te he encomendado mi salud, pero me tienen que internar al hospital la semana entrante. He estado diezmando fielmente, sin embargo, me estoy yendo a la quiebra.”
PAUSA
Hace tiempo vi un programa de televisión acerca de plantas interiores, en qué el especialista le sugería a los televidentes a que le hablaran a sus plantas para ayudarlas a crecer. ¡Para darles estima personal! decía él. Imagínate a ti misma diciéndole a tu planta, “Eres una buena plantita. Oooo, ¡Mírate no más! ¡Se te ve de lo más bien!
Ahora imagínate hablándole a la planta, ¡QUE ESTAS PODANDO!“Esto me duele más a mí, que a ti.” ¡WAC! ¡”Me darás las gracias más adelante!” ¡WAC!“¡Es por tu propio bien, HIJITA! Ahora imagínate a la planta contestando, “Tú no me quieres. He trabajado bien duro para producir estas flores.”
¿No es así como le hablamos a Dios cuando nos está podando? ¿Ya no me amas, Señor? ¿No te importa cómo me siento? ¿No ves lo que estoy pasando? Y pensamos que Dios está molesto con nosotras. ¡NO! ¡Él no está molesto!
Uno de los grandes errores, que las cristianas cometemos, es de confundir una poda con un castigo.¡Una poda NO ES un castigo! ¡Así que no compares a los dos! ¡Dios no está molesto contigo! Simplemente, Él te ve como alguien que puede dar más fruto. ¡Alguien que tiene el potencial para ser excelente!
¡Alguien que Él quiere que sea más fructífera! ¡Así que! Él poda hasta las cosas con que te ha estado bendiciendo. ¿Has perdido tu trabajo? No te preocupes. Dios tiene una mejor idea. ¡EL VÉ LO QUE TÚ NO PUEDES VER!
¿Cómo nos poda Dios? El usa los problemas, las presiones, y hasta las personas... ¡Y SI QUE USA A LAS PERSONAS! La gente te criticará y te desafiará. Te cuestionará y dudará de ti. Dios está usando a esta gente para podarte. Dios puede usar toda situación en tu vida para ayudarte a crecer, ¡si es que tienes la actitud correcta!
Dios puede usarlo todo – los problemas que tú misma te creas, una gran desilusión, problemas económicos, una criatura rebelde, la muerte de un ser querido. El usa todas estas cosas, como parte del proceso de poda para hacerte aún más fructífera.
Hebreos 12:11 dice, “Claro que ninguna disciplina nos pone alegres al momento de recibirla, sino más bien tristes.” Pero el autor de Hebreos, también dice, “Pero después de ser ejercitados en ella, nos produce un fruto apacible de justicia.” Dios hace esto para nuestro bien, y además, para Su gloria.
Como la disciplina, UNA PODA ES DESAGRADABLE. ¡No es cosa de broma! Pero es para tu beneficio futuro. El propósito de una poda es positivo. ¡Dios no está molesto contigo! Romanos 8:1 dice, “No hay ninguna condenación para los que están unidos a Cristo Jesús.”
¿Puede la poda de Dios no producir fruto? Claro que puede, ¡SI NO COOPERAMOS CON ÉL! Si nos resistimos, nos rebelamos, nos quejamos, o nos resentimos, nuestro carácter no desarrollará de la forma como Dios quiere.
Dios quiere producir en tu vida las cualidades del amor, gozo, paz, paciencia, benignidad, bondad, fe, mansedumbre y templanza permitiendo que te enfrentes a las situaciones y la gente que tienen exactamente las cualidades opuestas. Él te enseña a amar, poniéndote junto a gente desagradable.
Él te enseña gozo en medio del dolor. Él te enseña paz permitiendo las irritaciones alrededor tuyo. Él te enseña paciencia, permitiendo las cosas que te frustran. Dios usa todas estas cosas para hacerte más productiva, ¡PERO TU TIENES QUE COOPERAR CON EL!
D. Espera la Cosecha
Si quiero que mi vida sea productiva, necesito cultivar buenas raíces, eliminar la mala hierba, y cooperar con la poda de Dios, agradeciéndole y alabándolo -- a lo que espero por la cosecha. ¡Crecer toma tiempo! El crecimiento no es instantáneo. A Dios le toma dos días para hacer un hongo, pero Él se toma sesenta años para hacer un roble.
¿Qué prefieres? ¿Ser un hongo o un roble? ¡Crecimiento toma tiempo! Cuando tú examinas tu crecimiento espiritual, tal vez te preguntarás, ¿Por qué me estoy demorando tanto en cambiar? He sido cristiana por dos años, y no veo gran cambio en mí. Sigo luchando con las mismas debilidades. ¿Por qué?
Porque el crecimiento espiritual, como el crecimiento natural, toma tiempo. La mejor fruta MADURA LENTAMENTE. Noten lo que Jesús dice en Juan 12:24, hablando de Su muerte, AUNQUE EL PRINCIPIO QUE ÉL DECLARA AQUI, aplica a nosotras también.
Él dice, “De cierto, de cierto les digo que, si el grano de trigo no cae en la tierra y muere, se queda solo; pero si muere, lleva mucho fruto.” Cuando Jesús dice, De cierto, de cierto les digo,” Él está diciendo, “ ¡Escuchen bien! ¡Presten atención! ¡Sintonicen! ¡Esto es bien importante!
El punto que Jesús recalca aquí es que la muerte precede a la vida. Así como un grano de trigo tiene que morir para producir fruto, así mismo, NOSOTRAS tenemos que morir a nosotras mismas para poder crecer espiritualmente.
MORIR A NUESTRO EGOÍSMO, ¡toma tiempo! Cristo va a producir fruto en nuestra vida, si es que permanecemos en Él. Recuerden que la palabra clave aquí es PERMANECER.
Permanecer en Cristo significa estar en contacto con El, depender de Él, vivir para El, y confiar que El hará Su obra en nuestras vidas en Su tiempo perfecto. ¡Así que! ¡No te des por vencida! ¡Sigue adelante! Espera la cosecha que Dios te promete, y mientras tanto, goza de Su Presencia en tu vida.
¿Estás viendo fruto espiritual en tu vida ? A lo mejor necesitas memorizarte el fruto del Espíritu en Gálatas 5:22-23. “Amor, gozo, paz, paciencia, bondad, benignidad, fe, mansedumbre y templanza.”
REFLEXIONA EN LAS CUALIDADES QUE HAS VISTO EN LA VIDA DE JESÚS. Y cuenta con ÉL, para que las produzca en ti, por medio de la obra de Su Espíritu Santo. Si no estás viendo mucho fruto en tu vida, EN ESTOS MOMENTOS, no te desesperes. ¡Recuerda que el crecimiento toma tiempo!
ORÉMOSLE AL SEÑOR
Padre, gracias que nos has puesto en las escrituras al apóstol Pedro, como ejemplo, de un hombre que siempre quería estar con Jesús. Que gracias a su permanencia con Jesús, se volvió en un discípulo fiel. ¡Dio mucho fruto! Señor, nosotros también queremos mucho fruto.
Padre, queremos cultivar raíces profundas leyendo tu Palabra todos los días. Queremos eliminar la hierba mala de nuestra vida, que consume nuestro tiempo y energía, y no nos deja hacer Tu voluntad. Queremos cooperar contigo durante los tiempos de poda, agradeciéndote y alabándote, y esperando ansiosamente el día de la cosecha.
Padre, gracias que no es nuestra responsabilidad el producir el fruto. Que Jesús lo hace todo, siempre y cuando, permanezcamos en El. Y a lo que permanecemos en Él, haznos bendición para otros. En el nombre de Jesús, Amen.