“¡Estoy aterrada!” Fue el conmovedor mensaje que una adolescente les mandó a sus amigas de Facebook, acerca de ciertos exámenes médicos que le iban hacer. Ella esperaba ansiosa, mientras que los doctores trataban de descubrir el origen de los serios problemas de salud que ella estaba teniendo.
¡Realmente que el miedo nos puede dejar heladas! ¿Quién de nosotras -- en nuestra juventud o en años posteriores -- no ha sentido “miedos parecidos” cuando nos hemos enfrentado a sucesos de la vida realmente aterradores? ¿Y adonde podemos ir para recibir ayuda?
¿Qué consuelo podemos encontrar en las escrituras, para que nos den valor en toda clase de situaciones? La realidad es que Dios va con nosotras, a través de nuestras pruebas, ayudándonos a tener esperanza. ¡Dios está con nosotros en todas nuestras luchas!
Pero, ¿qué es el miedo realmente? El miedo es una sensación de angustia provocada por la presencia de un peligro, ya sea, real o imaginario. © Cuando Carlos era chico, quedarse dormido por las noches era terrible. No bien sus papás apagaban las luces, Carlos se imaginaba que la ropa amontonada sobre la silla era un dragón feroz.
Y de solo pensar que había algo “vivo” debajo de su cama, le daba tal pánico, que le tomaba horas quedarse dormido. A través de los años, Carlos ha llegado a la conclusión de que el poder inmovilizador del miedo no es solo una experiencia de la niñez.
Por ejemplo, el miedo no nos deja perdonar. No nos deja hacerle frente a alguien en la oficina. No nos deja dar de nuestros recursos al reino de Dios, o decir “NO” cuando todos nuestros amigos, están diciendo “SI”. Lo queramos o no, nosotras nos vamos a enfrentar a muchos dragones en nuestras vidas.
También el miedo es un sentimiento de desconfianza, que nos hace creer que algo malo nos va pasar. Hoy en día, gente de toda clase social está luchando contra estos tipos de ansiedades. Así como todos sentimos dolores físicos y enfermedades del cuerpo, así mismo, todos estamos expuestos a angustias emocionales y mentales.
En nuestro mundo de hoy, la gente se siente cada día más abrumada, quebrantada, preocupada, y miedosa. Dios sabe que nosotras sentiremos miedo, ansiedad y preocupación en algún momento de nuestra vida. La Biblia está llena de ejemplos de hombres y mujeres que vencieron el miedo.
Y también tiene parábolas de valor incalculable, ilustraciones, y escrituras acerca del miedo, la ansiedad, y la preocupación. Dios provee para cada una de nuestras necesidades físicas, económicas y emocionales. Él las conoce todas, y las satisface.
Y por aquellas cosas, por las cuales nos preocupamos, Dios dice, “Yo me encargaré de esto. Confía en Mi. ¡Sé agradecida! ¡Ora”! La paz de Dios no la podemos conseguir tomando una pastilla, o un jarabe. No la podemos obtener de otra persona. ¡ES ALGO QUE SOLO DIOS PUEDE DAR!
Dios dice en Isaías 41:10, No tengas miedo, que yo estoy contigo; no te desanimes, que yo soy tu Dios. Yo soy quien te da fuerzas, y siempre te ayudaré; siempre te sostendré con mi justiciera mano derecha. La Biblia nos dice más de cuatrocientas veces… ¡NO TEMAS! ¡NO TENGAS MIEDO!
Cuando la aflicción golpea, sentimos que Dios nos ha rechazado. Nos preguntamos, “¿Qué he hecho para merecerme este dolor? ¡Dios no me ama!” Pero Dios contesta, “Tú me perteneces. Tú eres Mi escogida. Yo no te he rechazado. No tengas miedo”.
Cuando el cheque no es lo que esperabas, cuando la respuesta no viene como se la pediste a Dios, cuando pierdes a la persona más preciosa para ti, cuando tu sueño se desvanece y falla. “¡No tengas miedo! ¡No te desanimes! ¡Dios está contigo!”.
¡Jesucristo es Señor de todo! Cuando Él es Señor de tu vida, Él es Señor sobre cada circunstancia y situación de tu vida. El mundo no nos puede ofrecer una solución mejor, ninguna curación, o antídoto a la ansiedad. ¡SOLO DIOS NOS PUEDE DAR SU PAZ!
Filipenses 4:19 dice, Así que mi Dios suplirá todo lo que les falte, conforme a sus riquezas en gloria en Cristo Jesús. El miedo, y la ansiedad son el resultado de escuchar las mentiras del enemigo. ¡Satanás es nuestro enemigo!
Sin embargo, cuando nos enfocamos en la Palabra de Dios, y en Su promesa de cuidarnos, comenzamos a escuchar esas mentiras por lo que son – SON UNA FARSA – y ya no nos dejamos engañar.
Dios no quiere que vivamos con miedo, porque Él sabe que el miedo no nos dejará hacer Su obra. Segundo Timoteo 1:7 dice, Porque no nos ha dado Dios un espíritu de cobardía, sino de poder, de amor y de dominio propio. ¡Los sentimientos de miedo no son de Dios… ¡Son de Satanás!
Como creyente, ¡tú puedes derrotar el miedo! Mucho de lo que tememos, no debiéramos temer. Cuando los discípulos de Jesús pensaban que su bote se iba a voltear en el Mar de Galilea durante una tormenta, miraron afuera del bote y vieron un fantasma. O al menos, ellos pensaron que era un fantasma. ¡Se quedaron espantados!