Durante la Segunda Guerra Mundial, la familia de Corrie ten Boom no solo tenía un negocio de relojería en Amsterdam, sino que trabajaba “afanosamente” tratando de proteger a las familias judías. Eventualmente, toda la familia ten Boom fue detenida, y enviada a un campo de concentración. El padre de Corrie murió 10 días después.

Su hermana Betsie, también murió en el campo de concentración. Mientras Betsie y Corrie estuvieron en el campo juntas, la fe de Betsie ayudó a fortalecer la fe de Corrie. Su fe la llevó a perdonar hasta a los hombres más despiadados, que fueron los guardias del campo de concentración.

Cuando la guerra terminó, y a pesar de que el odio y el deseo de vengarse continuaban destruyendo vidas, y a pesar que los campos de concentración ya habían sido destruidos, Corrie sabía esta verdad: “Que el odio le duele más al que odia”, que al que es odiado, por muy justificable que sea ese odio.

Como Corrie, cada una de nosotras tiene la oportunidad de amar a nuestro enemigo… ¡y escoger perdonarlo! El perdón no excusa la ofensa, ¡NO! pero cuando perdonamos, ¡mostramos a Cristo al mundo!

Efesios 4:32 dice, Sean bondadosos y misericordiosos, y perdónense unos a otros, así como también Dios los perdonó a ustedes en Cristo.

Colosenses 3:12 dice,Como escogidos de Dios, santos y amados, revístanse de entrañable misericordia, de benignidad, de humildad, de mansedumbre y paciencia.

En este pasaje, Pablo nos muestra cómo vivir para Dios “día tras día”: (1) Imita la actitud perdonadora y compasiva de Cristo. (2) Deja que el amor guíe tu vida. (3) Permite que la paz de Cristo gobierne tu corazón. (4) Sé siempre agradecida.

(5) Guarda la Palabra de Dios en tu corazón en todo momento, y (6) Vive como una verdadera representante de Cristo.

13Sean mutuamente tolerantes. Si alguno tiene una queja contra otro, “perdónense” de la misma manera que Cristo los perdonó. 14Y sobre todo, revístanse de amor, que es el vínculo perfecto.

La clave “para poder perdonar a otros” es recordar lo mucho que Dios nos ha perdonado a nosotras. ¿Te es difícil perdonar a alguien que te ha hecho algún daño”, aun cuando Dios te ha perdonado a ti mucho más? El amor y perdón de Dios te pueden ayudar a amar, y perdonar a otros.

En el mes de marzo del 2006, la red social X, -- antes llamada Twitter – fue creada como una plataforma, donde la gente de todo el mundo podía expresar sus opiniones, usando mensajes cortos, imágenes y videos. ¡Fue algo que encantó a todo el mundo!

Sin embargo, en los últimos años, esta fórmula se ha vuelto bastante compleja, donde individuos han comenzado a usar “la red social”, como una herramienta para discutir, para criticar, y para insultar a otros “por sus actitudes y estilos de vida”, con los cuáles no están de acuerdo.

Si un día cualquiera entras a esta plataforma, encontrarás el nombre, de por lo menos, una persona considerada “influyente.” Has el clic en ese nombre, y encontrarás millones de personas dando sus opiniones acerca de cualquier controversia que haya surgido.

Hemos aprendido a criticar todo “públicamente”, desde las creencias que las personas tienen… hasta las ropas que se ponen. Sin embargo, la realidad es que esa actitud criticona y poco amorosa, no se alinea con lo que Dios nos ha llamado “a ser,” como creyentes en Jesús.

Aunque habrá momentos en que tengamos que lidiar con desacuerdos, la Biblia nos dice, qué como creyentes, nos debemos de comportar con compasión, bondad, humildad, gentileza y paciencia. ¶ En vez de criticar con dureza -- aun a nuestros peores enemigos -- ¡Dios nos exhorta a que seamos tolerantes!

Si alguno tiene una queja contra otro, perdónense “de la misma forma” como Cristo los perdonó a ustedes. Este trato no se limita a las personas con estilos de vida y creencias… ¡con quienes estamos de acuerdo!

Aunque sea difícil, debemos tratar “a aquellos” con quienes estamos en contacto “con gracia y amor” de la forma como Cristo nos guía a ser, reconociendo que hemos sido redimidas por Su amor.

¡A VER! Piensa en aquel día “en que fuiste bien rápida” en criticar a una amiga, o hasta a un desconocido. ¿Cuál fue el resultado? ¿Qué podrías “haber hecho diferente” para honrar a Dios, y a esa persona con tus palabras?

15Que en el corazón de ustedes gobierne la paz de Cristo, a la cual fueron llamados en un solo cuerpo. Y sean agradecidos.

Un corazón que es verdaderamente agradecido es un corazón que está en paz con su Creador. Aun cuando el caos y el peligro estén girando alrededor nuestro… ¡la gratitud es la respuesta digna y correcta!

A pesar de todo “lo que pueda estar pasando en nuestras vidas”, este hecho es bien claro: Se nos ha dado vida gracias a nuestro Dios generoso, y Su providencia nos rodea diariamente.

Tú podrás dar tu próximo respiro… ¡solo si Dios te lo provee! Tú comerás tu próxima comida… ¡solo si Dios te la da! Tú verás el próximo atardecer, acariciarás a tu ser querido, te maravillarás contemplando un bello paisaje, y sentirás la frescura de la brisa… ¡solo si Dios te lo permite!

¡La gente agradecida adora a Dios con todo su corazón! La gratitud abre nuestro corazón “a la paz de Dios” y nos permite revestirnos de amor.

La gente descontenta se concentra siempre en lo negativo de su vida. Así que piensa en todo lo que es bueno… ¡y dale gracias a Dios!

17Y todo lo que hagan, ya sea de palabra o de hecho, háganlo en el nombre del Señor Jesús, dando gracias a Dios el Padre por medio de él.

Y ya para terminar la historia de Corrie y Betsie Ten Boom. Mientras ellas “todavía” se encontraban en el campo de concentración, ambas se preguntaban como iban a poder sobrevivir en las terribles condiciones en que se hallaban. ¡Y para remate, el cuarto “donde se encontraban” estaba lleno de pulgas!

Pero después de leer las palabras del apóstol Pablo -- que debemos dar gracias por todo -- ellas se dieron cuenta “que la gratitud” es un instrumento dado por Dios. Así que, las hermanas comenzaron a darle gracias a Dios por todo -- la una por la otra -- por el hecho que todavía tenían una Biblia, y porque había otras cristianas en el campo.

Como las mujeres andaban “todas apretujadas en ese cuarto”, esto permitía que más mujeres pudieran escuchar “las buenas nuevas de Cristo” cuando leían la Biblia. Sin embargo, cuando Betsie comenzó a darle gracias a Dios “hasta por las pulgas”, Corrie dijo, ¡NO! “Ni hablar! ¡Las pulgas no pueden ser un regalo de Dios!”

Tiempo después, Corrie y Betsie “se dieron cuenta” que la razón que podían hablar con toda libertad “en el cuarto donde se reunían con todas las mujeres”, era porque no las estaban vigilado muy de cerca.

¿Por qué creen que los guardias no querían entrar al cuarto? ¡Porque el cuarto estaba infestado de pulgas! Lo que parecía ser una maldición para ellas… ¡terminó siendo una bendición divina! ¡Muchas mujeres se entregaron a Jesús “en ese cuarto” porque los guardias “se mantuvieron alejados” por culpa de las pulgas!

¡Dios no nos dice “que debemos disfrutar de cada aspecto de la vida!” Lo que sí nos dice, es que cada circunstancia “puede ser cambiada” para servir los propósitos de Dios, y para bendecir a Su gente, cuando tenemos fe, y somos agradecidas.

Por eso, Romanos 8:28 dice, Dios dispone todas las cosas para el bien de los que lo aman, es decir, de los que Él ha llamado de acuerdo a Su propósito. La Madre Teresa dijo, “La mejor manera de mostrarle gratitud a Dios es aceptar todo -- aun los problemas -- con alegría.”

¿Quieres honrar a Dios? ¿Quieres impactar a tu cultura y, ser un excelente testigo para el reino de Dios? Entonces sé agradecida, sé humilde, ¡y aprende a perdonar! La gratitud, la humildad, y el perdón llenarán tu corazón, ¡y luego desbordarán a tu alrededor!