Probablemente nunca habrás escuchado de AÍDA SCRIPNIKOVA. Ella nació en 1941 en San Petersburgo, cuando los rusos estaban luchando por liberarse del ejército alemán, que los había invadido. El enemigo fue eventualmente expulsado, pero por muchas décadas, no hubo verdadera libertad en su patria.

En el año 1961, Aída aceptó a Jesucristo como su Señor. Ella tenía solo19 años. LLENA DE SU NUEVA FE, tuvo el deseo de compartirla con otros. Así que Aída compró muchas tarjetas, que tenían una linda foto por un lado, y por el otro lado, ella escribió un poema. El poema expresaba la necesidad de la gente de encontrar a Dios.

Así que, con tarjetas en mano, Aída se paró “en la calle principal” de San Petersburgo, y comenzó a repartírlas a la gente que pasaba por ahí. Obviamente, ¡la arrestaron! Fue juzgada en una corte comunista y exilada de San Petersburgo. Aída perdió su trabajo como asistenta de laboratorio.

Años después, nuevamente fue arrestada y enviada a un campo de trabajo forzoso.

Yo no sé si AÍDA SCRIPNIKOVA habría leído 1 Pedro 4, pero ella obedeció la intuición de su corazón. En medio de una persecución constante, ella compartió el mensaje de Jesucristo, ¡A PESAR DEL COSTO! Y al hacerlo, ella tuvo que vivir las persecuciones del que habla 1 Pedro 4.

Este capítulo continúa con el tema principal de esta carta: la realidad de la fe en medio de circunstancias opresivas. Los creyentes en Jesucristo deben de enfocar sus corazones y mentes a vivir en la voluntad de Dios, ¡SIN IMPORTAR EL COSTO!

EMPECEMOS EN ORACIÓN

Padre, gracias que podemos venir a Ti en cualquier momento. Gracias que Tú nos hablas a través de Tu Palabra. Padre, gracias que Tú nunca nos abandonas, aun cuando nuestros corazones puedan estar llenos de dolor y sufrimiento.

Tu Palabra nos consuela, nos protege, y nos alienta. Señor, ayúdanos a caminar de forma digna del llamado que nos has hecho, en medio de los problemas y dificultades de la vida. Háblanos, Señor, Tus hijas te escuchan. En el nombre de Jesús, Amén.

Este capítulo nos enseña, que como Jesús sufrió, nosotras también debemos de estar preparadas para sufrir. Hemos tenido suficiente tiempo para pecar. Es tiempo de parar… y vivir para Dios. El fin se acerca, así que debemos de hacer el bien a otros, para que Dios sea alabado.

¡Nosotras sufriremos por hacer el bien! Y cuando lo hacemos, debemos de encomendar nuestras vidas a Dios, y seguir haciendo el bien.

El título de esta enseñanza es ¿QUIÉN ES TU MODELO? Y está dividido en tres temas: (I) VIVE EN LA VOLUNTAD DE DIOS; (II) SIRVE EN LA IGLESIA; (III) ALÉGRATE EN EL SUFRIMIENTO.

A través del Nuevo Testamento, leemos acerca de una vida transformada, que viene de una conversión genuina. Cuando Dios perdona completamente los pecados de nuestra vida anterior – cuando la justicia de Cristo es acreditada a nuestra cuenta… y el Espíritu de Dios toma residencia en nuestros corazones -- las cosas viejas pasan, y todas las cosas se hacen nuevas.

Pedro escribió todas estas cosas en el siglo primero. Y a pesar de que casi dos mil años nos separan del público original de Pedro, muchas cristianas de hoy se pueden identificar con las palabras del apóstol. Aunque fueron escritas para un tiempo específico, sus palabras son, AUN ASÍ, eternas.

Hablan con una relevancia increíble hoy en día – especialmente sus comentarios con respecto a la reacción de aquellos que no conocen al Señor. En esta sección, Pedro nos recuerda,que como nuestra ciudadanía es del cielo, este mundo en el cual vivimos no es nuestro verdadero hogar. Somos representantes de un reino diferente.

Y como turistas extranjeras, de una tierra exótica visitando otro país, puede que nosotras seamos la única forma, que la gente pueda ver un retrato de lo que el Reino de Dios es realmente. Por lo tanto, los no creyentes de hoy, SERÁN ATRAÍDOS O REPELIDOS… por la forma como representamos nuestro hogar celestial.

¡ASÍ QUÉ! COMENCEMOS CON NUESTRO PRIMER TEMA…

I. VIVE EN LA VOLUNTAD DE DIOS – 1 Pedro 4:1-6

El Hombre, que ahora se sienta en el trono, EN GLORIA, con todo el poder en Sus manos vivió una vez en la tierra. Él experimentó el sufrimiento, el dolor y la muerte. Pedro lo había visto sufrir. Él nunca rehuyó el sufrimiento. Él supo, desde el principio, que Su camino lo llevaría a la muerte en la cruz. Él nació para morir.

A los doce años, Él fue a Jerusalén. Él sabía quién era Su verdadero Padre. Y Él sabía cuál era el negocio de Su Padre. La obra, que Él había venido a hacer en la tierra, involucraba la muerte en la cruz.

1 Puesto que Cristo sufrió por nosotros en su cuerpo, también ustedes deben adoptar esa misma actitud, porque quien sufre en su cuerpo pone fin al pecado, 2 para que el tiempo que le queda de vida en este mundo lo viva conforme a la voluntad de Dios y no conforme a los deseos humanos.

En su batalla contra el cáncer, Steve Jobs, cofundador de la famosa compañía Apple, dijo: “El saber que pronto moriré, es la mejor herramienta, que he encontrado, para tomar las grandes decisiones en mi vida.

Como casi todas las cosas – todas las expectativas, todo el orgullo, todo el miedo a ser avergonzado o de fracasar – desaparecen ante la muerte -- dejando solo lo que es realmente importante.

Sin embargo, lo que el apóstol Pedro quería aquí… era motivar a sus lectores a que usaran su sufrimiento para que sus vidas contaran para la eternidad. Y quería que el sufrimiento y muerte de Jesús los inspirara a aceptar el conflicto espiritual y la persecución, que resultaría a consecuencia de llevar el nombre de Jesús.

Como ellos amaban a Jesús, el sufrimiento se convertiría en el estándar… en el modelo… El sufrimiento debiera ser la motivación para abandonar pasiones pecadoras, y ser obedientes a la voluntad de Dios.

Si sus vidas iban a contar para la eternidad, ellos debían de dejar de satisfacer sus placeres efímeros, y dedicar sus vidas a complacer a Dios.

El hecho de que Jesús sufriera y muriera para perdonar nuestros pecados debiera ser el pensamiento más importante que nos inspire a tomar decisiones piadosas hoy día, para que nuestras vidas cuenten para la eternidad. La muerte de Jesús perdonó nuestros pecados pasados… y nos inspira a obedecerlo en el presente.

3 Baste el tiempo pasado para haber hecho lo que agrada a los no creyentes, que viven entregados al libertinaje y las pasiones, a las borracheras, orgías, disipaciones y detestables idolatrías. 4 Para ellos resulta extraño que ustedes ya no los acompañen en ese mismo desenfreno y libertinaje, y por eso los ultrajan.

A lo mejor– LA HISTORIA DE TU CONVERSIÓN – no sea un contraste radical entre lo “antes” y lo “después”, pero esto no hace, que la gracia de Dios, no sea menos excepcional. Aunque tu vida haya sido, relativamente desprovista del pecado, Dios te ayudó a reconocer tus transgresiones.

Él te permitió ver tu necesidad de un Salvador. ¡Y Él TE SALVÓ! ¡Esa es la gracia asombrosa!Sin embargo, para otras personas, entregarse por fe a Jesús, significa un cambio radical en su estilo de vida.

En las palabras de Pedro, ellos habían estado entregados al libertinaje y las pasiones, a las borracheras, orgías, disipaciones y detestables idolatrías.

Lo más interesante de todo es queel mal comportamiento en la lista de Pedro, no era considerado particularmente inmoral en el mundo Greco-Romano de esa época. Así que, cuando los cristianos escogieron, no participar en dichas actividades, los consideraron, totalmente, antisociales.

De la misma forma, mucha de esa mala conducta, es aceptada por nuestra sociedad como algo perfectamente normal. La sociedad moderna todavía tiene sus ídolos. Las borracheras, la lujuria, el sexo fuera del matrimonio, la codicia, las malas palabras, y otros pecados son generalmente aceptados, como algo normal.

Sin embargo, necesitamos evitar estos pecados -– sin importar cuan aceptados sean en nuestro medio ambiente. ¡Tú vive como la luz de Dios! No dejes que un mundo malo nuble tu sensibilidad a la presencia de Dios y Su voluntad. Deja que tu salvación continúe siendo un maravilloso testimonio, A TODOS AQUELLOS ALREDEDOR TUYO, de la gracia de Dios.

¡ASÍ QUÉ! YA VIMOS LO QUE SIGNIFICA VIVIR EN LA VOLUNTAD DE DIOS, AHORA VAYAMOS A NUESTRO SEGUNDO TEMA…

II. SIRVE EN LA IGLESIA - 1 Pedro 4:7-11

7 El fin de todo se acerca. Por lo tanto, pórtense juiciosamente y no dejen de orar.

Aquí vemos que la palabra “pórtense juiciosamente” está en el modo imperativo. El modo imperativo es un modo gramatical, usado para expresar mandatos, órdenes, ruegos o deseos.

Esto significa que Pedro “no les está pidiendo” a sus lectores si pueden portarse juiciosamente. ¡Él les está ordenando a que se porten juiciosamente! Cuando nos portamos bien, y obedecemos el mandato de tener auto control, y de portarnos bien, nuestras oraciones son fortalecidas.

8 Por sobre todas las cosas, ámense intensamente los unos a los otros, porque el amor cubre infinidad de pecados.

En un día caluroso de verano, mi amiga Celia, vio a una mujer parada delante de un semáforo con un cartel en la mano. A lo que pasaba manejando más cerca de la mujer, ella trató de leer lo que el cartel decía, asumiendo que era una petición de comida o dinero.

Pero en vez, se sorprendió mucho al ver estas tres palabras: “¡TU TIENES PROPÓSITO”! Dios nos ha creado a cada una de nosotras con un propósito específico. Primeramente, ese propósito es para darle honor a Él, y una manera de hacerlo, es atendiendo a las necesidades de otros.

Por ejemplo, una mamá, con hijos chiquitos, puede encontrar propósito, no solo sonándoles las narices a sus hijos, sino hablándoles acerca de Jesús también. Un empleado, en un trabajo que no lo llena, puede encontrar propósito haciendo su trabajo conscientemente, recordando que él está sirviendo al Señor.

Una mujer, que ha perdido la vista, todavía puede encontrar propósito orando por sus hijos y nietos, e influenciándolos a confiar en Dios. El Salmo 139 dice que antes de que naciéramos, todos los días de nuestra vida ya estaban escritos en el libro de Dios. Antes de que nos formara, los anotó Dios, y no faltó uno solo de ellos.

Nosotros alabamos a Dios porque Sus obras son formidables… porque todo lo que hace es maravilloso. “Aun cuando las cosas no parezcan tener sentido, Dios todavía tiene un propósito para tu vida”.

9 Bríndense mutuo hospedaje, pero no lo hagan a regañadientes.

Durante un viaje de investigación, que hicimos a Alemania, me quedé consternada cuando me enteré que nos hospedaríamos en un monasterio. Me imaginaba un lugar todo lúgubre, austero, sin calefacción, los pisos de piedra fríos, y camas duras.

Sin embargo, me encontré con una habitación calientita, muy acogedora, y cómoda. Mi colega me dijo, “Los monjes tratan a sus invitados como ellos tratarían a Cristo”. Aunque ellos no viven con tanta comodidad, viven contentos ofreciendo cariño y hospitalidad.

¿Se han dado cuenta que parece más fácil darle la bienvenida a Cristo en nuestro corazón, que abrirles nuestra vida a otros? Ya sea si se trata de ofrecer un cuarto en nuestra casa, o de dar de nuestro tiempo. Muchas veces tratamos a la gente, más como intrusos, que como invitados.

Nosotras honramos a Cristo, dándole a Él el mejor cuarto, que es nuestro corazón. Y también ofreciendo una buena hospitalidad a otros. “CONOCER EL AMOR, es abrir nuestro corazón a Jesús. Y DEMOSTRAR EL AMOR, es abrir nuestro corazón a otros”.

10 Ponga cada uno al servicio de los demás el don que haya recibido, y sea un buen administrador de la gracia de Dios en sus diferentes manifestaciones. 11 Cuando hable alguno, hágalo ciñéndose a las palabras de Dios; cuando alguno sirva, hágalo según el poder que Dios le haya dado, para que Dios sea glorificado en todo por medio de Jesucristo, de quien son la gloria y el poder por los siglos de los siglos.

Cada creyente, en cada iglesia, ha recibido, por lo menos, un don espiritual de Dios… para el uso de la iglesia. Dentro del Cuerpo de Cristo, el amor del uno por el otro, encuentra su expresión en el uso de dones espirituales, no para exaltarnos a nosotras mismas, o como una forma de atraer la atención de otros, sino para el beneficio de todos.

Por lo tanto, cada cristiano es capaz de ministrar a otros dentro del Cuerpo de Cristo. La palabra “don” significa literalmente “un regalo de gracia”.

Cuando los cristianos reciben la gracia de Dios de esta manera, tienen la responsabilidad de compartir este don con otros cristianos.

En este pasaje podemos dividir, los muchos dones de gracia, en dos grandes categorías: HABLAR Y SERVIR. Hablar incluye, no solo predicar y enseñar, sino muchas otros dones, como el evangelismo, hablar en lenguas, la profecía, dar ánimo y aliento, y el liderazgo.

Servir incluye cualquier tipo de ministerio de asistencia y de estímulo, que se enfoca directamente al beneficio de otros dentro del cuerpo de Cristo, tales como contribuir a las necesidades de otros, la sanidad, los poderes milagrosos, y demostrando misericordia.

Los creyentes deben de tomarse estos dones, bien en serio, y ejercerlos con una actitud de dependencia en Dios (ciñéndonos a las palabras de Dios… y haciéndolo por medio del poder de Dios). Cuando los dones de gracia son aplicados de esta forma, la atención y elogio del creyente o la creyente van a Dios, que es el que ha dotado al creyente… por empezar.

Corrie Ten Boom, sobreviviente de un campo de concentración de la II Guerra Mundial, y a la vez cristiana, se volvió en una oradora muy conocida, a lo que viajaba alrededor del mundo.

Miles de gente asistían a sus reuniones, a lo que ella compartíacon ellos cómo había aprendido a perdonar a sus captores, al igual que Cristo le había perdonado a ella, sus pecados.

Después de cada reunión, la gente se le acercaba para elogiarla por sus cualidades tan piadosas, y le agradecían por alentarlas en su caminar con el Señor. Corrie decía, que ya en su habitación en el hotel, ella se ponía de rodillas, y le presentaba a Dios todos esos elogios en gratitud.

Ella los llamaba “dándole a Dios “un ramillete de alabanzas”.

El Señor nos ha dado a cada una de nosotras dones para ministrarnos, UNOS A OTROS, para que en todas las cosas, Dios sea glorificado por medio de Jesucristo de quien son la gloria y el poder por los siglos de los siglos. Amén.

Me encanta lo que 1 Corintios 4:7 dice, 7 Porque ¿quién te hace superior? ¿O qué tienes que no hayas recibido? Y si lo recibiste, ¿por qué te jactas como si no te lo hubieran dado?

Para aprender a ser humildes, deberíamos seguir el ejemplo de Corrie. Si recibimos un elogio o un halago, por algo que hemos dicho o hecho, démosle a Dios un “ramillete de alabanzas” para la gloria que solo Él se merece. “La alabanza es la flor más bella que brota del alma”.

Y POR ÚLTIMO, DESPUÉS DE VER LO QUE SIGNIFICA VIVIR EN LA VOLUNTAD DE DIOS; Y DE SERVIR EN LA IGLESIA, CONCLUYAMOS CON NUESTRO TERCER TEMA…

III. ALÉGRATE EN EL SUFRIMIENTO – 1 Pedro 4:12-16

12 No se sorprendan de la prueba de fuego a que se ven sometidos, como si les estuviera sucediendo algo extraño. 13 Al contrario, alégrense de ser partícipes de los sufrimientos de Cristo, para que también se alegren grandemente cuando la gloria de Cristo se revele.

¿Qué interesante, ¿no? Que nuestra primera reacción, cuando tenemos una prueba intensa es de pensar que algo raro nos está pasando. No entendemos por qué la gente de Dios tiene que sufrir. Es un verdadero enigma para nosotras porque sabemos que Dios nos ama supremamente.

Así que nos preguntamos, “Si Dios me ama tanto, ¿por qué permite que yo sufra?” Cuando yo amo a alguien, quiero salvarlo del sufrimiento. ¡Así es como malcriamos a nuestros hijos! Por tratar de protegerlos de las consecuencias de sus propias acciones, hacemos que ellos se ahonden más profundamente en su desobediencia.

Dios nos ama, efectivamente, pero Hebreos 12:6 dice, que el Señor disciplina al que ama.” Mientras que otros se puedan salir con la suya en algunas cosas, Dios no dejará que nosotras nos salgamos con la nuestra,porque nosotras somos Sus hijas, y las pruebas son una de las formas que Dios usa para purificar a Sus hijos.

Hay mucha aflicción en este mundo, pero el único sufrimiento que tiene valor eterno, es aquel que viene de vivir como Dios manda. Para poder armarnos con la actitud de Cristo, tenemos que estar preparadas para aguantar las dificultades, que nos vienen por hacer lo que es correcto.

Filipenses 2:5-8 dice, Que haya en ustedes el mismo sentir que hubo en Cristo Jesús, 6 quien, siendo en forma de Dios, no estimó el ser igual a Dios como cosa a que aferrarse. 7 Sino que se despojó a sí mismo, y tomó la forma de siervo, y se hizo semejante a los hombres; 8 y estando en la condición de hombre, se humilló a sí mismo, y se hizo obediente hasta la muerte, y muerte de cruz.

Dios no quita el sufrimiento de nuestras vidas. Hay gente, que cree que un Padre amoroso no debería de permitir que nadie, que es realmente Suyo, tenga que aguantar el sufrimiento… la enfermedad… y la pobreza.

La vida abundante” no significa que todo nos va ir bien todo el tiempo. En realidad, la Biblia enseña, QUE LO OPUESTO, puede ser verdad. En algunas situaciones, podemos hasta sufrir MÁS porque nos identificamos con Jesús.

La Palabra de Dios nos enseña… que nuestra ansiedad, se puede aliviar cuando la depositamos en Jesús, porque El cuida de nosotros. Depositar algo significa poner, colocar, confiar, o descargar. Jesús promete cuidar de nosotros. Así que no necesitamos ponernos ansiosas, que si Él lo hará, ¡O NO LO HARÁ!

Nunca estamos solas en el sufrimiento. Somos bendecidas cuando sufrimos, por lo que es correcto. Pedro nos alienta a no tener miedo por lo que nos pueda pasar, sino que debemos de poner a Jesús en el centro de nuestro corazón, COMO SEÑOR.

Cuando nos armamos con la actitud humilde de Jesús, podemos confiar completamente en nuestro Dios Todopoderoso, porque sabemos que Él está de nuestro lado, y continuará transformándonos a la imagen de Su Hijo.

Como lo dice Pablo tan elocuentemente en Romanos 8:28-29, 28 Ahora bien, sabemos que Dios dispone todas las cosas para el bien de los que lo aman, es decir, de los que Él ha llamado de acuerdo a Su propósito. 29 PORQUE A LOS QUE ANTES CONOCIÓ, también los predestinó para que sean hechos conforme a la imagen de Su Hijo, para que Él sea el primogénito entre muchos hermanos.

¿Qué prueba de fuego has experimentado, o estás experimentando en este momento, como resultado de tu fe en Jesús? ¿De qué forma te has armado con la actitud de Jesús en vista de esta prueba?

No esperando ser perseguidos con tanta maldad, LOS CREYENTES, a quienes Pedro les había escrito, estaban indudablemente sorprendidos, consternados, y confundidos por el sufrimiento. A lo mejor ellos esperaban una vida llena de bendiciones, de beneficios, y de protección divina.

Sin embargo, las expectativas de sufrimiento de los creyentes, estaban ligadas a las palabras de Jesús, que les dijo a los apóstoles en Juan 15:18, Si el mundo los aborrece, sepan que a Mí me ha aborrecido antes que a ustedes.

Y Pablo le hace esta admonición A TIMOTEO en 2 Timoteo 3:12, También todos los que quieren vivir piadosamente en Cristo Jesús padecerán persecución. Y el apóstol Juan les recuerda en 1 Juan 3:13, Hermanos míos, no se extrañen si el mundo los odia.

Para los cristianos, la confrontación con el pecado y el mundo, muchas veces, resulta en el sufrimiento, que es parte del discipulado. Calcular el costo es parte de las palabras que Jesús dijo… “que nadie edifica una torre o entra a la batalla, sin antes calcular el costo”.

Cuando sufrimos, podemos estar tentadas a dudar del amor de Dios, y dejar que el pensamiento de la esposa de Job “entre en nuestras mentes”, como cuando ella le dijo a su esposo, las despreciables palabras en Job 2:9, ¿Todavía insistes en seguir siendo perfecto? ¡Maldice a Dios, y muérete!

Conforme los santos sean obedientes a la Palabra de Dios, y efectivos en proclamar el evangelio, la antipatía por parte de los no creyentes ES INEVITABLE. Π Un estudio de la vida de Pedro revela que él había aprendido la diferencia entre el sufrimiento -- causado por uno mismo -- y la clase de sufrimiento QUE NO ES MERECIDO.

Muchas veces, puesto en dificultades por su propia impulsividad, Pedro sabía la deshonra, que esas acciones, le habían traído a Cristo. Sin embargo, cuando lo arrestaron por predicar el evangelio, PEDRO, lleno del Espíritu Santo, lo usó como una oportunidad para traerle honor y gloria a su Rey.

Sin importar la fuente de nuestro sufrimiento, EL SUFRIMIENTO MISMO no es la cuestión. Más bien, ¿honra a nuestro Dios tu actitud hacia el sufrimiento?

¿Te sorprende que las dificultades sean parte de la vida? ¡Probablemente que no! Todas conocemos muy de cerca los problemas… las dificultades… las pruebas de la vida – ya sea la mala salud, una cuenta bancaria sin saldo, un amor arruinado, una pena, la pérdida de un trabajo, y la lista puede seguir… y seguir…

Por lo tanto, que no nos sorprenda que Dios también permita las pruebas de ser ridiculizadas y odiadas porque seguimos a Cristo. Pero la dificultad, ya sea común al hombre, o exclusivamente a la cristiana, puede revelar la fibra moral de nuestra alma.

PAUSA

Yo nunca he visto un campo de golf que no tenga obstáculos. Son parte del deporte. Los golfistas hablan de los campos de golf, con los mayores obstáculos, como los más desafiantes. Y ELLOS VIAJAN GRANDES DISTANCIAS, para probar sus habilidades en los 18 hoyos más difíciles.

Oliver Wendell Holmes dijo, “SI YO TUVIERA LA FÓRMULA PARA EVITAR LOS PROBLEMAS, NO LOS EVITARÍA. No le estaría haciendo ningún favor a nadie… ¡EVITÁNDOLOS! Un problema crea la capacidad de manejarlo… Así qué, encuéntrate con el problema, como si fuera tu amigo.

¡TAL VEZ TENGAS QUE PASAR BASTANTE TIEMPO CON ÉL!

Los problemas, a los que nos enfrentamos cada día, revelan cuanto necesitamos al Señor. Ellos prueban nuestra fe y nuestra fuerza de voluntad, y nos ayudan a confiar en la Palabra de Dios. “Los grandes triunfos nacen de las grandes aflicciones”.

13 Al contrario, alégrense de ser partícipes de los sufrimientos de Cristo, para que también se alegren grandemente cuando la gloria de Cristo se revele. Lo mismo sucede en nuestras vidas espirituales.

Conforme veamos nuestras persecuciones,como sufrimiento por Cristo, y con Cristo, lo amaremos más profundamente y confiaremos en Él más completamente. Y a medida que esto ocurre, podremos alegrarnos en medio de nuestro dolor.

Nuestra alegría presente se convertirá en una SÚPER ALEGRÍA cuando nuestro dolor desaparezca… cuando nuestro Señor Jesucristo regrese. Nuestro sufrimiento tiene significado cuando nos acerca a una comunión más profunda con Jesucristo.

14 ¡Bienaventurados ustedes, cuando sean insultados por causa del nombre de Cristo! ¡Sobre ustedes reposa el glorioso Espíritu de Dios!

El nombre de Cristo es la causa del odio dirigido a los creyentes. En los principios de la iglesia, el nombre de Cristo se convirtió primero en sinónimo del Salvador mismo, y de todos Sus representantes. Insultados significa “ser abusado o calumniado”.

Representa denuncias injustificadas en contra de la creyente. Para la gente sensible, “muchas veces, hay más amargura en estos ataques, que la pérdida de cosas materiales, o en los tormentos y agonías del cuerpo”.

En su sermón ante el concilio, Pedro dijo en Hechos 4:12, 12 En ningún otro hay salvación, porque no se ha dado a la humanidad ningún otro nombre bajo el cielo mediante el cual podamos alcanzar la salvación.

No es el nombre de Cristo que ofende a los no creyentes, sino más bien, QUIÉN ES ÉL, LO QUE DIJO, Y LO QUE HIZO… éstos son la causa de la hostilidad en ellos. Sin embargo, todo el odio y la violencia del mundo contra los cristianos ”, no disminuye su bendición.

15 Que ninguno de ustedes sufra por ser homicida, ladrón o malhechor, ni por meterse en asuntos ajenos. 16 Pero tampoco tenga ninguno vergüenza, si sufre por ser cristiano. Al contrario, glorifique a Dios por llevar ese nombre.

Originalmente, la palabra griega traducida “sufrir” significaba “experimentar algo desde afuera”, ya sea bueno o malo. Pero con el tiempo, la palabra perdió su significado positivo.

Llegó a ser usada solo para experiencias desagradables… para castigos injustos, el abuso, las amenazas, los insultos, o la discriminación. La palabra “sufrir” es usada cuarenta-y-dos veces en el Nuevo Testamento, mayormente para describir el sufrimiento de Jesús en la cruz, y la persecución de Sus discípulos.

Es bien interesante, que Pablo solo la usara siete veces en todas sus escrituras del Nuevo Testamento, mientras que Pedro la usó ocho veces en 1 Pedro solamente. El apóstol Pedro sugiere que soportar el sufrimiento injusto POR LA CAUSA DE CRISTO es seguir Su ejemplo perfecto.

No es algo del cual los cristianos se deban de avergonzar. Mientras que los no creyentes puedan experimentar buena suerte en esta tierra, ellos sufrirán en definitiva por toda la eternidad. Sin embargo, los creyentes puede que se enfrenten a la adversidad en la tierra, pero su premio será la vida eterna.

El sufrimiento es común en todas las personas. Tenemos la elección de sufrir como resultado de nuestro pecado y rebelión, o sufrir como resultado de la justicia. La primera viene de la mano de Dios, LA OTRA, está en la mano de Dios.

Y YA PARA TERMINAR…

Esta sección de 1 Pedro puede ser descrita como “un capítulo de la realidad”. Pedro había vivido una vida verdadera, y había experimentado dolor verdadero. La mayoría de su dolor había sido infligido por otros. Muchas veces, los que nos atacan están furiosos, o celosos de nosotros.

A veces es porque modelamos un estilo de vida, que les molesta, porque ilumina la oscuridad de su vida. Como resultado, ellos se enfurecen y nos atacan… ridiculizándonos y calumniándonos, o respondiendo con celos, pero nunca admitiendo que ellos quieren lo que nosotros tenemos.

De cualquier manera, terminamos siendo atacadas simplemente porque hemos elegido seguir a Cristo. Esto es lo que hace que esta carta sea tan práctica, y tan relevante en nuestras vidas. Este capítulo nos alienta a que continuemos confiando en la fidelidad de nuestro Dios, en medio de toda circunstancia.

¿Cómo te ayuda el ejemplo de Cristo a sobrellevar el sufrimiento? ¿De qué forma estás sufriendo en estos momentos? ¿Puedes decir realmente que estás sufriendo por la causa de Cristo? ¿O te ha venido el sufrimiento a razón de tu conducta poco piadosa?

¿Qué don espiritual te ha dado Dios? ¿Cómo lo estás usando para la bendición de tu iglesia?

ORÉMOSLE AL SEÑOR

Padre, es bien duro entretejer los hilos oscuros del sufrimiento a través de nuestras vidas, y ver alguna semejanza de diseño o razón por ellos. Parecen tan fuera de lugar, tan oscuros, tan ajenos a nuestros sueños.

Ayúdanos, Señor, a ver Tu mano… Tu voluntad dirigiendo las circunstancias del dolor. Ayúdanos a no abandonar el buen vivir solo porque nuestro vivir se ha hecho tan duro. Señor, queremos hacer tu voluntad.

Queremos servir al Cuerpo de Cristo con los dones que nos has dado. Gracias por el sufrimiento. Gracias por ayudarnos a verque los colores del sufrimiento son necesarios. Porque sin ellos, el lienzo de nuestras vidas no podrían reflejar la imagen de Tu Hijo. En el nombre de Jesús, Amén.