Jesús les dijo a Sus discípulos en Mateo 10:8b, Den gratuitamente lo que gratuitamente recibieron. No hay lugar para los tacaños en el reino de Dios. CUANDO NO QUEREMOS DARLE A OTROS DE LO QUE TENEMOS, entonces nos hemos olvidado de donde recibimos nuestras posesiones.
Santiago 1:17 dice, Toda buena dádiva y todo don perfecto descienden de lo alto, del Padre de las luces. Todo lo que hemos adquirido en esta vida ha sido por la gracia de Dios.
Job resumió correctamente nuestra condición en Job 1:21: Desnudo salí del vientre de mi madre, y desnudo volveré al sepulcro. El Señor me dio, y el Señor me quitó. ¡Bendito sea el nombre del Señor!
Nosotras tenemos la tendencia de asumir que nuestras posesiones nos las hemos ganado por nosotras mismas, y por lo tanto, tenemos derecho a ellas. Jesús nos recuerda que debemos estar preparadas para dar nuestras posesiones tan libremente y gozosamente, como las hemos recibido.
¡Debiera ser un placer para nosotras darle a otros de lo que tenemos! Debemos ser un canal por el cual el Señor pueda derramar Sus bendiciones, sabiendo que las vamos a difundir entre aquellos alrededor nuestro.
Sin embargo, a veces cuando no queremos ser dadivosas, tenemos la frescura de decir, ¡“Ay, es que estoy tratando de ser una buena administradora de mis recursos”… ¡aja! ¡A DECIR VERDAD… SIMPLEMENTE ESTAMOS SIENDO EGOISTAS!
Yo me acuerdo que hace 23 años, mi esposo y yo aceptamos a Cristo, como nuestro Señor y Salvador. Fue un momento muy especial que cambió nuestra vida para siempre. Sin embargo, al poco tiempo, comenzamos a tener problemas económicos. ¡SERIOS PROBLEMAS ECONÓMICOS!
En esa época, un amigo nos regaló un libro acerca del diezmo. Yo me puse a leer el libro con mucho interés, y quedé abismada acerca de lo que Dios requería de nosotros con respecto al diezmo.
El autor del libro contaba su historia de que él nunca había tenido suficiente dinero para diezmar. Pero un “amigo suyo” siempre le decía -- que hasta que él no fuera obediente a la Palabra y comenzará a diezmar -- siempre estaría corto de dinero.
El autor continuó… que cuando él comenzó a diezmar, su vida económica comenzó a mejorar… tanto en lo personal como en su ministerio. ¡El diezmo es un acto de obediencia a Dios! Yo le conté a mi esposo todo lo que había leído, y que debíamos comenzar a diezmar.
El se quedó frio. Me dijo, “Nuestra situación económica está pésima. Ni siquiera tenemos lo suficiente para pagar nuestras propias cuentas, y tenemos muchísimas deudas. Yo le recordé que debíamos ser obedientes a Dios, pasara lo que pasara. ¡Y ASÍ LO HICIMOS!
Todos los meses, mi esposo y yo le dábamos al Señor “lo primero” de nuestro sueldo, y luego pagábamos las cuentas “poquito a poquito”. ¡Y Dios fue fiel! El comenzó a proveer más y más. Mi pobre marido trabajaba duro para salir adelante ¡Tenía tres trabajos! ¡Y aun así era difícil!
Pero poco a poco, el dinero comenzó a entrar. A veces… ¡el dinero venía de los lugares más inconcebibles! ¡El Señor estaba bendiciendo nuestra obediencia! No voy a decir que fue fácil, pero veíamos la mano de Dios proveyendo de muchas maneras. ¡Era la bendición de Dios a nuestra obediencia!
Muchas veces tenemos miedo de lo que pasará, o lo que nos faltará el día de mañana, o si llegaremos a fin de mes con las cuentas o si tendremos lo necesario para realizar el ministerio al que Dios nos ha llamado. Esta preocupación nace cuando ponemos más atención al mundo… ¡QUE A LAS PROMESAS DE DIOS!
Cuando leemos el periódico, o vemos el noticiero en la televisión, NOS DAMOS CUENTA DE TODO LO MALO QUE ESTA SUCEDIENDO EN EL MUNDO. “¡AY! ¡NOS PREOCUPAMOS”! ¡PERO NO NOS OLVIDEMOS QUE DIOS ES NUESTRO SUSTENTO! Y que solo en El debemos poner nuestra atención y esperanza… ¡Y NO EN LO QUE EL MUNDO PREDICE PARA EL MUNDO!
Jesús les enseñó a Sus discípulos en Lucas 6:38, Den, y se les dará una medida buena, incluso apretada, remecida y desbordante. Porque con la misma medida con que ustedes midan, serán medidos. Si sembramos amor, recibiremos amor. Si sembramos peleas, cosecharemos peleas.
Y si les damos generosamente a otros, RECIBIREMOS GENEROSAMENTE… ¡SI! TAL VEZ DE OTROS… PERO DEFINITIVAMENTE QUE DE DIOS. Nosotras recibiremos en proporción a nuestra buena voluntad de dar. Nadie nunca perdió nada… ¡“POR SER DEMASIADO GENEROSO EN LAS COSAS DEL REINO”!
El deseo de Dios para Su gente es que derramemos nuestras vidas sacrificialmente… de acuerdo al propósito de Dios. ¡EL SIEMPRE NOS DA MÁS DE LO QUE DAMOS! Cuando nuestros medios son limitados, siempre hay algo para dar – nuestro tiempo, talento, dinero, o cualquier otra cosa que tengamos.
Así es como reflejamos el carácter de Dios… QUE SE VERTIÓ A SI MISMO POR NOSOTRAS. ¡ASI ES COMO EL REINO DA FRUTO! Un problema muy serio en la actualidad es que vivimos en una sociedad muy materialista. ¡Nos encanta alardear!
Nuestro modelo de teléfono celular, la marca de nuestros zapatos, el modelo de nuestro carro o la marca de la blusa que nos ponemos… ¡TODO PARA LLAMAR LA ATENCIÓN! “HEMOS LLEGADO AL PUNTO DE DARLE “A LAS COSAS” UN LUGAR DE PREEMINENCIA EN NUESTRAS VIDAS”. Dios sabe lo que necesitamos, Y ÉL, COMO PADRE, quiere proveer esa necesidad. Pero a veces, lo que necesitamos es muy diferente a lo que queremos.
En 1891, Biddy Masón fue sepultada en una tumba “sin lápida” en Los Ángeles. Eso no era raro para una mujer que había nacido en la esclavitud. Sin embargo, era sorprendente para alguien TAN CONSUMADA como Biddy Masón.
Después de obtener su libertad en una batalla legal en 1856, Biddy aplicó sus habilidades de enfermería con sabias decisiones financieras, que hicieron que ella amasara una pequeña fortuna.
Viendo la situación “tan desesperada” en que los inmigrantes y los prisioneros de la zona se encontraban, Biddy consagró su vida invirtiendo en muchas obras benéficas. Tal era su amor y generosidad, que mucha gente hacía cola delante de su casa para recibir ayuda. ¡Y Biddy siempre los ayudaba!
En 1872, después de dieciséis años de haber recibido su libertad, Biddy y su yerno fundaron y financiaron la Primera Iglesia Cristiana “para africanos” en Los Ángeles.
Biddy personificaba las palabras del apóstol Pablo, en Hechos 20:35, A los necesitados se les ayuda trabajando como he trabajado yo, y recordando las palabras del Señor Jesús, que dijo: “Hay más bendición en dar que en recibir”.
Aunque Pablo venia de una familia pudiente, y no de la esclavitud, él escogió vivir una vida abnegada. Y como resultado fue encarcelado, azotado, y murió como mártir por servir a Cristo… y servir a otros.
En 1988, unos benefactores presentaron una bellísima lápida en honor de Biddy Masón.
Entre los presentes estaba el alcalde de Los Ángeles y casi 3,000 miembros de la pequeña iglesia que comenzó en la casa de Biddy – “un siglo antes”. Biddy dijo una vez, “La mano abierta es bendecida, porque da en abundancia de lo que recibe”.
¡La mano que dio tan generosamente recibió un rico patrimonio! Dar generosamente al reino de Dios no es dar por obligación. Es motivado por el amor – amor a Dios, a Sus promesas, y amor a Su gente. Esta es una generosidad noble, PERFECTAMENTE APROPIADA AL CARÁCTER DEL REY QUE SERVIMOS.
¡EL NOS DIO POR AMOR. y NOSOTROS LE DAMOS A EL… POR AMOR. Lo que sea que des, dalo con alegría. Si sirves, sirve con alegría. ¡QUE NADA TE MOTIVE FUERA DE LA GRATITUD A AQUEL QUE SE DIO A SI MISMO… ¡POR TI PRIMERO!