Jaimito tenía 9 años. Estaba en la clase de los alumnos de 8 años de la escuela dominical. Los chicos de 8 años pueden ser bien crueles. Estos chicos no aceptaron a Jaimito en su grupo. No porque fuera un poco mayor que ellos, sino porque él era “diferente”.

Jaimito tenía síndrome de down, y sus manifestaciones eran obvias… sus características faciales, sus respuestas lentas, y sus síntomas de retardo. Un domingo después de la Pascua de Resurrección, LA MAESTRA DE LA ESCUELA DOMINICAL… se guardó algunos de los huevos plásticos de la pascua. Esos que se abren por el medio.

La maestra le dio a cada alumno un huevo de plástico. En aquel bello día, cada chico y chica tenía que salir afuera, y descubrir por sí mismo algún símbolo de “nueva vida” y poner “esa semilla simbólica” o una hoja o lo que fuera dentro del huevo.

Entonces ellos debían abrir sus huevos – uno por uno – y cada chico debía explicar lo que había encontrado como símbolo de “nueva vida”. Así qué… los alumnos se reunieron en el día señalado, y pusieron sus huevos sobre la mesa. La maestra comenzó abrirlos. Un chico había encontrado una flor.

Todos los chicos dijeron … que linda… a ese bello símbolo de “nueva vida”. En otro había una mariposa. “Bellísima”, dijeron las chicas. Abrieron otro huevo y encontraron una roca. Algunos de los chicos se rieron. “Una roca?, dijo uno. ¿Cómo puede ser una roca un símbolo de vida?

En ese momento un chiquito habló, y dijo, “La roca es mía. Yo sabia que todos ustedes traerían flores y hojas y mariposas y todo eso. Así que decidí ser diferente y traer una roca”. Todo el mundo se rio.

La maestra abrió el último huevo, pero no había nada adentro. “No es justo” dijo uno. “Eso es una tontería” dijo otro. La maestra sintió que le jalaban su blusa. Era Jaimito. Mirando hacia arriba, el dijo, “Es mío. Yo lo hice. Está vacío. ¡Si! Yo tengo “nueva vida” porque la tumba está vacía. Los chicos se quedaron mudos.

De ahí en adelante Jaimito se convirtió en parte del grupo. Lo que lo hacía diferente ya no era importante. Dios usó este incidente para suavizar los corazones de estos chicos. Ellos comenzaron a mirar a Jaimito con nuevos ojos… con ojos de amor y compasión. ¡Y hasta de admiración! Y una bella amistad surgió entre ellos.

La familia de Jaimito sabía que él no viviría mucho tiempo. Su pequeño cuerpo tenía muchas dolencias. Ese verano, Jaimito tuvo una tremenda infección, y se murió.

En el día de su entierro los alumnos de la clase de 8 años se enfrentaron a la realidad de la muerte. Caminaron hacia el altar, no con flores. La maestra y los alumnos pusieron… EN EL ATAUD DE SU AMIGO… un regalo de amor, “un huevo vacío”.

El Salmo 86:1-4 dice, Señor, inclina tu oído y escúchame, pues me encuentro afligido y necesitado. 2 Sálvame la vida, pues te soy fiel. Dios mío, salva a tu siervo, que en ti confía. 3 Señor, ten misericordia de mí, porque a ti clamo todo el día. 4 Alegra la vida de este siervo tuyo, porque a ti, Señor, elevo mi alma.

Preciosa es la misericordia de Dios para Su gente. DEFINITIVAMENTE, QUE EL SEÑOR NO ES UN SOBERANO ESTOICO NI UN GOBERNANTE ROBOTICO, QUE CARECE DE EMOCIONES Y COMPASION. Más bien, Dios está lleno de una cariñosa piedad y de anhelos profundos hacia Sus santos.

¿Qué es la misericordia? La misericordia es una compasión afectuosa y una tierna expresión del amor de Dios por Sus criaturas que se encuentran en una situación desesperada. La misericordia es un sentimiento profundo de benevolencia, QUE DIOS TIENE POR SUS HIJAS, especialmente durante sus dificultades.

¡NO HAY NADIE COMO NUESTRO DIOS! El es un Dios al que podemos conocer y experimentar. El es un Dios que se sacrificó a Si Mismo por nosotras, y luego resucitó victorioso tres días después. El sana a los que tienen el corazón quebrantado. El es nuestro refugio en tiempos tumultuosos. El es nuestro consuelo cuando lloramos.

EL NOS DA UN GOZO… ¡QUE ES INDESCRIPTIBLE! El nos derrama Su paz, que sobrepasa todo entendimiento. El libera a aquellos que están prisioneros por el pecado. Algún día, todas las naciones se postrarán ante El, reconociendo que el Creador del universo, reina.

PAUSA

Algunos comentaristas dicen que David escribió este salmo en sus tiempos de dificultades – cuando se escapó y se fue a vivir al campamento de los filisteos porque Saúl no dejaba de perseguirlo. O tal vez, lo escribió durante la época de la rebelión de Absalón. Otros comentaristas, no están tan seguros de que David lo escribió.

Sea quien sea que haya escrito este salmo, nosotras estamos seguras “de quien” lo puede haber orado. Nuestro Señor Jesucristo puede haber orado este salmo en las ocasiones cuando se alejaba del clamor de la multitud y de las distracciones de Sus discípulos… para andar por las colinas de Judea, o a lo largo de las orillas de galilea, mientras conversaba con Su Padre.

Así que consideremos este salmo desde esta perspectiva, leyendo sus estrofas como si hubieran salido de los labios de nuestro Señor. Cuando pasamos este salmo, por el prisma del corazón y mente de Jesús, podemos ver el esplendor de su belleza. La vida de Jesús fue marcada por la humildad… por la pobreza.

Esas fueron las condiciones en las que Jesús escogió vivir a través de estas escenas del tiempo. El nació de origen campesino, en circunstancias humildes y fue criado en Nazaret, una provincia despreciada. La mayor parte de Su vida, Jesús trabajó como carpintero.

El caminó los caminos polvorientos de Su tierra nativa, viajando como predicador, dependiendo de la caridad “de amigos, y seguidores” para Su sustento diario. Y muchas veces, durmiendo al aire libre porque no tenía un hogar a donde ir. El vivió por fe, mirando a Su Padre, para que supliera Sus necesidades.

Su vida fue marcada no solo por la humildad, sino por la santidad también. Jesús sabía que Su camino lo llevaría directamente a la cruz.

Muchas veces, Sus enemigos conspiraron contra El. Como hombre, Jesús le debe de haber orado a Dios para que lo protegiera, Pero El nunca usó Sus poderes para protegerse a sí mismo.

En Getsemaní, Pedro quiso proteger a Jesús, cortándole la oreja a un tipo. Jesús le dijo a Pedro en Mateo 26:53-54 ¿No te parece que yo puedo orar a mi Padre, y que él puede mandarme ahora mismo más de doce legiones de ángeles? 54 Pero entonces ¿cómo se cumplirían las Escrituras? Porque es necesario que así suceda.

¡JESUS TENIA QUE IR A LA CRUZ! ¡ESE ERA EL PROPOSITO DE SU VENIDA AL MUNDO! El había venido para derramar Su sangre por la nuestra. Hebreos 9:22 dice que sin derramamiento de sangre no hay perdón de pecados. Jesús murió para que nosotras pudiéramos tener vida eterna.

7 Cuando me encuentro angustiado, te llamo porque tú me respondes. ¿Han notado cuantas veces la Biblia nos aconseja que clamemos a Dios en nuestra aflicción? Nunca nos dice que nuestras peticiones lo molestan, o que si nos hemos metido en muchos líos, que ya no quiere saber nada de nosotras.

El nunca nos dice -- que de ahora en adelante -- tendremos que andar por nuestra propia cuenta. ¡NO! ¡LA BIBLIA ES MUY CLARA! ¡CUANDO NOS METEMOS EN LIOS, DEBEMOS LLAMAR A DIOS! ¿POR QUE? ¡PORQUE HAY UNA DINAMICA SANTA EN NUESTRA RELACION CON EL!

Que gente esté pasando por una gran necesidad es una condición necesaria para que Dios se revele a Si Mismo, como un Dios de gran misericordia y gran provisión. Si no tendríamos ninguna necesidad, nadie sabría de la provisión de Dios. Si no tuviéramos ningún dolor, nadie sabría de Su consuelo. Si no tuviéramos enfermedades, nadie sabría de Su curación.

Jesús se revela como Redentor y Salvador, solo cuando necesitamos redención y salvación.

¡NUESTRA NECESIDAD MUESTRA QUIEN ES EL! Es por eso que la Biblia nos aconseja a que clamemos a Dios en el día de la dificultad. Por eso millones de personas -- a través de la historia -- han clamado a Dios, y han visto que El es fiel.

¡EL ES EL DIOS DE LA MISERICORDIA! SIN EMBARGO… ¡TITUBEAMOS EN ABRIRLE NUESTRAS ALMAS A DIOS! Le dejamos saber algunas de nuestras necesidades, pero tenemos miedo de parecer desesperadas en Su presencia. ¡PERO LA DESESPERACION ES LA CLAVE!

La desesperación nos pone en la posición de poder ver al Dios misericordioso, que salva y restaura. Tú sabes que tendrás días difíciles en esta vida. Cuando los tengas, acércate a Dios con las manos vacías. Dile a Dios que todas tus esperanzas están en El – Y QUÉ SI EL NO TE RESPONDE, TU TE QUEDARAS DESHECHA. ¡Y LUEGO MIRA COMO EL TE RESPONDE!

Experimenta Su restauración, Su providencia, y Su amor. ¡SU MISERICORDIA NOS MUESTRA A NOSOTRAS, Y AL MUNDO ENTERO… ¡QUIEN ES DIOS!