El Gran Escape, El Gran Noviazgo

Rut 3-4

EMPECEMOS EN ORACION.

Padre, gracias por tu Palabra. Es nuestro pan de cada día. Nos alimenta, nos enseña, nos exhorta, nos consuela y nos da sabiduría. Queremos dejar de lado todos nuestros problemas y preocupaciones, y concentrarnos en tu Palabra. Tú te mereces toda nuestra atención.

Háblanos Señor, tus siervas te escuchan. Derrama tu Espíritu Santo para que ilumine tu Palabra, para que entendamos lo que nos quieres decir, y la apliquemos a nuestras vidas. Transfórmanos, Señor. En el nombre de Jesús, Amén.

En el primer capítulo de Rut, vimos “El Gran Escape” cuando Elimélec, su esposa Noemí, y sus dos hijos dejan Belén y se mudan a Moab. Los diez años que pasan en Moab resultan un desastre. Tres viudas. Tres funerales.

En el segundo capítulo, vimos la bendición de Dios en “El Gran Romance” de Rut y Booz, y ahora, en los capítulos 3-4 veremos “El Gran Noviazgo” de esta linda pareja. Este pequeño libro revela la providencia de Dios en la forma como El dirige a Rut y a Noemí.

Este Libro nos muestra la bella obra de salvación de Dios. La historia comienza con Rut, como extranjera, como extraña en Belén, pero termina con Rut como parte de la comunidad del pueblo de Dios, porque ella se casa con Booz, su redentor.

La semana pasada vimos como Dios estaba en control de los asuntos en las vidas de las dos viudas… de Rut y Noemí. Con respecto a la ley israelita, cuando un agricultor cosechaba su cosecha, no podía mandar a sus trabajadores, por segunda vez, a recoger las espigas de grano, que los segadores habían dejado caer.

Debían dejarlos para los pobres, que seguían a los segadores y cogían el grano que podían. Por eso Rut va a recoger espigas para conseguir comida para ella y Noemí. Aunque Rut no lo sabía, el campo a donde ella va a trabajar pertenecía al pariente del difunto esposo de Noemí. El nombre del pariente era Booz.

Booz había escuchado de la bondad de Rut hacia Noemí, y busca maneras de recompensarla. Le da comida y agua, la protege de los muchachos del lugar, y se asegura que los segadores dejaran deliberadamente granos extras para que ella los recogiera.

Por medio de la bondad de Booz, y de su propio esfuerzo en el trabajo, Rut lleva a su casa mucho más grano de lo que ella misma esperaba. Cuando Noemí escucha la historia, ella se da cuenta que Dios estaba dirigiendo los eventos de sus vidas.

Le dice a Rut que el hombre que había sido tan bondadoso con ella era el pariente cercano de su difunto esposo, y que él podía redimirlas.

ASI QUE COMENCEMOS CON EL CAPITULO 3 DE RUT VV. 1-5

Un día su suegra Noemí le dijo:—Hija mía, ¿no debiera yo buscarte un hogar seguro donde no te falte nada? 2 Además, ¿acaso Booz, con cuyas criadas has estado, no es nuestro pariente? Pues bien, él va esta noche a la era para aventar la cebada.

En esa época, trillar y cosechar eran empresas cooperativas. Los hombres del pueblo se turnaban para usar la era de trillar. Esta era una plataforma elevada que quedaba, generalmente, en una colina a las afueras de la ciudad.

Los hombres ponían los manojos en la era, y luego, separaban el grano golpeando los tallos. Una vez que separaban el grano, los trabajadores aventaban el grano en el aire, y la brisa se llevaba la cizaña, y el grano caía al suelo. Luego apilaban el grano para venderlo, o para almacenarlo.

Noemí le dice a Rut… 3 Báñate y perfúmate, y ponte tu mejor ropa. Baja luego a la era, pero no dejes que él se dé cuenta de que estás allí hasta que haya terminado de comer y beber.

4 Cuando se vaya a dormir, te fijas dónde se acuesta. Luego vas, le destapas los pies, y te acuestas allí. Verás que él mismo te dice lo que tienes que hacer. 5 —Haré todo lo que me has dicho —respondió Rut.

Estoy segura que habrían otros hombres que se hubieran casado gustosamente con Rut, pero ellos no hubieran podido redimirla. Solo un pariente cercano podía hacerlo. Y Booz era ese pariente.

Como Noemí sabía que Booz estaría usando la era para aventar la cebada esa noche, y se quedaría haciendo guardia para cuidar el grano, hace que Rut se preparara para encontrarse con él.

(1)RUT SE BAÑA. Noemí le estaba diciendo a Rut que actuara como una novia que se está preparando para su boda. Si queremos entrar en una relación más íntima con nuestro Señor, 2 Corintios 7:1 dice, “Purifiquémonos de todo lo que contamina el cuerpo y el espíritu, para completar en el temor de Dios la obra de nuestra santificación.”

En el Antiguo Testamento, los sacerdotes que se acercaban a la presencia de Dios en pecado, estaban en peligro de muerte. Los judíos estaban muy conscientes de la necesidad de santidad cuando se acercaban a adorar a Dios.

Sin embargo, hoy en día, los cristianos se acercan a la presencia de Dios sin limpiarse del pecado que les roba la bendición. Por eso nuestra adoración es, muchas veces, una rutina vacía, y no hay poder en nuestros encuentros con Dios.

(2)RUT SE PERFUMA. La gente del medio oriente usaba aceites fragrantes para proteger y curar sus cuerpos; y por supuesto, para oler bien. El ungüento de aceite nos habla de la presencia y obra del Espíritu Santo en nuestras vidas.

Y (3)RUTA SE CAMBIA DE ROPA. Rut debía quitarse la ropa de luto y ponerse su vestido de novia. Probablemente Rut no tendría un ropero lleno de ropa, pero me imagino que tendría algún traje bonito para ocasiones especiales. Noemí estaba segura de que Rut se casaría pronto.

En las Escrituras, la ropa tiene un significado espiritual. Cuando nuestros primeros padres pecaron contra Dios, ellos trataron de cubrirse con hojas de higuera; pero solo Dios los podía cubrir, y vestirlos apropiadamente. Él tuvo que derramar la sangre de un animal inocente para poder hacerlo.

La salvación de un hombre y de una mujer es descrita en la Biblia como un cambio de ropa, y la vida cristiana significa quitarse la ropa de muerte o de la “vieja naturaleza,” y ponerse las ropas de la gracia de Dios, o sea, de la “nueva naturaleza.”

4 Cuando se vaya a dormir, te fijas dónde se acuesta. Luego vas, le destapas los pies, y te acuestas allí. Verás que él mismo te dice lo que tienes que hacer. 5 —Haré todo lo que me has dicho —respondió Rut.

Rut se prepara para encontrarse con Booz, aprendiendo como tenía que hacerlo. No había nada impropio en este procedimiento porque esa era la única forma en que ella se podía ofrecer al redentor. Ella tenía que ponerse a los pies del señor de la cosecha, y él, se ocuparía del resto.

Supongamos que en el camino a la era, Rut hubiera decidido acercarse a Booz de otra manera. ¿Por qué postrarte a los pies del hombre con quien te quieres casar? ¿Para qué destaparle los pies y pedirle que te redima? ¡Tendría que haber otra manera de hacerlo!

Si ella hubiera usado otra forma de acercarse, Booz se hubiera pegado una tremenda confundida, y el plan hubiera fracasado. Los sacerdotes del Antiguo Testamento sabían perfectamente, como acercarse a Dios, porque este les había dado las instrucciones en la Ley de Moisés.

En el Nuevo Testamento también sabemos cómo acercarnos a Dios porque Su Palabra nos dice lo que se requiere. Cristo es muy claro en Juan 14:6, “Yo soy el Camino, la Verdad, y la Vida, y nadie llega al Padre si no es por Mí.” Nadie puede acercarse al Padre si no acepta a Jesucristo, como Su Señor y Redentor.

Las cristianas tenemos que adorar a Dios en espíritu y en verdad. Jesús nos dice en Juan 4:24, “Dios es espíritu, y quienes lo adoran deben hacerlo en espíritu y en verdad.”

Rut le dice a Noemí, “Haré todo lo que me has dicho.” Ella no solo escuchaba la palabra, pero también la hacía. El deseo de obedecer al Señor es el secreto de conocer lo que Él quiere que hagamos, y de recibir Su bendición, cuando lo hacemos.

La voluntad de Dios no es como un buffet donde podemos escoger lo que queremos y dejar lo que no queremos. “Dejaré la zanahoria porque no me gusta, pero me comeré este suflé de alcachofas, que se ve delicioso.” ¡NO! Dios espera que aceptemos todo lo que El planea para nosotras, y que lo obedezcamos plenamente.

6 Y bajó a la era e hizo todo lo que su suegra le había mandado. 7 Booz comió y bebió, y se puso alegre. Luego se fue a dormir detrás del montón de grano. Más tarde Rut se acercó sigilosamente, le destapó los pies y se acostó allí. 8 A medianoche Booz se despertó sobresaltado y, al darse vuelta, descubrió que había una mujer acostada a sus pies.

9 — ¿Quién eres? —le preguntó. —Soy Rut, su sierva. Extienda sobre mí el borde de su manto, ya que usted es un pariente que me puede redimir.

En otras palabras, ella le estaba diciendo, “Cumple la obligación de tu difunto hermano Elimélec, y da un hijo que lleve adelante el nombre de la familia.” Básicamente, Rut le estaba proponiendo matrimonio.

¡Uuuuy yu yuy! Booz estaría encantado con la propuesta. Él estaba enamorado de Rut. Booz estaba gratamente sorprendido de que ella se hubiera interesado en él, ya que él era un hombre mayor. Booz era probablemente uno de los solteros más codiciados de Belén.

Muchas mujeres lo deben de haber invitado para que conociera a sus hijas, pero Booz nunca había encontrado una que le interesara. Pero ahora conoce a esta chica Rut, y no solo le gusta, sino que ella le estaba proponiendo matrimonio. ¿Qué les parece?

10 —Que el SEÑOR te bendiga, hija mía. Esta nueva muestra de lealtad de tu parte supera la anterior, ya que no has ido en busca de hombres jóvenes, sean ricos o pobres. 11 Y ahora, hija mía, no tengas miedo. Haré por ti todo lo que me pidas. Todo mi pueblo sabe que eres una mujer ejemplar.

¿Por qué no esperó Rut a que Booz le propusiera matrimonio? Parece que él creía que ella hubiera preferido casarse con uno de los solteros jóvenes de Belén. Booz era un hombre mayor – probablemente contemporáneo de Noemí – y Rut era una chica joven.

Segundo, la razón principal, la vemos en los VV 12-13,

12 Ahora bien, aunque es cierto que soy un pariente que puede redimirte, hay otro más cercano que yo. 13 Quédate aquí esta noche. Mañana, si él quiere redimirte, está bien que lo haga. Pero si no está dispuesto a hacerlo, ¡tan cierto como que el SEÑOR vive, te juro que yo te redimiré! Ahora acuéstate aquí hasta que amanezca.

Booz le dice a Rut que había otro pariente más cercano que él, que tenía la primera opción sobre Rut y la propiedad. Aparentemente, Booz había estado esperando que el otro actuara. Pero como Rut fuerza la situación, ahora Booz podía acercarse al pariente más cercano, y dejar que él decidiera.

14 Así que se quedó acostada a sus pies hasta el amanecer, y se levantó cuando aún estaba oscuro; pues él había dicho: «Que no se sepa que una mujer vino a la era.»

Rut escucha todo lo que Booz le dice, y lo hace. En las respuestas de Booz a Rut, podemos ver como el Señor nos responde cuando buscamos tener una relación más íntima con El. Así como Booz le habla a Rut, así Dios nos habla en Su Palabra.

DIOS NOS ACEPTA. Booz podía haber rechazado a Rut, pero en su amor por ella, él la acepta. Hasta la llama “mi hija” y la bendice. Nuestro Padre Celestial, y Jesús, nuestro Redentor, están buscando una relación más íntima con nosotras, y nosotras no debemos de tener miedo de acercarnos a Él, y compartir Su amor.

Santiago 4:8 dice: “Acércate a Dios y Él se acercará a ti.” Si solo pudiéramos comprender el gran amor que Jesucristo tiene por nosotras, nos encantaría estar más en Su presencia.

DIOIS NOS DA SEGURIDAD. Booz le dice a Rut que no tuviera miedo. En la oscuridad de la medianoche, Rut no podía ver la cara de Booz, pero ella podía escuchar su voz, y su voz le estaba hablando palabras de amor y seguridad. “No tengas miedo.”

Nuestra seguridad no está en nuestras emociones o en nuestras circunstancias, sino en la Palabra de Dios. “No tengas miedo,” son las palabras de seguridad que Dios “le dio” a muchos de sus siervos en la Biblia, y nos las da a nosotras también.

Booz no solo calma el miedo de Rut, sino que también le hace una promesa para el futuro. “Haré por ti todo lo que me pidas.” Todo lo que Dios comienza, Él lo termina, y lo que El hace, lo hace bien. Ya Rut había hecho todo lo que ella podía hacer. No era su obligación hacer lo que solo Booz podía hacer.

Lo que Noemí pensaba que sería un procedimiento muy simple se complica un poco porque había en Belén OTRO que era un pariente más cercano todavía.

Booz le confiesa ese problema a Rut porque él no quería que ella se regresara a la casa con falsas esperanzas en su corazón. La preocupación de Booz era la redención, aún si eso significara que otro redentor lo tuviera que hacer. ¡Ese es verdadero amor!

Cuando veo esto, como un retrato de nuestra redención en Cristo, me admira como Dios cumple Su propia Ley cuando El lleva a cabo nuestra redención en Cristo. Su Ley dice en Ezequiel 18:4, “La persona que peca, morirá.” Dios no buscó una forma de zafarse de esto.

Por supuesto, no había otro Redentor que podía redimir a un mundo perdido. Pedro dice en Hechos 4:12, “En ningún otro hay salvación, porque no hay bajo el cielo otro nombre dado a los hombres mediante el cual podamos ser salvos.”

15 Luego Booz le dijo:—Pásame el manto que llevas puesto y sosténlo firmemente. Rut lo hizo así, y él echó en el manto veinte kilos de cebada y puso la carga sobre ella. Luego él regresó al pueblo.

16 Cuando Rut llegó a dónde estaba su suegra, ésta le preguntó: — ¿Cómo te fue, hija mía? Rut le contó todo lo que aquel hombre había hecho por ella, 17 y añadió:—Me dio estos veinte kilos de cebada, y me dijo: "No debes volver a tu suegra con las manos vacías."

Durante sus días en que recogía espigas, Rut recibe un trato muy bueno y generoso de Booz. Ahora Booz le llena el manto con una gran cantidad de grano. Booz no solo calma el miedo que Rut sentía, sino que le da seguridad para su futuro.

Ella no le había pedido nada, pero él le da el grano porque la amaba. Él estaba a punto de casarse con ella, y no quería que su novia estuviera recogiendo espigas en los campos como una pobretona.

Rut le muestra a Noemí el generoso regalo que Booz le había hecho. Un hombre que le manda un generoso regalo a la futura suegra, es definitivamente, un buen partido para la chica.

Ya Noemí no podía decir que sus manos estaban vacías. Ahora estaban llenas por la gracia de su pariente cercano… de su redentor. La fe y la obediencia de Rut habían traído transformación completa a sus vidas.

18 Entonces Noemí le dijo: —Espérate, hija mía, a ver qué sucede. Porque este hombre no va a descansar hasta dejar resuelto este asunto hoy mismo.

Es por medio de la fe y la paciencia que heredamos las promesas de Dios. Como Noemí y Rut tenían fe de que Booz cumpliría su promesa, ellas esperan pacientemente hasta recibir las buenas noticias de que Rut sería una novia.

El Salmo 37:5 dice, “Encomienda al Señor tu camino, confía en El, y El actuará.” Debo de confesar que esperar es una de las cosas más difíciles para mí. ¡Quiero todo ya! No me gusta esperar. Aunque estoy aprendiendo. Cada vez que tengo que esperar, el Salmo 46:10 se me viene a la mente, donde Dios me dice, “Estate quieta y reconoce que Yo soy Dios.”

Booz estaba ocupado obrando por Rut, y Noemí estaba confiada que él no descansaría hasta dejar el asunto resuelto.

A mí me encanta saber que Jesucristo está obrando todo el tiempo por mí… y por ti. Que está intercediendo por nosotras en el cielo. Y que nos está conformando a Su voluntad.

Y ESTO NOS LLEVA AL CAPITULO 4:1-6

4 Booz, por su parte, subió hasta la puerta de la ciudad y se sentó allí. En eso pasó el pariente redentor que él había mencionado. —Ven acá, amigo mío, y siéntate —le dijo Booz. El hombre fue y se sentó. 2 Entonces Booz llamó a diez de los ancianos de la ciudad, y les dijo: —Siéntense aquí. Y ellos se sentaron. 3 Booz le dijo al pariente redentor:

—Noemí, que ha regresado de la tierra de Moab, está vendiendo el terreno que perteneció a nuestro hermano Elimélec. 4 Consideré que debía informarte del asunto y sugerirte que lo compres en presencia de estos testigos y de los ancianos de mi pueblo.

Si vas a redimir el terreno, hazlo. Pero si no vas a redimirlo, házmelo saber, para que yo lo sepa. Porque ningún otro tiene el derecho de redimirlo sino tú, y después de ti, yo tengo ese derecho. —Yo lo redimo —le contestó. 5 Pero Booz le aclaró:

—El día que adquieras el terreno de Noemí, adquieres también a Rut la moabita, viuda del difunto, a fin de conservar su nombre junto con su heredad. 6 —Entonces no puedo redimirlo —respondió el pariente redentor—, porque podría perjudicar mi propia herencia. Redímelo tú; te cedo mi derecho. Yo no puedo ejercerlo.

En tiempos antiguos, la puerta de la ciudad era la corte oficial donde se llevaban a cabo las transacciones judiciales en la presencia de los ancianos. Cuando Booz llega a la puerta, reúne a diez ancianos, o diez de los líderes, para que presenciaran la transacción.

En ese momento se aparece el pariente cercano. ¿Qué coincidencia, no? Esta es otra evidencia de la providencia de Dios. Así que Booz lo llama.

No todo el mundo podía cumplir las obligaciones de un redentor. Para comenzar, tenía que ser un pariente cercano. Este era el mayor obstáculo que Booz tenía que superar porque había otro hombre en Belén, que era un pariente más cercano a Rut, que él.

Cuando vemos que Booz es un tipo de Jesucristo, nos recuerda que Jesús tuvo que volverse relacionado a nosotras antes de que nos pudiera redimir. Él era Dios… Él era Espíritu. Y se hizo carne y hueso para poder morir por nosotras en la cruz.

Hebreos 2:14-15 dice, “Ya que ellos son de carne y hueso. El también compartió esa naturaleza humana para anular, mediante la muerte, al que tiene el dominio de la muerte – es decir, al diablo.”

Cuando Cristo vino al mundo y nació como ser humano, Él se hizo nuestro pariente cercano; y El seguirá siendo nuestro pariente para toda la eternidad. ¡No hay amor más grande que éste!

Para calificar, el redentor tenía que poder pagar el precio de la redención. Rut y Noemí eran muy pobres para poder redimirse así mismas, pero Booz tenía los medios necesarios para liberarlas.

Cuando se trata de la redención de pecadores, nadie más que Jesucristo era lo suficientemente rico para pagar el precio. Obviamente, él pago de dinero nunca podrá salvar a los pecadores. Es solo el derramamiento de la sangre de Jesús, del Hijo de Dios, que ha podido lograr la redención del mundo.

1 Pedro 1:18-19 dice, “Ustedes fueron rescatadas… El precio no se pagó con cosas perecederas, como el oro y la plata, sino con la preciosa sangre de Cristo, como de un cordero sin mancha y sin defecto.” Hemos sido redimidas con la sangre de Cristo, porque Él se dio por nosotras, y compró nuestra redención eterna. ¡El pagó el precio!

Desde nuestro punto de vista, la salvación es GRATIS. Como dice Hechos 2:21, “Todo el que invoque el nombre del Señor será salvo.” PERO DEL PUNTO DE VISTA DE DIOS, la redención salió carísima. ¡Nuestro Redentor pagó con Su vida!

Pero también había otro requisito. El redentor tenía que querer redimir. Como vemos aquí, el pariente más cercano no quiere redimir a Rut. La rechaza. Eso hace que Booz pueda comprar la propiedad… y la esposa. El pariente cercano tenía el dinero, pero no la motivación. Tenía miedo de arriesgar su propia herencia.

De muchas maneras, Rut no era deseable. Rut era pobre; peor, era pagana; peor aún, era forastera; y lo peor de todo, es que era Moabita. Ningún hebreo respetable, deseando mantener su raza pura, en vista de la venida de Cristo, querría manchar su genealogía con una esposa moabita, ni contaminar a sus hijos con sangre moabita.

Pero Booz lo hace. El mira a Rut, y se enamora de ella. El otro pariente estaba deseoso de comprar la tierra hasta que se entera que Rut era parte del paquete, y es ahí cuando decide retirarse.

¡Qué alivio para Booz! ¡Que felicidad! Ahora Rut podía ser su esposa. ¡Qué maravilla que Cristo no nos rechazó! ¡Qué nos quiso redimir a cualquier precio! ¡Y el precio fue Su propia vida!

Noten que el pariente cercano trata de proteger su nombre y su herencia. Sin embargo, la Biblia ni menciona su nombre, ni lo que le pasa su familia. En cambio, Booz toma un riesgo de amor y obediencia, y su nombre está escrito en la Biblia en un lugar de honor.

1 Juan 2:17 dice, “El que hace la voluntad de Dios permanece para siempre.” Como Booz, Jesús no estaba preocupado de que Su herencia peligrara. En vez, Él nos hace parte de Su herencia. Efesios 1:11 dice que “En Cristo también fuimos hechas herederas.”

Como Booz, Jesús hizo Sus planes en privado, pero pagó el precio de nuestra redención públicamente, y como Booz, Jesús hizo lo que hizo, por amor a Su novia. Por amor a ti… a mí.

Sin embargo, hay también algunos contrastes entre Booz y nuestro Señor Jesucristo. Booz compró a Rut dando de sus riquezas, mientras que Jesús compró a Su novia dando Su vida en la cruz. Booz no tuvo que sufrir ni morir para conseguir a su novia.

Booz y Rut se casan… son felices y tienen un hijo. Y Noemí gozosa cría a su nieto. Ambas habían sido redimidas y restauradas. Rut se convierte en la bisabuela del Rey David, y en la antepasada del mismo Jesucristo.

PAUSA

¿Puedes pensar de alguna tragedia que tú misma, o alguien cerca de ti, esté pasando? A lo mejor ha sido algo reciente, ¿o tal vez la estés pasando en este momento, y no puedes ver la mano de Dios en tu vida? Te encuentras en el lugar donde Noemí se encontraba, cuando se sentía afligida y vacía, como si Dios estuviera en contra de ella, en vez de estar a su favor?

Muchas veces no encontramos respuesta a nuestros problemas. Sin embargo, muchas respuestas las podemos encontrar en la Palabra de Dios, y tenemos al Autor de la Biblia a mano para que camine con nosotras a través de los problemas a los cuales nos estamos enfrentando.

Esto requiere fe en Dios. Confiar en Su corazón amoroso; en vez de confiar en cómo nos sentimos en medio de nuestras circunstancias difíciles. Convérsale a Dios… acerca de las dificultades que estás pasando.

Noemí le dice a Rut que ella quería buscarle seguridad, a través del redentor del pariente cercano. ¿A dónde estás buscando tú, tu seguridad? ¿En la Palabra de Dios, o en la opinión de otros? ¿En la provisión que Dios te da? ¿o tratando de acumular dinero y cosas?

¿Estás buscando seguridad en el poder de Dios, o en tus propios esfuerzos? ¿En la sabiduría de Dios, o la sabiduría del mundo?

A lo mejor esa cosa que te hace falta en la vida ha sido concebida por Dios para atraerte hacia Él. Solo Él te puede dar satisfacción verdadera, cumpliendo todos Sus propósitos para tu vida. ¿Estás buscando al Redentor que Dios te ha mandado… a Jesucristo? ¿Estás escuchando lo que Él te dice en Su Palabra?

¿Crees que Él puede darse abasto para cubrir tus necesidades? ¿Estás dispuesta a esperar en El y a confiar que Él se ocupará de todos los detalles para lograr tu redención completa? ¿Encuentras tu descanso en Jesús, así como Rut lo encontró en Booz?

A final de cuentas, Booz, Rut, y Noemí sabían que era el Señor quien estaba cuidando de ellos… sosteniéndolos, guiándolos y redimiéndolos. Dios era su descanso, y Él quiere ser lo mismo para ti.

El Libro de Rut ilustra bellamente la obra de salvación de Dios. Pero este libro también nos muestra la relación tan profunda que existe entre la creyente y su Señor.

En el capítulo 1, Rut ni siquiera sabía que Booz existía. En el capítulo 2, Rut era la pobre campesina recogiendo espigas en el campo de Booz y recibiendo sus bendiciones. Para ella, Booz era solo un hombre rico que le demuestra bondad.

El punto crucial es cuando en el capítulo 3, Rut se entrega a los pies de Booz y cree en sus promesas. El resultado lo vemos en el capítulo 4. Rut ya no es una pobre recogedora de espigas porque ahora tiene a Booz, y todo lo que él tiene, le pertenece a ella también.

Muchas hijas de Dios están contentas viviendo en el capítulo 2, recogiendo los sobrantes, y haciendo lo que pueden en su situación difícil. Quieren las bendiciones de Dios, pero no quieren una comunión más íntima con El.

¿Qué diferente sería tu vida si te entregaras al Señor, y te enfocarás en el Dador de las bendiciones, en vez de enfocarte solamente en las bendiciones que Dios te da?

Los eventos del Libro de Rut ocurren durante el período de los jueces; un tiempo no muy diferente a nuestra era moderna. Si te enfocas solo en los males de nuestro día, te volverás pesimista y cínica; pero, si le preguntas a Dios, en que campo quiere El que trabajes y que lo sirvas fielmente, tú experimentarás Su gracia, amor, y gozo.

A pesar de que vivimos en una época de maldad, como la época de los jueces, cuando no había rey en Israel, nosotras todavía podemos buscar el Reino de Dios, y ser las siervas leales del Rey de reyes. El nombre de Elimélec significa “Mi Dios es rey,” pero Elimélec no vivió de acuerdo con su nombre, porque él dudó de Dios, y lo desobedeció.

Si bien no había rey en Israel, y a nuestro alrededor todo parece estar cayéndose a pedazos, puede haber un Rey en nuestras vidas, reinando en nuestros corazones. Es la entrega de Rut al Señor, que hace la diferencia en su vida, y en las vidas de la gente que ella amaba.

¿Te has puesto tú a los pies del Señor de la cosecha? Hasta que no lo hagas, Dios nunca será para ti todo lo que Él quiere ser para ti. Él puede y quiere redimirte. La pregunta es, ¿Te ha redimido? Él lo hará… si vienes a Él.

OREMOSLE AL SEÑOR

Padre, gracias que Tú nunca cambias. Tú eres el mismo ayer, hoy, y para siempre. Tu mano sigue obrando, cumpliendo tus propósitos. Gracias por incluirnos en tus propósitos. Gracias que tu mano está obrando, y que Tú estás haciendo, que todas las cosas encajen en nuestras vidas, aun cuando a veces, no podemos ver Tu mano obrando en nuestra vida.

Gracias, Señor por los tiempos de vacas flacas… y por los tiempos de abundancia. Gracias que tiene un corazón de amor y redención, así que podemos descansar en ti. Queremos aprender a confiar en ti en todas las circunstancias de nuestras vidas, y a esperar pacientemente a que cumplas tus propósitos, y nos guíes a la seguridad de tu redención.

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Y con sus rostros todavía inclinados… ¿Te está hablando Jesús al corazón? ¿Te está invitando a acercarte a Él, como tu Redentor?

Jesús dice en Juan 14:6, “Yo soy el camino, la verdad y la vida, y nadie viene al Padre si no es por Mí.” ¡Jesús es el único camino! Ninguna religión, ninguna iglesia, ninguna persona te puede llevar al cielo. ¡Solo Jesús puede hacerlo!

¡ASI ES COMO FUI SALVADA! Porque pensé: “Si Jesús es el único camino, yo quiero tomar Su camino. Si Él es la única verdad, yo quiero esa verdad, y si Él es la única vida, yo la quiero.

Ahora se, sin duda alguna, que tengo salvación eterna. Esto no tiene nada que ver con religión, sino con un encuentro verdadero con Dios. ES CONOCERLO… ES AMARLO. Es tener una relación íntima con El. ¡Mi vida cambió desde ese momento! Ha sido un proceso maravilloso que continuará para toda mi vida.

Dios te ama y quiere darte vida abundante. Y El estará contigo contra viento y marea. El nunca te dejará ni te abandonará. Jesús me ha dado paz y alegría… me ha dado propósito…

Romanos 10:9 dice, “Que si confiesas con tu boca que Jesús es el Señor, y crees en tu corazón que Dios lo levantó de entre los muertos, serás salvo.” Juan 1:12 dice “Mas a todos los que le recibieron, a los que creen en su nombre, les dio potestad de ser hechas hijas de Dios.”

¿Te sientes sola en estos momentos? ¿Vacía? Solo Jesús puede satisfacer los anhelos más profundos de tu corazón. Solo Jesús te puede dar paz… esa paz que sobrepasa todo entendimiento.

¿Qué si este es tu último momento? ¿Tu último día? ¿Estás segura que si te mueres hoy, te irás al cielo? La Biblia dice que puedes estar segura. ¡Que hoy es tu día de salvación!

Tú te puedes ir al cielo, no por tus buenas obras, o tu moralidad, o tu decencia, o el dinero que ofrendes, ¡NO! tú te puedes ir al cielo solo por el mérito de la obra terminada de nuestro Señor Jesucristo, que murió en la cruz en tu lugar, y en el mío, y pagó la sentencia de la ley, en sí mismo. La Biblia dice que por Sus heridas fuimos sanadas.

Escúchame. No importa lo que hayas hecho… No es demasiado tarde. No importa cuan bajo hayas caído. No es demasiado tarde. Jesús te acepta tal como eres. Jesús te está invitando, pero tú tienes que venir. ¡Ven tal como eres! ¡Jesús te ama! El quiere perdonarte. Quiere hacerte una mujer nueva.

Dios te puede dar un nuevo comienzo. Una nueva vida. Hoy puedes salir del lugar donde te encuentres, con el corazón y manos limpias. ¡Tú no estás escuchando esta grabación por casualidad! Tenías una cita divina con Dios.

Así que, te quiero preguntar: ¿Quieres aceptar a Jesús como tu Señor y Salvador?

O a lo mejor lo aceptaste en el pasado, pero sabes que no has estado caminando con El, hoy es tu oportunidad de regresar a Él. Sí quieres aceptar a Jesús por primera vez, o si quieres regresar a Él, repite esta oración después de mí. RECUERDA QUE LE ESTAS HABLANDO AL SEÑOR, DE CORAZON A CORAZON.

Señor Jesús, Sé que soy pecadora. Perdóname. Yo creo que moriste por mis pecados y resucitaste de entre los muertos. Ya no quiero pecar más. Ahora te invito a que entres en mi corazón y vida. Quiero seguirte, como mi Señor y Salvador para el resto de mi vida. En el nombre de Jesús… Amen.

¡Bienvenida a la familia de Dios! ¡Si has orado esta oración de forma sincera, eres ahora una hija de Dios. Cuando recibes a Jesucristo, eres perdonada… y entras a una nueva relación con Dios, por medio de la obra sobrenatural del Espíritu Santo, que ahora vive en ti. Ya eres una mujer nueva… por Su gracia y misericordia. ¿Amén? ¡AMEN!