No importa a donde vayas en la ciudad de Río de Janeiro, ¡tú puedes ver a Jesús! De pie sobre esta ciudad brasilera, y anclado a una montaña, “llamada Corcovado”, hay una estatua de Jesús de 30 metros de altura, llamada El Cristo Redentor.
Con los brazos abiertos, esta estatua es visible “día y noche” desde cualquier punto del área metropolitana. Por muy reconfortante que esta estatua sea “para aquellos que miren hacia arriba y la vean”, hay una tranquilidad que es mucho mayor que esta realidad.
¡SI! ¡LA TRANQUILIDAD DE SABER “QUE EL VERDADERO JESÚS” NOS VE EN TODO MOMENTO!
Dios promete grandes bendiciones a Su pueblo… ¡pero muchas de estas bendiciones requieren nuestra participación! Él nos librará del temor; nos guardará, nos defenderá; nos mostrará que Él es bueno; suplirá nuestras necesidades, nos escuchará, ¡y nos redimirá! SIN EMBARGO, ¡DEBEMOS PONER DE NUESTRA PARTE!
¡SI! Podemos ganarnos Sus bendiciones cuando confiamos en Él; cuando clamamos a Él; cuando nos refugiamos en Él, “CUANDO LE TEMEMOS”, cuando nos apartamos del mal y hacemos el bien. Buscamos la paz, cuando tenemos el corazón quebrantando… ¡y cuando lo servimos!
El Salmo 34:15-18 dice, El Señor no aparta Sus ojos “de los justos”; y sus oídos están siempre atentos a su clamor. ¡Esta es una invitación llena de alegría… de gozo! Dios rescató a David – y ahora David quiere que nosotros adoremos a Dios -- junto con él -- confiando que Dios nos rescatará.
Como el Espíritu Santo inspiró a David a escribir este salmo… ¡ESTA INVITACIÓN VIENE DE DIOS MISMO! Este Salmo es uno de los pasajes más alentadores de la Biblia.
Sus promesas son increíbles, y su mensaje es consolador. ¡Sus prioridades son nuestro modelo! Debemos adorar a Dios primero -- luego buscarlo -- y finalmente, mirarlo con amor y gratitud.
Aquellos que siguen este modelo -- de acuerdo con la Palabra de Dios – nunca se desilusionarán. ¡Refugiarnos en Jesucristo es todo lo que necesitamos! El Señor no aparta Sus ojos de los justos.
¿Quiénes son los justos? Son aquellos que han puesto “su confianza” en Jesucristo. ¡Él es nuestra justicia! Nuestro Dios supervisa nuestras vidas, y escucha el llanto de los que confían en Él. Dios está siempre disponible “para ayudarnos” en nuestros momentos de necesidad. ¿Sabías que Jesús TIENE SUS OJOS PUESTOS EN TI en todo momento?
¡Jesús nunca nos pierde de vista! Sin embargo, la gran pregunta no es… ¿se preocupa Dios por mí? La Biblia declara “una y otra vez” que Jesús se preocupa por nosotros. Nos dice que Él escucha nuestras oraciones, y que está con nosotros dondequiera que estemos.
¡SI! La Biblia dice que le llevemos a Dios nuestras ansiedades… ¡porque Él cuida de nosotros! Además, Dios nos dice que Él nunca nos dejará ni nos abandonará. ¡El mensaje es claro y conciso! ¡Dios cuida de los Suyos! Si eres hija de Dios, tú nunca estás fuera del alcance de Su precioso cuidado.
LA BIBLIA “ES BIEN CLARA” CUANDO HABLA DEL AMOR INQUEBRANTABLE DE DIOS. ¡SU AMOR ES GRANDE, ES ETERNO Y ES PERFECTO!
Pablo declara en Romanos 8, que nada puede separarnos del amor de Dios en Cristo Jesús. Dios jamás se alejará del amor que ha derramado en nosotros. ¡Así que! Si eres hija de Dios, estas perdiendo tu tiempo y tu energía espiritual “preocupándote si Dios te ama o no.”
No estás aprovechando bien tu tiempo, si estás tratando de recordar “pequeños momentos en tu vida” para cerciorarte “si estos indican” que Dios te ama. A decir verdad, no es muy sabio comparar tu vida con la de otra persona, “preguntándote todo el tiempo” lo que la evidencia dice acerca… ¡del amor de Dios por ti!
Es muy tentador hacer estas cosas cuando la vida se pone difícil y, cuando cosas impredecibles y dolorosas entran por tu puerta. ¡Pero cuestionar el amor de Dios “nunca nos llevará a un buen lugar!” Cuando estés tentada a hacer eso, ¡corre a la Palabra de Dios! ¡En ella encontrarás paz y seguridad!
La Biblia nos fue dada “para darnos paz” en aquellos momentos, cuando es difícil “entender” lo que Dios está haciendo. ¡El amor de Dios viene “en toda clase de envolturas! Su amor no es siempre “una bebida fresca ni una almohada suave”. El amor de Dios no siempre alivia nuestras circunstancias, ni nos saca de algún problema.
Hay momentos en la vida, en la cual nos preguntamos, ¿le importo yo a Dios? Dios sabe, que el problema al cual nos estamos enfrentando, “revelará nuestro propio corazón,” o “nos mostrará Su gloria.”
Muchas veces, el problema en sí “es la herramienta de amor” en las manos de Jesús, ¡porque Él sabe lo que necesitamos! ¡NOSOTRAS LE IMPORTAMOS A DIOS! Como hija de Dios, “no hay momento” … en que no estés bajo el cuidado de Dios. ¡SI! ¡No hay ni un solo momento” … en que no seas el objeto de Su amor!
18El Señor está cerca de los quebrantados de corazón, y Él salva a los de espíritu abatido.
David -- en ninguna parte de este salmo -- promete que la vida de fe y obediencia “libra al hijo o hija de Dios” de sus problemas. ¡NO! Lo que sí nos promete -- es que si confiamos en Él y clamamos a Él -- ¡Jesús nos ayudará a superar nuestras pruebas! ¡Y también Jesús nos ayudará con nuestros propios sentimientos!
Tenemos la seguridad “de que Dios está cerca de nosotros” aun cuando nuestro corazón esté roto, y nuestro espíritu esté quebrantado. ¡ESTA NO ES UNA PROMESA CON CONDICIONES! ¡NO! ¡ESTE ES UN HECHO REAL! ¡UN HECHO VERDADERO!
¿Cuándo nos preguntamos donde está nuestro Señor? ¿Cuándo nuestro corazón está roto? ¿Quebrantado? ¿Destrozado? David dice, “QUE EN NUESTROS MOMENTOS MÁS DIFÍCILES” … ¡JESÚS ESTÁ “MÁS CERCA DE NOSOTROS!”
Por ejemplo. ¿Se acuerdan cuando Jesús murió en la cruz? María Magdalena había ido a la tumba donde Jesús estaba enterrado. Al darse cuenta, que el cuerpo de Jesús no estaba ahí… ¡su corazón se rompió de dolor! Un hombre se le acercó, y le preguntó, “¿A quién buscas?”
Pensando que era el jardinero, María le dijo, “Señor, si tú te lo has llevado, dime adónde lo has puesto… ¡y yo me lo llevaré!” “MARÍA,” le dijo el hombre. ¡Entonces ella supo que era Jesús! ¿Cómo fue que María no reconoció a Jesús al principio? A lo mejor porque sus ojos estaban llenos de lágrimas.
A veces, cuando nuestros ojos están llenos de lágrimas, no vemos que nuestro Señor está de pie ante nosotros. ¡Es aquí donde podemos ver nuestra fe! Y es aquí cuando debemos decir, “Señor, Tu Palabra dice que Tú estás cerca de mí. Aun cuando no te vea – yo creo en Tu Palabra – “’¡Yo creo que Tú estás “cerca de mí” en este momento!’”
El dolor, la pena, o la depresión “pueden hacerte sentir abrumada”. Cuando los nervios están a flor de piel, y las emociones están tensas, nuestro primer instinto “es de volvernos introvertidas” … o de aislarnos. ¡NO! Más bien, ¡corramos a Jesús! ¡Él es nuestro refugio seguro!
Aquellos que buscan a otras personas “para obtener seguridad o dirección”, ¡se desilusionarán algún día! ¡Nadie está a la altura de nuestras expectativas! ¡Nadie puede ser Dios para nosotros! Las personas que buscan posesiones o riquezas para tener seguridad o estatus… ¡ALGÚN DÍA SE ENCONTRARÁN VACÍAS!
Nada en toda la creación puede satisfacer nuestras necesidades más profundas. ¡Solo nuestro Creador puede hacerlo! Aquellos que miran a cualquier cosa, excepto a la plenitud de Dios -- ya sea en los momentos buenos o en los tiempos de adversidad -- terminarán vacíos. Sin embargo, aquellas que miran a Dios… ¡irradian alegría!
¡Nunca nadie, que haya buscado al verdadero Dios, ha quedado desilusionado! ¡Nunca! Cualquier cosa “que pueda estar sucediendo en tu corazón o en tu vida en este momento”, no es una señal de que Dios está descontento contigo.
A decir verdad, Jesús se acerca a ti en tus momentos de necesidad. Tu quebranto y, tu desesperación “SON LOS IMANES” que atraen la atención de Dios.
La clave es “de entregarle a Dios nuestro dolor, y nuestra desesperación – COMO UNA OFRENDA -- como un regalo de oportunidad para que Dios lo use. Su amor y compasión no pueden rechazar un corazón -- QUE LO NECESITA -- ¡Y QUE LO CONOCE!
DILE A DIOS QUE NECESITAS SU CONSUELO. CONFIÉSALE TU DESALIENTO Y DESCONSUELO. ¡INVÍTALO A TU LUGAR DE DOLOR! ¡JESÚS QUIERE ENCONTRARSE CONTIGO AHÍ!

