El 4 de noviembre de 1966, la ciudad de Florencia, Italia, sufrió una gran inundación. La obra maestra de Giorgio Vasari, titulada “LA ÚLTIMA CENA”, quedó sumergida en un montón de agua, lodo, y aceite durante doce horas.
Con la pintura del cuadro ablandada y su marco de madera “considerablemente dañado”, muchos creyeron que esta obra jamás podría ser reparada. Sin embargo, después de cincuenta “tediosos años” de un proceso de conservación, los expertos pudieron superar los terribles obstáculos, y restaurar la valiosa pintura.
Cuando los babilonios conquistaron Israel, la gente se sintió desalentada – rodeada por la muerte y la destrucción -- y con una gran necesidad de restauración. Durante ese tiempo de confusión, Dios llevó al profeta Ezequiel a un valle, y le dio una visión “donde él se encontraba” rodeado de huesos secos.
Dios le preguntó a Ezequiel en Ezequiel 37:3, “Cobrarán vida estos huesos?” Ezequiel le contestó, “Señor y Dios, tú lo sabes”. Entonces Dios le dijo que profetizara sobre los huesos, para que pudieran vivir de nuevo. Ezequiel cuenta, que mientras él profetizaba, escuchó ruidos… un temblor, y los huesos se comenzaron a juntar unos a otros.
Por medio de esta visión, Dios le reveló a Ezequiel, que la restauración de Israel “solo podría venir”, por medio de Dios. No tenemos detalles específicos acerca del valle “del cual Ezequiel habla” en este pasaje. Ezequiel describe solamente que fue transportado “por el Espíritu de Dios”.
Puede haber sido una visión “de algún valle” que fue la escena de una tremenda tragedia o de una gran batalla -- porque habiendo tanta cantidad de huesos “sin enterrar en un mismo lugar” -- sugiere una batalla. Dios le dice a Ezequiel, que ese valle de huesos simbolizaba la nación de Israel… en su totalidad.
Aun así, la desesperanza y muerte -- que ellos estaban sintiendo -- podía ser restaurada por el Espíritu de Dios “soplando nueva vida en ellos”, y regresándolos a su tierra. ¡Para Dios no hay nada imposible! ¡NO HAY NADA IMPOSIBLE PARA DIOS!
¡Escuchen esto! La edición de la Enciclopedia Británica de 1911, hizo esta declaración: “La posibilidad de que algún día recobremos la pronunciación correcta del antiguo hebreo “es tan remota”, como la posibilidad de que el imperio judío vuelva a ser establecido “como nación” en el medio oriente.
Por supuesto que nosotros sabemos, que la nación judía fue reestablecida en 1948, y una visita a Israel, nos revela dos cosas. Primero, que los judíos han revivido el lenguaje hebreo. Y segundo, que “ahora” ellos hablan el hebreo en su antigua tierra.
4Profetiza sobre estos huesos, le dice Dios a Ezequiel, y diles: “Huesos secos, oigan la palabra del Señor”.
Es importante saber… que era una cosa humillante “para el cuerpo de un judío muerto” no ser lavado, envuelto y enterrado con dignidad en una tumba. Estos cuerpos habían sido dejados en el campo de batalla, convirtiéndose en alimento para los buitres, y siendo blanqueados por el sol.
Recuerden que el Señor le advirtió a Israel -- en el pacto que hizo con ellos -- que sus pecados los llevarían a esa experiencia tan deshonrosa.
Les dijo en Deuteronomio 28:25-26, El Señor hará que seas derrotado delante de tus enemigos. Por un camino saldrás contra ellos, y por siete caminos huirás de ellos, y todos los reinos de la tierra te humillarán.
26Tus cadáveres servirán de comida a todas las aves del cielo y a todas las fieras de la tierra, y no habrá quien las espante.
Dios le dice a Ezequiel que caminara alrededor de todos los huesos para que pudiera ver el gran número de esqueletos, y viera cuan secos estaban los huesos. El profeta se debe haber preguntado… ¿por qué me estará dando Dios esta visión? Entonces el Señor le da la respuesta… con esta pregunta, ¿Cobrarán vida estos huesos?
Desde el punto de vista humano… ¡la respuesta es no! Pero del punto de vista divino… ¡para Dios todo es posible! Romanos 4:17 dice, Dios da vida a los muertos, y llama las cosas que no existen, como si existieran. Ezequiel estaba seguro de que Dios sabía lo que estaba haciendo… ¡y lo haría sin ningún problema!
11Entonces el Señor me dijo: «Hijo de hombre, todos estos huesos son el pueblo de Israel. Ellos dicen: “Nuestros huesos se han secado; ha muerto nuestra esperanza; ¡hemos sido destruidos por completo!”
12Por eso, profetiza y diles que yo, su Señor y Dios, he dicho: “Pueblo mío, voy a abrir los sepulcros de ustedes; voy a levantarlos de sus sepulturas para traerlos de nuevo a la tierra de Israel.
13Y cuando yo abra sus sepulcros, y los saque de sus sepulturas, ustedes, pueblo mío, sabrán que yo soy el Señor. 14Entonces pondré mi espíritu en ustedes, y volverán a vivir.” ¡Sí! yo los haré reposar en su tierra, y así sabrán que yo, el Señor, lo dije y lo cumplí.
Esta es una profecía “acerca de lo que Dios iba a hacer” con la gente de Israel, cuando Él los llevara de regreso a su tierra. Esto sucedió “literalmente” después de la Segunda Guerra Mundial.
Algunas de ustedes habrán visto las fotos “en los libros de historia” de las gigantes tumbas de seis millones de judíos que fueron “sacrificados” en el Holocausto. A razón de eso, el Señor comenzó a obrar. El corazón del mundo comenzó a sentir compasión por los judíos.
La sobrevivencia de la gente judía, y su regreso a Israel en 1948, dos mil seiscientos años después de que Ezequiel escribiera esta profecía, ¡ES UN MILAGRO! El renacimiento de Israel cumplió “la primera parte de la profecía de Ezequiel”, ya que los huesos secos han sido reensamblados en Israel, ahora como una nación reconocida.
La sobrevivencia de los judíos y su regreso a Israel… ¡FUE MILAGROSO! Hoy día, ellos tienen una economía anual de doscientos billones de dólares. Si alguna vez dudas de las promesas de Dios, recuerda la esperanza y la restauración en este capítulo de Ezequiel. ¡DIOS PUEDE REVIVIR HASTA HUESOS SECOS!
Sin embargo, algunos de los eventos del libro de Ezequiel, no se han cumplido todavía, porque Israel no ha experimentado todavía la resurrección espiritual. ¡Nosotros necesitamos “la verdad de Dios” para restaurar los huesos secos en nuestro mundo!
“Tu propio valle de huesos secos” puede ser una gran pérdida, una relación rota, una enfermedad que te consume, o una circunstancia que está más allá de tu control. Las pruebas, que vendrán a través de tu vida, te parecerán imposibles de superar.
Pero Jesús dice en Juan 16:33, En el mundo tendrán aflicción; pero confíen, yo he vencido al mundo. ¡HAY VIDA EN EL VALLE! ¡SI! El mismo Dios, que sopló vida a los huesos secos… ¡te sostiene hoy!
En tu propia vida, tu podrás sentirte desilusionada, deprimida, desesperada, y hasta desalentada. Jesús puede hacer una nueva creación en ti, y restaurar tus esperanzas y tus sueños. Él puede tomar tus valles de dolor y derrota… ¡y llenarlos de victoria!
Ser fuerte de espíritu no es vivir una vida perfecta… ¡sin ninguna prueba! ¡NO! Más bien, es de enfrentarte a tus pruebas, sabiendo que el Señor es poderoso para salvar y para traer vida… ¡donde solo hay muerte! ¡Dios obra “de manera milagrosa” en la vida de cada uno de Sus hijos!
¡Pidámosle al Espíritu Santo que venga, y que traiga un verdadero avivamiento, que solo viene del Espíritu de Dios… ¡y de la creencia en las Escrituras!