Dos guardabosques iban a competir “entre ellos” para ver quién podía cortar más árboles en un día. Uno de los guardabosques era un muchacho joven, mientras que el otro era un señor mayor, pero con mucha experiencia.

Cuando el día de la competencia llegó, el muchacho salió rápidamente, y estuvo cortando árboles durante 8 horas “sin parar”. Al final del día, él había cortado 25 árboles. Él sabía que el viejo caballero no podría competir contra él. El muchacho sabía que él era joven y fuerte.

Además, el joven guardabosques recordó que el viejo se había tomado descansos “de 10 minutos” después de cada hora. El joven estaba seguro que ganaría porque él no se había tomado ningún descanso. Después de todo… ¡él había cortado 25 árboles!

Pero descubrió “que el hombre mayor” había cortado cuarenta árboles. “¿Qué cosa?” En estado de shock, el muchacho le preguntó, “¿Cómo puede ser posible, señor? Yo no paré ni por un momento. ¡Y usted paró 10 minutos después de cada hora! Y sin embargo, usted ha cortado casi el doble de árboles que yo. ¿Cómo pudo hacer eso?”

El viejo guardabosques dijo, “Si, sí, yo comprendo su pregunta. Usted estaba trabajando duro, usted estaba sudando. Usted estaba gruñendo. En cambio, yo me sentaba a descansar por diez minutos, después de cada hora.

¡Yo hice dos cosas importantes! Primero que nada, yo recuperaba mis fuerzas. ¡Usted seguía dándole sin parar! Y segundo, yo afilaba mi hacha. Usted estaba trabajando duro… ¡pero estaba trabajando con un hacha desafilada!

Jesús dice en Mateo 11:28-30, Vengan a mí todos ustedes, los agotados de tanto trabajar, que yo los haré descansar. 29Lleven mi yugo sobre ustedes, y aprendan de mí, que soy manso y humilde de corazón, y hallarán descanso para su alma; 30porque mi yugo es fácil, y mi carga es liviana.»

¿A quién invita Jesús a que venga a Él? ¡A TODOS! A todos aquellos que están luchando por encontrar alivio. A todos los que quieren conocer la verdad. A todos los que necesitan esperanza para seguir a adelante… ¡y hacerle frente al futuro! A todos los que están luchando por sobrevivir la noche.

A todos los que están sufriendo o encorvándose por el peso de sus problemas. Todos, sin importar el sexo, la edad, raza, color, pasado, presente – todos ustedes que están cansados y agobiados, y soportando cargas pesadas. ¡SI! Las palabras de Jesús son para la gente de todas las edades, de todas las nacionalidades, y de todos los temperamentos.

Algunas personas me dicen, “El problema con la Biblia es que no es relevante… no es pertinente.” ¡Esto siempre me asombra! ¿Es tu cansancio importante? ¿Es tu peso real? Jesús nos está hablando a todos nosotros – a los agotados, a los sobrecargados de trabajo, y a los explotados.

Si hay una cosa que cada ser humano anhela… ¡ES EL DESCANSO! Todos anhelamos descansar en paz, no solo cuando muramos, sino también mientras vivamos. ¿Quién no quiere la paz “interior y exterior” que viene de vivir en una relación correcta? ¿Has estado alguna vez en una relación incorrecta?

¿Te ha dado descanso la inmoralidad? ¿Te ha dado descanso estar de fiesta en fiesta? ¿Te ha dado descanso el amor al dinero?

Jesús dice “que el descanso máximo” es el anhelo del corazón humano de tener una relación perfecta. ¡Solo una relación con Jesús es perfecta! Jesús te pregunta, “¿Quieres descanso? ¡Yo soy el que te da descanso! Yo soy el que puede liberarte de tus cargas pesadas.”

Aquí Jesús se estaba refiriendo al pecado. El pecado es demasiado pesado “para cargarlo por nosotras mismas.” Realmente te puede salir una hernia, si tratas de cargar el peso de tu pecado. El único lugar en el mundo “donde puedes poner tus cargas” es en la cruz de Cristo.

Jesús cargó la cruz por ti, y te invita a que vayas a Él -- y que le lleves “a Él” el peso de tu pecado. Solo Él puede perdonarte. En este pasaje, Jesús invita, a los agotados de tanto trabajar. Él invita a los cansados, a los pobres, y a los azotados por la vida.

29-30Lleven mi yugo sobre ustedes, y aprendan de mí, que soy manso y humilde de corazón, y hallarán descanso para su alma; 30 porque mi yugo es fácil, y mi carga es liviana.

¿Saben lo que es un yugo? ¡Es un instrumento de trabajo! Es un pesado arnés de madera que se pone sobre uno o más bueyes para hacer que la carga sea más fácil de llevar. Está diseñado para distribuir el peso “en proporciones iguales” en ambos lados del cuerpo.

Tú podrás estar unida a Jesús y, aun así, tratar de vivir conforme a la carne. Cuando estamos unidas a Jesús, si tratamos de operar en la carne -- como solíamos hacer -- y tratar de ir por nuestro propio camino… ¡nos sentiremos infelices!

Jesús te dice, ¡Relájate! Cuando te relajas… ¡tu yugo se vuelve fácil! ¡Jesús toma la iniciativa! ¡Él está ahí con nosotros! Él nos dirige y nos lleva por el camino que debemos seguir. Su yugo -- cuando dejamos que Él tome el liderazgo -- es fácil, y Su carga ligera.

Una persona podrá estar llevando cargas pesadas -- no solo la carga del pecado – sino también, la opresión, la persecución, o hasta la fatiga de buscar a Dios. ¡Es Jesús quien libera a las personas de estas cargas! El descanso “que Jesús promete” es el amor, la sanidad y la paz con Dios.

Una relación con Dios transforma el trabajo agotador y sin sentido… ¡en productividad y propósito espiritual! ¡Jesús no fuerza Su yugo en nosotros! El Señor nos invita a que vayamos a Él -- a que compartamos con Él --y que nos volvamos “Sus ayudantes” para servir a un mundo necesitado. ¿No es esta una invitación maravillosa?

¡Pero son pocos los que responden! No puede haber mayor privilegio “en este mundo” que estar unida a Cristo “hombro-a-hombro con Él…” ¡y poder caminar “cada paso” con Él! Él quiere que nosotras -- que hemos sido salvadas -- aprendamos la verdad acerca del Padre, la verdad acerca del Hijo, y la verdad acerca de nosotras mismas.

Nuestro desarrollo se debe de caracterizar por un entendimiento -- cada vez mayor -- de lo eterno y lo infinito.

PAUSA

Si descubres que el cristianismo te está dejando exhausta, que está agotando tu energía, entonces estás practicando religión, en vez de estar gozando de una relación con Jesús. Jesús dijo que una relación con Él… ¡le dará descanso a nuestra alma! ¡Tu caminar con el Señor no te cansará! Más bien te fortalecerá, restaurará tus fuerzas, y estimulará tu vida.

El trabajo duro “o falta de sueño” te cansarán. Esa fatiga, generalmente, puede ser remediada con un buen descanso. Sin embargo, hay una fatiga “más profunda” que va más allá del cansancio físico. Es un agotamiento emocional que viene de experimentar cargas pesadas, y crisis agotadoras.

Tú podrás irte de vacaciones… ¡pero tu alma no será restaurada! Esta condición solo puede ser corregida “encontrando descanso” en Cristo. Algunas cristianas “fervorosas” quieren hacer “todo lo que puedan” para servir a Cristo, y se quedan exhaustas en el proceso. Es a ellas, a quienes Jesús invita a ir a Él… ¡y aprender de Él!

Jesús pasó “la mayor parte de Su ministerio terrenal” rodeado de multitudes necesitadas. Él se enfrentaba “constantemente” a una oposición despiadada. Muchas veces, Jesús oraba durante toda la noche… ¡y muy raramente tenía privacidad! Sin embargo, Él siempre recibía el descanso y las fuerzas de Su Padre.

No es que Jesús no trabajara duro, sino que Él sabía “cuál era el camino al descanso espiritual”. ¿Estás cansada? VE A JESÚS… ¡y deja que Él te dé Su descanso! Su descanso restaurará tu alma, ¡como ninguna otra cosa puede hacerlo! Si la vida te está agobiando, si el peso que estás cargando es demasiado pesado… ¡VE A JESÚS!

¡El descanso es Su invitación de salvación! Descansar es poner tus cargas en las manos de Dios, y gozar del perdón y vida eterna que Él te ofrece. El descanso que Jesús ofrece no puede ser comprado, ni merecido ni ganado. ¡ES UN REGALO! Lo único que tienes que hacer es “IR A JESÚS… Y LUEGO… ¡DESCANSAR!

La vida puede ser -- a veces --incómoda, dura, y difícil. Pero si caminas a la manera de Jesús, ¡encontrarás descanso! Encontrarás el refresco que viene del perdón, de la renovación cuando vivimos con propósito… ¡y del descanso que viene cuando servimos a Jesús!