¿Dónde está Dios? Muchas veces… CUANDO SUFRIMOS – nos preguntamos acerca del carácter y la naturaleza de Dios. ¿Qué clase de Dios es este? ¿Dónde está Él… cuando sufres? …¿Cuándo tienes problemas?

CUANDO ADÁN Y EVA ELIGIERON PECAR, nos dejaron un mundo… DONDE EL SUFRIMIENTO ES MÁS BIEN LO NORMAL… ¡NO ES LA EXCEPCIÓN! COMO DIOS SABE LO QUE ES SUFRIR -- NOSOTRAS PODEMOS CONFIAR EN ÉL -- en medio de nuestro sufrimiento.

En las páginas de la Biblia, leemos las historias del sufrimiento humano – QUE SUENAN TAN MODERNAS -- como los titulares de nuestros periódicos de hoy en día. Sin embargo, en medio de estas historias de dolor y angustia… ¡TENEMOS UNA PROMESA! Una promesa de que Dios responderá a nuestro sufrimiento.

El costo de convertir el sufrimiento… EN ALGO BUENO Y BELLO… ¡NUNCA PODRÁ SER PAGADO POR NINGUNA DE NOSOTRAS! ¡Nosotras quedamos descalificadas cuando elegimos alejarnos de Dios! Pero el profeta Isaías habló acerca de un Salvador… ¡DE UN REDENTOR QUE VENDRÍA!

Y CUANDO ÉL VINIERA, nos rescataría del sufrimiento de nuestro mundo quebrantando. Él proveería ese rescate de una forma increíble… EXPERIMENTANDO EL SUFRIMIENTO -- ÉL MISMO -- POR NOSOTRAS. Por eso Isaías 53:3-7 nos cuenta la historia de lo que nuestro Redentor tendría que sufrir para pagar la multa por nuestro pecado. Una multa que nosotras no podíamos pagar.

3 Será despreciado y desechado por la humanidad entera. Será el hombre más sufrido, el más experimentado en el sufrimiento. ¡Y nosotros no le daremos la cara! ¡Será menospreciado! ¡No lo apreciaremos!

4 Con todo, ÉL LLEVARÁ SOBRE SÍ NUESTROS MALES, y sufrirá nuestros dolores, mientras nosotros creeremos que Dios lo ha azotado, lo ha herido y humillado. 5 Pero Él será herido por nuestros pecados; ¡molido por nuestras rebeliones! Sobre Él vendrá el castigo de nuestra paz, y por Su llaga seremos sanados.

6 Todos perderemos el rumbo, como ovejas, y cada uno tomará su propio camino; pero el Señor descargará sobre Él todo el peso de nuestros pecados. 7 Se verá angustiado y afligido, pero jamás emitirá una queja; será llevado al matadero, como un cordero; Y COMO OVEJA DELANTE DE SUS TRASQUILADORES, se callará y no abrirá su boca.

NOTEN LA INTENSIDAD DE LAS PALABRAS -- QUE ISAÍAS USA -- PARA DESCRIBIR EL SUFRIMIENTO: Fue despreciado, desechado, sufrido, menospreciado, dolido, azotado, herido, humillado, molido, angustiado, afligido, castigado…

¡ESTAS SON PALABRAS DURAS! Son palabras… que todas las que estamos sufriendo entendemos. Pero son las palabras, -- QUE ESPECÍFICAMENTE DESCRIBEN -- el sufrimiento que Jesús soportó en la cruz. A través de Su vida, Y ESPECIALMENTE EN SU MUERTE, Jesús entendió y se identificó con nuestro sufrimiento.

Jesús no vino para estudiar y analizar nuestro quebranto. ¡NO! ¡ÉL VINO PARA CARGARLO POR NOSOTRAS! Él vino para estar con nosotras… ¡Y SUFRIR POR NOSOTRAS! Por Su sufrimiento… ¡NUESTRO SUFRIMIENTO ES REDIMIDO! – NO SOLO EL SUFRIMIENTO DEL MOMENTO… SINO EL SUFRIMIENTO EN LA ETERNIDAD!

Dios Hijo vino a enfrentarse al sufrimiento – CAMINANDO POR EL POLVO Y LA MUGRE DE ESTE MUNDO -- para confrontarlo con Su poder y Sus milagros.

Y luego, tomar el sufrimiento sobre Sí Mismo… a lo que moría en la cruz por nuestro pecado… y sus consecuencias. A TRAVÉS DE SU SUFRIMIENTO, Jesús demostró Su capacidad de cuidar de los Suyos… ¡CUANDO ELLOS SUFREN! La agonía, QUE ÉL EXPERIMENTÓ, “en cierta forma” es parecida a la nuestra – ¡LO SEPARÓ DE DIOS PADRE!

Sin embargo, el sufrimiento de Jesús fue mucho más profundo que el nuestro. Cuando Jesús tomó nuestro pecado sobre Sí Mismo, Dios Padre ya no pudo mirarlo más. ¡DIOS ES DEMASIADO SANTO PARA MIRAR EL PECADO! Así que la unión perfecta – QUE EL PADRE Y EL HIJO HABÍAN COMPARTIDO -- ¡SE ROMPIÓ!

Todo eso – POR AMOR A NOSOTRAS -- y Su deseo de traernos nuevamente de regreso a Él. ¿Se terminará el sufrimiento algún día? Aunque el sufrimiento es, desafortunadamente -- EL COMÚN DENOMINADOR DE LA VIDA -- el dolor y el sufrimiento no existirán en la eternidad. ESTO ES EN PARTE… ¡LO QUE LA MUERTE DE JESÚS LOGRÓ EN LA CRUZ!

La cruz nos da esperanza – QUE NOS AYUDA A RESISTIR -- cuando la sombra del sufrimiento nos pasa por encima… PERO SOLO POR SU GRACIA. Es la cruz la que nos promete que llegará el momento, en que todas las injusticias serán corregidas, y el sufrimiento llegará a su fin.

El apóstol Juan, al final de su vida y exiliado por su fe en Cristo, vislumbró el cumplimiento de esa promesa en el Apocalipsis 21:3-7, Entonces oí que desde el trono salía una potente voz, la cual decía: Aquí está el tabernáculo de Dios con los hombres. Él vivirá con ellos, Y ELLOS SERÁN SU PUEBLO, y Dios mismo estará con ellos y será Su Dios.

4 Dios enjugará las lágrimas de los ojos de ellos, Y YA NO HABRÁ MUERTE, ni más llanto, ni lamento ni dolor; porque las primeras cosas habrán dejado de existir. 5 El que estaba sentado en el trono dijo: Mira, Yo hago nuevas todas las cosas. Y me dijo: Escribe, porque estas palabras son fieles y verdaderas. 6 También me dijo: ¡YA ESTÁ HECHO!

Yo soy el Alfa y la Omega, el principio y el fin. Al que tenga sed, YO LE DARÉ A BEBER GRATUITAMENTE DE LA FUENTE DEL AGUA DE LA VIDA. 7 El que salga vencedor heredará todas las cosas, y Yo seré su Dios y él será Mi hijo. Pero tú te preguntas, ¿DÓNDE ESTÁ DIOS CUANDO SUFRO? ¡ÉL ESTÁ AQUÍ MISMO! ¡A TU LADO!

El permitió que Su Hijo experimentara las mismas cosas que tú experimentas. El proveyó la cruz – COMO EL PAGO POR NUESTRO SUFRIMIENTO -- y nos ofrece una relación restaurada con Él. Y Él es el Dios que nos promete “ESO” … ¡EN LA VIDA POR VENIR! ¡Esta es la maravillosa promesa del Apocalipsis 21!

La historia de la Biblia ha dado la vuelta completa. COMENZANDO CON EL PARAÍSO… LUEGO A TRAVÉS DEL PARAÍSO PERDIDO – Y TERMINANDO CON EL PARAÍSO RECUPERADO. Habiendo comenzado con una relación perfecta – ENTRE EL PRIMER HOMBRE Y LA PRIMERA MUJER -- terminamos con las relaciones eternas… ¡QUE SERÁN PERFECTAS EN TODO SENTIDO!

¡ESTE SERÁ EL FIN DEL PROBLEMA DEL SUFRIMIENTO DE ESTE MUNDO! No pienses que a Dios no le importa tu dolor, ni tus luchas, ni tus angustias. ¡ÉL ESTÁ CONTIGO!… en medio de tu sufrimiento. ¡Y ES EN LA PRESENCIA DE DIOS QUE ENCONTRARÁS PAZ!