¡La impaciencia no es una virtud! Cuando observas una situación en tu vida, y decides que la cosa no se está moviendo lo suficientemente rápido, tú decides tomar cartas en el asunto… ¡en vez de esperar en Dios! Al hacer eso, le estas volteando la espalda a Dios, por lo que iba hacer por ti, o a través tuyo.
Puede ser, que por un tiempo este método te funcione, y puedas terminar el trabajo. Puede que la atención que querías, te venga, y los sueños que tenías se hagan realidad. Pero si lo que hiciste -- fue hecho por tu propio esfuerzo -- y no por la fortaleza del Señor, pronto se te acabará la energía, y tu éxito se volverá en fracaso.
Cuando piensas que necesitas algo en tu vida -- es casi natural -- aventarte de lleno y hacer las cosas, a como dé lugar. Tú tomas el control de tu vida y hasta de las vidas de otros, y haces lo que puedas para protegerte de la soledad, del sufrimiento y de lo que tú piensas que son actos de maldad -- hechos contra ti -- por gente malvada.
Pero a lo mejor… la soledad y el sufrimiento que estás sintiendo ahora -- mientras esperas en Dios para que supla tus necesidades -- sea exactamente lo que tu alma necesita. Esperar en el Señor significa confiar en Él en todo – especialmente –en los momentos en que tienes que tener paciencia.
La paciencia es una virtud que le enseña al corazón a confiar en Dios, y no a apoyarse en su propia prudencia. Cuando esperas en Dios, tus ojos no están puestos en ti misma, sino están puestos en el cielo “animándote” por lo que Dios va hacer.
Cuando esa sea tu posición, verás como la gloria y el amor de Dios comienzan a obrar en tu vida. Tus ojos -- enfocados en Dios -- ¡podrán ver las pruebas y hasta los peligros! ¡Sin embargo, ¡el miedo no te abrumará!
Me encanta lo que el Salmo 62:1-2 dice al respecto, Solo en Dios halla descanso mi alma; de Él viene mi salvación. 2Sólo Él es mi roca y mi salvación; porque Él es mi protector. ¡Jamás habré de caer!
Había un hombre -- que siempre andaba preocupado de que se iba a morir de cáncer, ya que el cáncer estaba fuera de control. Él estuvo preocupado con esto durante treinta años, y el pobre terminó muriéndose de un ataque al corazón. ¿Te deberías de preocupar por tu salud? ¡Por supuesto!
¿Deberías hacer todo lo posible para mantenerte saludable? ¡Por supuesto! Pero después de haber hecho todo lo que puedes hacer, ¡deja de preocuparte! ¡Eso es lo que Dios dice! ¡Así que! Si te andas preocupando, ¡estás insultando a Dios!
Isaías 40:31 dice,Los que confían en el Señor recobran las fuerzas y levantan el vuelo como las águilas; corren, y no se cansan; caminan, y no se fatigan.
A veces te puedes sentir tan agotada y tan estresada – que no estás segura si vas a poder dar un paso más. Tal parece, que pasas tu tiempo corriendo de una crisis a otra, y muchas veces “hasta dando de tu tiempo y energía a otros.” El Señor quiere renovar tus fuerzas, para que goces “de la vida abundante” que Él tiene para ti.
¡La clave es de esperar en Él! ¡A nuestra generación no le gusta esperar! Siempre estamos apuradas con todos los compromisos y responsabilidades que tenemos. Corremos -- a través de nuestras vidas -- sin detenernos a evaluar nuestras actividades.
A veces, en nuestro apuro por terminar nuestro trabajo… ¡nos adelantamos a Dios! Parte del proceso restaurador de Dios es de detenernos para escucharlo. Mientras esperamos en Él, Dios nos recordará que nuestra dependencia total es en Su fortaleza. Cuando disminuimos la velocidad y buscamos la voluntad de Dios, ¡Él nos revelará Sus planes!
Bíblicamente, esperar en el Señor nunca es pasivo. ¡Es siempre activo! Esperar requiere -- dejar de hacer nuestras propias actividades -- y darle a Dios toda nuestra atención. Capaz tengamos que abandonar algunas de las actividades -- que hemos permitido que llenen nuestras vidas.
Necesitamos tomarnos “todo un día” para sentarnos silenciosamente ante el Señor. Si le preguntamos, Dios nos mostrará los recursos “que Él ha provisto” para ayudarnos con el trabajo que hemos tratado de hacer por nosotras mismas.
Dios podrá tratar “con los sentimientos de culpabilidad” que nos han motivado a hacer cosas… ¡que Él no nos ha pedido que hagamos!
Jesús tenía más responsabilidades que nosotros. Más gente lo necesitaba a Él, que a nosotras. Sin embargo, Él nunca se sintió agobiado o inadecuado por el trabajo. Ahora Jesucristo nos ofrece guiarnos para que podamos llevar a cabo la voluntad de nuestro Padre Celestial… ¡y de obtener “la fuerza necesaria” para cada día!
Por eso Jesús dice en Mateo 11:28, Vengan a Mi todos ustedes, los agotados de tanto trabajar, que Yo los haré descansar.
Dios ofrece palabras alentadoras para los débiles, los cansados, y los indefensos. Él promete nuevas fuerzas, grandes logros, y un espíritu de resistencia. Él les da energía a nuestras piernas para caminar la distancia, reaviva nuestros corazones con muchas expectativas, y reafirma Sus propósitos nuevamente.
Como cuando un “corredor de maratones” llega a un punto de euforia cuando él o ella se olvida del dolor y de la fatiga de la carrera, ¡nosotros tendremos una nueva fe que nos llevará a nuevas metas!
Sentimos que podemos esperar para siempre, pero tenemos la esperanza, que no tengamos que hacerlo. Las promesas -- que Dios nos hace -- son la paciencia y el gozo, mientras esperamos. ¿Y cómo podemos llegar a esas alturas? Son el regalo “para todos aquellos que confían en el Señor.”
Cuando confiamos en Dios -- en el lugar de descanso de espíritu que viene cuando nos apoyamos en Su bondad -- ¡nuestras fuerzas y energías se renovarán! Sin embargo, cuando sentimos que no podemos dar un paso más, debemos recordar la bondad y la fidelidad de nuestro Dios.
Una de las dificultades “de vivir en un mundo conflictivo” es que nosotros “nos podremos centrar más en los problemas”, ¡que centrarnos en Dios! Cuando eso pasa, ¡perdemos nuestro enfoque! Poco a poco, todos nuestros problemas comenzarán a verse enormes, y las fuerzas de Dios Todopoderosa se verán insignificantes.
En vez de que las montañas se muevan por fe -- nos preocupamos por todo -- creando montañas de tensiones “innecesarias” para nosotras mismas y para otros. Dios nos hace ver -- que comparado a Él -- las naciones son como una gota de agua en un balde, y que los habitantes de la tierra son como cangrejos.
Las palabras de Dios no son dichas para humillarnos. ¡NO! Sino más bien, para alentarnos a buscarlo, y para recibir la visión que Dios tiene para nuestra vida. Sin embargo, Dios nos ofrece mucho más que una nueva visión. Él nos ofrece “aquello” que nos permitirá vivir, según esa visión.
Si dependemos en Dios, en vez de inquietarnos acerca de nuestros problemas, Él renovará nuestras fuerzas, y las alas de la fe “levantarán nuestros corazones” por encima de nuestras dificultades. ¡Nuestros problemas podrán ser enormes -- pero nosotros los podemos ver chiquititos -- en comparación a nuestro gran Dios!
Los que confían en el Señor recobran las fuerzas y levantan el vuelo, como las águilas; corren, y no se cansan; caminan, y no se fatigan.
¡Hasta la gente “más fuerte” se cansa! Pero el poder y fuerza de Dios nunca disminuyen. Él nunca está demasiado cansado u ocupado para ayudarnos o escucharnos. Confiar en el Señor es nuestra esperanza de que Dios cumplirá las promesas que nos ha dado en Su Palabra.
Alguna vez te has dicho a ti misma, “Yo lo puedo hacer sola,” para después darte cuenta que no lo puedes sola?” Cuando eso sucede, te sientes derrotada. Tú clamas, “Señor, yo no quiero hacer esto.” Pero cuando esperas y encuentras quietud en medio de la confusión y aflicción, es cuando finalmente dices, “Señor, ¿lo puedes hacer Tú?”
Entonces aprendemos la verdad de Isaías 40:31, Los que confían en el Señor recobran las fuerzas.
Hay esperanza para los creyentes cuando esa terrible sensación de cansancio nos invade completamente. Podemos pasar -- de nuestro propio esfuerzo -- a la belleza y bendición del descanso en Dios.
El Creador de toda la tierra -- que es omnipotente y omnipresente -- está lleno de compasión y de bondad por nosotros. ¡Él nunca nos hará daño! ¿Crees que Dios te ama y que quiere lo mejor para ti? ¿Encuentras descanso en la confianza de que los propósitos de Dios son los mejores?
¿Estás convencida de que Dios tiene el poder para controlar todos los aspectos de la vida, incluyendo la tuya? AUNQUE ESTÉS TENIENDO DIFICULTADES CON TU FE, ¡ACEPTA LA PROVISIÓN Y EL CUIDADO DE DIOS!