La muerte es nuestro último gran enemigo. Jesús le ha quitado su aguijón… ¡que es el pecado! Pero todavía nos da miedo pensar en la muerte. Esto fue ilustrado en la vida del gran evangelista Dwight Moody (1837-1899).

Cuando él estaba en su lecho de muerte a fines del siglo diecinueve, su familia y sus amigos se reunieron para despedirse de él. Pensando que el fin había llegado, ellos comenzaron a salir silenciosamente de la habitación “uno por uno”. En ese momento, se escuchó un revuelo.

Volteándose para ver lo que pasaba, ellos vieron a Moody con los ojos bien abiertos. Su mente aparentemente bien clara. Alguien había comenzado a orar por él, pero Moody lo interrumpió, diciendo, “No, no oren para que yo viva.

He visto el rostro de Jesús, y estoy satisfecho. La tierra se está desvaneciendo; el cielo se está abriendo. Dios me está llamando… ¡ESTE ES EL DÍA DE MI CORONACIÓN!

Cualesquiera que sean nuestras circunstancias, si hemos confiado en Cristo, como Salvador, Él estará con nosotras cuando pasemos de este mundo, y veamos el primer destello de la gloria. Para los cristianos, la muerte es la última sombra antes de nuestro amanecer en el cielo.

PAUSA

A mí me encanta la historia de Esteban en el libro de Hechos. Su historia es apasionante y conmovedora. Él era un hombre totalmente entregado a Jesús, y lleno del Espíritu Santo. En su discurso a las autoridades de Israel, Esteban hizo un resumen de la historia judía. Él les recordó como Dios había bendecido espléndidamente a la nación hebrea.

Esteban les recordó cómo los líderes se habían volteado contra Dios. Este pasaje nos muestra la rebelión humana contra Dios. Expone cuan desesperadamente tratamos de evitar la verdad de Dios – aun al extremo de matar al mensajero. En su muerte, ¡Esteban miró a Cristo!

Hechos 7:54-55 nos dice, Cuando ellos oyeron a Esteban decir esto, se enfurecieron tanto que hasta les rechinaban los dientes. 55Pero Esteban, lleno del Espíritu Santo, levantó los ojos al cielo y vio la gloria de Dios, y a Jesús a su derecha.

Tú te preguntarás en qué clase de mundo vivía esa gente, en que un hombre bueno y piadoso, como Esteban, ¡podía ser asesinado por fanáticos religiosos! Pero nosotras tenemos problemas muy parecidos hoy en día: Tenemos guerras, terrorismo, rehenes, raptos y bombas. Asesinatos, torturas -- todo en el nombre de la política o la religión.

El corazón del hombre no ha cambiado, ni puede cambiar aparte de la gracia de Dios. Esteban era valiente y decisivo. Él había sido acusado de predicar que Jesús cambiaria las costumbres que les había dado Moisés. Los gobernantes religiosos no iban a tolerar que nadie cambiara sus tradiciones.

Por eso, Esteban recalcó como los líderes de Israel habían perseguido siempre a los profetas, y resistido al Espíritu de Dios. Obviamente, este no era un mensaje muy popular. A decir verdad… ¡LO MATARON POR ESO! ¡La muerte no cogió a Esteban por sorpresa! La persecución de los creyentes del siglo primero, ya había comenzado.

Esteban fue acusado de blasfemia… ¡PERO EL NO SE ACOBARDÓ! Él sabía que el Espíritu de Dios, y las tradiciones de los hombres van en direcciones opuestas. ¡Esteban es un gran ejemplo para nosotras! No porque a nosotras nos vayan a tirar piedras por nuestra fe -- sino porque el mismo conflicto todavía existe hoy en día.

Todo cristiano debe de tomar una decisión en la vida. Para algunos, es una decisión diaria. Para otros, es un momento de cambio radical.

De cualquier forma… ¡la decisión se debe que tomar! ¿Pondremos nuestros dos pies en la eternidad al enfrentarnos a los oponentes de Dios, aun ante gran riesgo? O trataremos de vivir con un pie en el mundo y el otro en el reino, ¿con la esperanza de que ambos puedan convivir cómodamente en nuestras vidas? ¡Esta es una decisión monumental!

Esto define el grado de victoria en nuestras vidas. Esto determina si honraremos a Dios -- como lo hizo Esteban – ¡O NO! Antes de ser apedreado por predicar el evangelio, Esteban vio a Jesús de pie a la mano derecha del Padre. ¡Cómo lo debe de haber fortalecido esta visión! ¿Cuál fue el resultado de la muerte de Esteban?

Para Esteban… ¡LA MUERTE SIGNIFICABA SU CORONACIÓN! El vio la gloria de Dios y al Hijo de Dios de pie para recibirlo en el cielo. La Biblia nos dice que Jesús se sentó cuando ascendió al cielo después de la resurrección, ¡PERO NOS DICE QUE JESÚS SE PUSO DE PIE PARA DARLE LA BIENVENIDA AL PRIMER MÁRTIR CRISTIANO AL CIELO!

Muchas de nosotras vemos a Esteban como un súper héroe de la fe -- fabuloso en su ejemplo -- pero imposible para una persona normal de seguir. Pensamos que solo una vida cristiana excepcional puede ser tan abnegada. No nos olvidemos del honor otorgado a los profetas y a los apóstoles – y a cristianos regulares – que murieron en la guerra espiritual.

Dios ama un corazón que está totalmente dedicado a Él, aun cuando esa dedicación resulte en heridas profundas. En el reino de Dios, la vida y la muerte no son definitivos. En cambio, el amor y la fidelidad… ¡SI LO SON!

56 Entonces Esteban dijo: «Veo los cielos abiertos, y que el Hijo del Hombre está a la derecha de Dios.» 57 Pero ellos, lanzando un fuerte grito, se taparon los oídos y arremetieron contra Esteban. 58 y lo sacaron de la ciudad y lo apedrearon.

Esteban sabía que la cosa no iba a terminar bien. La mentalidad de una muchedumbre nunca se calma cuando se le condena. Del punto de vista práctico, la decisión de Esteban de morir como héroe, parecía no tener sentido. Él no tenía ningún chance de apaciguar a sus rabiosos oponentes. Esteban nunca más volvería hablar la verdad de Dios.

Su sacrificio no iba a cambiar nada. ¡Qué pérdida de tiempo! Sin embargo, ¡dos mil años después, el testimonio de Esteban todavía brilla! Después de predicar su mensaje en aquel día en Jerusalén, “ESTEBAN PREDICÓ UN MENSAJE VISUAL CON SU PROPIA MUERTE”. ¡Y ESTE ÚLTIMO MENSAJE TODAVÍA NOS CONMUEVE HOY EN DÍA!

Nos recuerda que la verdad es más importante que la vida. Y que el Espíritu es derramado a través de una fe firme, y que nuestro amor por Dios debe de ser siempre más fuerte, que nuestro miedo a los seres humanos. Los lideres judíos estaban convencidos de que Esteban era un tonto. ¡Pero Esteban había visto el cielo abrirse!

¡Él quería la aprobación de Dios! ... ¡No la aprobación de los hombres! 59 y mientras lo apedreaban, Esteban rogaba: «Señor Jesús, recibe mi espíritu.60Luego cayó de rodillas y clamó con fuerte voz: «Señor, no les tomes en cuenta este pecado.» Y dicho esto, murió.

Cuando la muerte se acerca, el Señor ofrece valentía, no necesariamente un escape. Esto es verdad tanto en la paz, como en la persecución. Nosotras debemos pelear la buena batalla de fe, mantenernos firmes hasta el final, y tener un testimonio victorioso.

Y YA PARA TERMINAR…

¿Qué es lo que Jesús les dijo a Sus discípulos en Lucas 6:27-28? Amen a sus enemigos, hagan bien a quienes los odian, 28 bendigan a quienes los maldicen, y oren por quienes los calumnian.

Lobos hambrientos estaban matando a Esteban, y él le rogó a Dios que no los castigara, sino que los perdonara. Esteban ya tenía todo lo que él iba a necesitar… ¡y más todavía! Él estaba entrando a la gloria. En cambio, sus perseguidores estaban en camino al desastre.

¿Cómo respondes tú cuando el mundo se vuelve agresivo?... ¿Te amargas? ¿Te resientes? ¿Te pones furiosa? ¿Te vuelves insociable? ¿O tomas la opción de Esteban, bendiciendo a aquellos que te persiguen, y orando por aquellos que te menosprecian? De la forma como respondes a la persecución, dice mucho acerca de tu fe y tu carácter.

¡La venganza no cambia al mundo! Esa ha sido la forma del mundo desde la caída, y nadie nota nada inusual acerca de esto. ¿Pero una respuesta misericordiosa a la injusticia? ¿Perdón que es claramente sobrenatural? ¡Eso puede impactar a la sociedad con un poder increíble! ¡Esta clase de gracia puede cambiar al mundo! A decir verdad… ¡Ya lo ha hecho!