Cuando la vida duele y tus sueños se desvanecen, nada te puede ayudar más… como la esperanza.

Lucas 24:13-14, 21 dice,Ese mismo día, dos de ellos iban de camino a una aldea llamada Emaús, que distaba de Jerusalén unos diez kilómetros. 14Iban hablando de todo lo que había sucedido. 21Nosotros teníamos la esperanza de que él habría de redimir a Israel. Sin embargo, ya van tres días de que todo esto pasó.

Dos seguidores de Jesús caminaban POR EL CAMINO A EMAÚS conversando acerca de los eventos “tan confusos” que acababan de ocurrir. Emaús era una pequeña aldea a 10 kilómetros de Jerusalén.

Ambos hombres se sentían muy desmoralizados… desilusionados. Ellos habían visto a su Maestro y Líder ser arrestado, golpeado, crucificado, y enterrado – todo en el lapso de tres días. Ellos sabían de la tumba vacía, pero no entendían lo que significaba.

Todas sus esperanzas -- de que Israel sería liberada de la tiranía de Roma -- habían muerto en la cruz con Jesús. Si por ellos fuera, hubieran escrito “un guion diferente”. Ellos hubieran traído a Dios para que rescatara a Jesús de la cruz. Ellos hubieran hecho que los ejércitos del cielo “descendieran en Jerusalén”, y expulsaran a los tan odiados romanos.

La victoria hubiera sido de ellos, a lo que Jesús ocupaba el lugar “que le correspondía” en el trono en Jerusalén. ¡Pero nada sucedió como ellos pensaban! Estos dos hombres “vieron la muerte de Jesús” como la muerte de este gran movimiento. Así que empacaron maletas, y se fueron a casa… a Emaús. ¡Estaban desconcertados! ¡No entendían lo que había pasado!

Si tú te sientes hoy -- deprimida y desanimada acerca de la vida -- ¿no será (que como estos hombres) no confías” en la providencia de Dios o en Su poder en este mundo? La depresión es, muchas veces, el resultado de haber recibido “lo que tanto querías”, y darte cuenta, de que no era “la maravilla” que tú pensabas que sería.

O tal vez, que no has recibido lo que quieres” … ¡Y ESTÁS MOLESTA POR ESO! ¿Te das cuenta… ¿qué es todo acerca de ti… y no de Dios?

A menos que estés lidiando con una verdadera condición médica, “como una depresión clínica”, si quieres sentirte bien acerca de la vida, tienes que reevaluar lo que “realmente quieres”.

Solo cuando cambies tu enfoque “de yo quiero lo que yo quiero”, a lo que Dios quiere para ti, ¡solo entonces la depresión comenzará a desaparecer! Cuando tengas la seguridad de que Dios está involucrado” directamente” en la vida de los que lo aman, entonces, no tendrás que estar deprimida, y comenzarás “a ver todo” con nuevos ojos.

Verás la vida – lo bueno, lo malo, y lo feo -- ¡como un regalo de Dios! Aunque todavía no puedas entender lo que está pasando, CONFIARÁS… y algún día lo apreciarás. También, puede que la depresión y el desánimo “acerca de la vida” sean síntomas de una enfermedad espiritual.

Tú puedes cambiar tu actitud, si estás dispuesta a confiar en Dios, y a buscarlo en todo y por todo. ¡No te concentres en lo que tú quieres… o en lo que tú necesitas! Pon tus ojos en buscar a Dios… ¡y encuéntralo en medio de tu desaliento y vacío!

Me da la impresión, que estos dos hombres de Emaús, estaban decepcionados porque Dios “no había hecho” lo que ellos querían que hiciera. Al ver que Jesús había muerto, los que habían tenido la esperanza de que Jesús los liberara de la opresión romana, comenzaron a alejarse de la escena de la crucifixión… “cabizbajos… y llenos de dolor”.

¡Jesús había muerto! Tanto era su desaliento… ¡que lo último que se hubieran imaginado, es que Jesús resucitaría! Al amanecer del tercer día, las mujeres encontraron la tumba vacía. Aun así, ¡nadie sospechaba una resurrección!

No creyeron… aun después de que los ángeles anunciaron que Jesús había resucitado. Y cuando Pedro inspeccionó la tumba vacía, en vez de creer, se fue preguntándose… lo que había pasado.

15Y mientras hablaban y discutían entre sí, Jesús mismo se acercó y los iba acompañando. 16Pero ellos no lo reconocieron, y es que parecían tener vendados los ojos. 17Se veían tan tristes que Jesús les preguntó: «¿De qué tanto hablan ustedes?»

18Uno de ellos, que se llamaba Cleofas, le respondió: «¿Eres tú el único forastero en Jerusalén que no sabe lo que ha sucedido en estos días?»

Ellos estaban tan absortos “en su desesperanza y desilusión” que no reconocieron a Jesús, a lo que Él caminaba al lado de ellos. Lo que hacía la situación “aún peor”, era que ellos se estaban yendo en dirección contraria, lejos de Jerusalén y, “del consuelo y apoyo” de los otros creyentes.

Tal vez nos perdamos a Jesús… “y el apoyo de otros”, cuando nos desesperamos por nuestros sueños rotos y nuestros planes frustrados. Solo cuando nos enfocamos en Jesús, podremos experimentar el poder y la ayuda “que Él pueda darnos” por medio del Espíritu Santo, y el compañerismo con otros.

La noticia acerca de la crucifixión de Jesús se había esparcido por todo Jerusalén. Los judíos -- de todas partes del imperio romano -- se enteraron de Su muerte, porque estaban en la ciudad, para celebrar la Pascua. No fue un “evento” que pasó desapercibido, y que solamente afectó a los discípulos. ¡NO! ¡La nación “entera” estaba conmocionada!

Ellos veían “AL MESÍAS” como el Redentor Conquistador. Ellos no se lo podían imaginar, como un Siervo Sufrido. ¡ELLOS VEÍAN LA CORONA… ¡PERO NO LA CRUZ! COMO CON LOS HOMBRES EN CAMINO A EMAÚS, Dios se hace “ASÍ MISMO” real y palpable… a todos aquellos que escogen caminar con ÉL.

De estar conscientes de Él, de conversar con Él continuamente, y gozar de una relación íntima con Él – QUE CON AQUELLOS QUE SIMPLEMENTE HAN ESCUCHADO ACERCA DE ÉL. ¡JESÚS CAMINA CON LOS QUE ESCOGEN “CONSCIENTEMENTE” CAMINAR CON Él! ¿Era Jesús un fracaso? ¿Por qué tuvo que morir Jesús? ¿Habría futuro para la nación?

Al igual que el resto del mundo, ellos admiraban el poder político y militar, y estaban ciegos a los valores del reino de Dios: “Que el último será el primero, y que la vida viene… de la muerte”. Hoy en día, los valores del mundo son los mismos, y el siervo sufriente, Jesús, es tan despreciado, como lo fue 2000 años antes.

Además del testimonio de los profetas del Antiguo Testamento, nosotros tenemos el testimonio de los apóstoles, y de la historia de la iglesia, que testifican de la victoria de Jesús sobre la muerte. ¿Rechazaremos nosotros los valores de nuestra cultura y confiaremos en Jesús? … ¡o continuaremos sin prestarle atención!

25Jesús les dijo: «¡Ay, insensatos! ¡Cómo es lento su corazón para creer todo lo que los profetas han dicho! 26¿Acaso no era necesario que el Cristo padeciera estas cosas, antes de entrar en su gloria?» 27Y partiendo de Moisés, y siguiendo por todos los profetas, comenzó a explicarles todos los pasajes de las Escrituras que hablaban de él.

¡Jesús los llamó necios… insensatos! Porque ellos no entendieron “que la verdadera victoria” fue lograda en Su sufrimiento, en Su muerte, y finalmente, en Su resurrección – tal como los profetas del Antiguo Testamento lo habían predicho. ¡El sufrimiento de Jesús fue Su camino a la gloria!

Jesús, “no solo les recalcó algunos versículos para probar que Él era el Mesías”, sino que les explicó… ¡TODA LA ESCRITURA! Cristo es el hilo entretejido a lo largo de las Escrituras. ¡ÉL ES EL TEMA CENTRAL… QUE LOS ENLAZA! Cuanto dolor se hubieran ahorrado “estos hombres”, si hubieran sabido y creído en la Palabra de Dios.

Si nosotras nos sentimos dolidas y desalentadas, y no encontramos la escritura que habla de nuestra condición, no es porque la Biblia nos haya fallado, ¡NO! sino porque no sabemos lo suficiente de Su Palabra. No podemos ser consoladas “profundamente” con algo que no conocemos.

Necesitamos estudiar nuestra Biblia “con la vista puesta en nuestro Redentor”, porque todo lo que tiene que ver con nuestra salvación y paz… ¡ESTÁ EN CRISTO! Si te sientes desorientada por las circunstancias de tu vida, JESÚS TE RE-ORIENTARÁ “HACIA ÉL” POR MEDIO DE LAS ESCRITURAS -- como lo hizo con aquellos dos hombres.

Cuando nuestros sueños se desvanecen – cuando nuestros corazones se rompen – cuando sentimos que todo está perdido, necesitamos “un toque de Dios” para que abra nuestros ojos a Su plan glorioso. ¡LA VIDA ETERNA ES NUESTRA… ¡GRACIAS A LA CRUZ DE CRISTO!