Filipenses 2:7-8 dice, [Jesús] se despojó a sí mismo y tomó forma de siervo, y se hizo semejante a los hombres. 8 y estando en la condición de hombre, se humilló a sí mismo y se hizo obediente hasta la muerte, y muerte de cruz.

Que increíble, QUE AQUEL QUE YA EXISTÍA ANTES DE QUE LAS COSAS FUERAN CREADAS… Y QUE ES EL SER SUPREMO SOBRE TODA LA CREACIÓN, recorriera grandes distancias – DE LA ETERNIDAD A AQUÍ -- para nacer en un humilde pesebre en este mundo.

Jesús, A DIFERENCIA DE LAS PELÍCULAS DE CIENCIA FICCIÓN, no apareció repentinamente entre los seres humanos. ¡NO! Él tomó la forma de un diminuto embrión, y recorrió el camino que ha recorrido cada persona sobre la faz de la tierra, para eventualmente, ¡NACER A LA VIDA EN LA FORMA DE UN PEQUEÑO E INDEFENSO BEBÉ!

¡No existen palabras que puedan captar esta increíble transformación! NO FUE UN CAMBIO HACIA ALGO MEJOR – SINO HACIA ALGO MENOR… muchísimo más limitado, más pequeño, débil y frágil de lo que Jesús era…CUANDO EXISTÍA EN LA FORMA DE DIOS.

Una vez que Cristo tomó la forma de hombre, Él siguió humillándose en obediencia a Dios. Una vez más, renunció a Sus derechos, privilegios y posibilidades para someter Su vida completamente a la voluntad de Aquel que lo envió. ¡Jesús es el ejemplo máximo de la humildad, el servicio y la abnegación!

Debemos de imitar a Jesucristo, EL SIERVO HUMILDE DE DIOS, que dejó de lado las glorias del cielo para que nosotras pudiéramos ser salvas. Jesús deliberadamente se despojó de todo, y cruzó el gran abismo que existía entre Dios y el hombre.

¿Se imaginan la inmensidad de este abismo? El Dios ILIMITADO se volvió en un hombre LIMITADO. Del punto de vista humano, Jesús descendió hasta lo más bajo como hombre… ¡Y NI SE DIGA COMO DIOS!

PERO HUBO OTRA COSA QUE LO HIZO DESCENDER AUN MÁS. A los ojos del cielo, EL DESCENSO MÁS PROFUNDO DE TODOS FUE… QUE DE SER SIN PECADO… SE VOLVIÓ PECADO. Realmente, ¡ÉL NO PODÍA HABER IDO MÁS BAJO! Y a pesar de todo, Jesús vivió una vida de generosidad, servicio, privación y muerte.

LO QUE FUE… Y ES DURO PARA LOS DISCÍPULOS DE JESÚS DE ACEPTAR… es que nosotras hemos sido llamadas a hacer lo mismo. Debemos hacernos “NADA”… Debemos de creer -- que aun cuando A VECES sea doloroso -- QUE EL CAMINO HACIA ABAJO es la única forma de obtener grandeza. Jesús obedeció por amor a Su Padre, y por amor a la humanidad.

Y nosotras, COMO SUS DISCÍPULOS Y BENEFICIARIAS DE SU AMOR, somos llamadas a hacer lo mismo. Cuando le preguntaron a Jesús acerca de los dos grandes mandamientos, Jesús contestó: AMAR A DIOS Y AMAR A OTROS. ¡Fue el amor lo que motivó a Jesús! ¡Y es el amor lo que debe de motivarnos a nosotras!

8 Y estando en la condición de hombre, se humilló a sí mismo y se hizo obediente hasta la muerte, y muerte de cruz. Que maravilloso es encontrarnos con una persona que se humilla a sí misma, en vez de humillar a otros.

El atropello y la opresión SON TAN PARTE DE LA CULTURA CAÍDA DE ESTE MUNDO, QUE EN ALGUNAS OCASIONES, ni siquiera estamos conscientes de las posturas que tomamos, ni de las palabras que decimos… ¡QUE HUMILLAN A OTROS!

Contemplar al Hijo del Hombre AGONIZANDO EN UNA CRUZ, despierta una gran pena… una profunda congoja en nuestros corazones. No logro comprender, con mi mente tan limitada, QUE POR AMOR, Jesús acabara en esta horrenda y humillante cruz.

Como no hemos conocido ni visto esta clase de amor entre los seres humanos, NOS CUESTA TRABAJO ENTENDER ESTE INCREÍBLE SACRIFICIO… ¡POR NOSOTRAS!

La crucifixión era la forma de ejecución más degradante entre los romanos. La cruz estaba reservada para los esclavos, y los extranjeros condenados por crímenes serios. La muerte, que era agónica y lenta, se producía por asfixia… CUANDO LA PERSONA YA NO PODÍA SOSTENER SU CUERPO ERGUIDO, para seguir respirando.

En ocasiones, la persona tardaba días en morirse, mientras que la gente pasaba a su lado, y escuchaba indiferentemente sus espantosos gemidos. La obediencia de Cristo LO LLEVÓ DEL SALÓN DEL TRONO DEL CIELO… A LA HUMILLACIÓN DE LA CRUZ EN LA TIERRA.

Cristo mismo reveló el tremendo desafío QUE LA CRUZ SIGNIFICABA PARA ÉL, cuando les confesó a Sus tres discípulos que lo acompañaban, en Mateo 26:38, Siento en el alma una tristeza de muerte.

Y Lucas añade un detalle más, en Lucas 22:44, Lleno de angustia, [Jesús] oraba con más intensidad. Y era Su sudor como grandes gotas de sangre que caían hasta la tierra. TRES VECES LE CLAMÓ JESÚS AL PADRE, antes de que Su alma se aquietara ANTE LA PRUEBA QUE TENÍA POR DELANTE.

Esta agonía no se debía, exclusivamente, a la trágica muerte QUE LA CRUCIFIXIÓN REPRESENTABA. En aquel momento, Jesús experimentaría, por primera vez, una separación completa de Su Padre.

Isaías PREDIJO LA CRUCIFIXIÓN DE CRISTO en Isaías 53:5-6, Pero Él será herido por nuestros pecados; ¡molido por nuestras rebeliones! Sobre Él vendrá el castigo de nuestra paz, y por Su llaga seremos sanados.

6 Todos perderemos el rumbo, como ovejas, y cada uno tomará su propio camino; pero el Señor descargará sobre Él todo el peso de nuestros pecados.

Esta es la razón, por la que, EN MEDIO DE LA AGONÍA DE LA MUERTE, Jesús exclamó en Mateo 27:46, Elí, Elí, ¿lema sabactani?, es decir, Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has desamparado?

Ese angustioso clamor revela la profundidad del camino, QUE NUESTRO SEÑOR TENÍA QUE RECORRER para lograr la reconciliación entre Dios y los hombres… “¡UNA VEZ Y PARA SIEMPRE! La fuerza, QUE SOSTUVO A JESUCRISTO HASTA LA MUERTE, fue Su sujeción a la voluntad del Padre.

En un mundo que busca la fama, JESÚS SE DESPOJÓ DE SÍ MISMO. En un mundo que busca poder, JESÚS ESCOGIÓ EL ROL DE SIERVO. En un mundo que busca el placer, JESÚS ESCOGIÓ EL DOLOR DE LA OBEDIENCIA… ¡HASTA LA MUERTE EN UNA CRUZ!

A lo que vives en este mundo de arrogancia y vanidad, ¿cómo se compara tu actitud con la del mundo? ¿En tus relaciones con otros, ¿qué puedes hacer para demostrar mayor humildad? ¿Cómo puedes servir a otros mejor?