Las últimas palabras de un gran hombre o una gran mujer son realmente muy significativas. Son una ventana que nos permite mirar dentro de su corazón… son una medida que nos ayuda a evaluar su vida.

Cuando un padre se estaba muriendo, le dijo a su hijo, “Leonardo, la muerte no es gran cosa. ¡Es como vives tu vida, lo que cuenta! Pablo había dicho lo mismo. Habiendo vivido bien, ahora Pablo estaba listo para enfrentarse a su último momento.

En este pasaje veremos algunas de las últimas palabras “de Pablo a Timoteo”, y a la iglesia. Pablo no expresó ningún remordimiento al llegar al final de su vida. Hasta perdonó a aquellos que hicieron su situación más difícil. Aun cuando sus días estaban contados, Pablo pensó en Timoteo, y en otros.

Pablo escribió en 2 Timoteo 4:7, He peleado la buena batalla, he acabado la carrera, he guardado la fe. ¡Todas sentimos una gran satisfacción cuando terminamos algo que hemos comenzado! El éxito de una carrera es determinado --no solo por lo bien que comenzamos -- sino también por lo bien que terminamos.

¡SÍ! Muchos atletas pueden comenzar la carrera de forma extraordinaria. Pero si se tropiezan, o se lesionan, o si no tienen la resistencia necesaria, su buen comienzo no les sirve de nada. Pablo no solo estaba contento por haber comenzado la carrera BIEN, él estaba contento por haberla terminado BIEN.

SU PREMIO ERA UNA FE FUERTE EN DIOS, Y UNA VIDA LLENA DE LA PODEROSA PRESENCIA DE DIOS. La vida cristiana no es fácil. Algunos asumen, equivocadamente, que cuando te vuelves hija de Dios, tus luchas terminan. ¡NO!

Muchas cristianas comienzan su andar con Cristo entusiásticamente, pero a medida que las presiones aumentan, se desaminan y abandonan su camino de fe. Pablo describe la vida cristiana como una batalla. Hubo momentos en que Pablo tuvo que luchar tanto -- QUE SOLO POR SU PERSEVERANCIA PUDO CONTINUAR.

Pablo se enfrentó a la persecución, fue malentendido, fue traicionado, y fue amenazado de muerte. Su vida cristiana no fue fácil. Pero, ¡ÉL PERSEVERÓ! Tu fe en Dios no es probada cuando comienzas la carrera, sino más bien, cuando perseveras hasta el final.

Anunciar públicamente tu entrega a Cristo en tu iglesia no es lo mismo que una vida entera de devoción a la causa de Cristo. ¡USA A PABLO COMO TU MODELO! Vive tu vida, de tal manera, que podrás decir algún día, ¡He peleado la buena batalla, he acabado la carrera, he guardado la fe!

En la noche antes de que Cristo fuera crucificado, Jesús le oró al Padre – una larga y majestuosa oración por Sus discípulos y el futuro ministerio de ellos. Cuando Jesús comenzó esta conversación con el Padre, Él habló acerca de Su misión, en Juan 17:4, Yo te he glorificado en la tierra; [Padre] he acabado la obra que me diste que hiciera.

Esta es una declaración que cada creyente quisiera poder hacer al final de su vida. No hay mayor logro que completar la misión que el Padre nos ha dado. Más de tres décadas después de que Jesús fuera crucificado, Pablo pudo hacer un comentario parecido acerca de su ministerio. He peleado la buena batalla, he acabado la carrera, he guardado la fe.

¿Estamos completando la misión que Dios ha puesto delante de nosotras? ¿Estamos siendo diligentes con respecto a nuestra tarea? ¿Estamos peleando la buena batalla? Esto no significa que no podemos cometer errores. Pablo cometió muchos, y se arrepintió profundamente.

Cuando miremos hacia atrás en nuestra vida… ¿podremos decir que hemos terminado bien? ֎ Ninguna de nosotras sabe exactamente cuándo terminaremos la carrera.

Así que, si queremos estar seguras de terminarla bien, ¡DEBEMOS DE VIVIR BIEN AHORA! ¡PABLO HABÍA CRUZADO LA META! ¡ÉL HABÍA ACABADO LA CARRERA! La palabra “acabado” o “consumado” nos trae muchos recuerdos. Nos lleva directamente al Calvario, donde vemos a Jesús en la cruz. Él sabía que todas las cosas habían sido consumadas.

Mientras que Él colgaba de esa cruz, nos podemos imaginar a nuestro Señor – CON SU MENTE OMNISCIENTE -- rememorando todas las promesas, las profecías, los tipos, y las sombras de las Escrituras del Antiguo Testamento… ¡QUE HABÍAN SIDO CUMPLIDAS. ֎ En menor grado, la situación de Pablo era parecida.

Su mente recordaba los años en que conoció a Cristo por primera vez. Sus pensamientos de Damasco, Arabia, Antioquia, Europa y Asia Menor. Su trabajo había terminado. Él había viajado su último kilómetro, predicado su ultimo sermón, escrito su último libro… ¡HABÍA TERMINADO SU CARRERA!

Ahora esperaba el momento en que él escucharía a su Señor decir, “Corriste bien, Pablo”. Como se debe de haber emocionado Timoteo al leer las palabras de Pablo. 8 Por lo demás, me está reservada la corona de justicia, que en aquel día me dará el Señor, el Juez Justo; y no sólo a mí, sino también a todos los que aman Su venida.

La Biblia es muy clara cuando dice que seremos recompensadas en el cielo. Aunque algunas cristianas se sienten incómodas con la idea de esperar recompensas, Jesús habló de ellas, muchas veces… ¡COMO UN INCENTIVO DE COMO VIVIR!

Por ejemplo, Jesús dice en Mateo 6:4, Así tu limosna será en secreto, y tu Padre que ve en lo secreto, te recompensará en público. En 1 Corintios 3:8, Pablo dice, Y tanto el que siembra como el que riega son iguales, aunque cada uno recibirá su recompensa conforme a su labor.

La palabra “recompensa” aparece como treinta veces en el Nuevo Testamento, como resultado de lo que hacemos durante nuestras vidas.

Cuando yo estaba en el colegio, hace cuchucientos años, todos los meses la madre superiora nos daba un reporte de notas o calificaciones. NOS REUNÍAN A TODAS LAS NOVENTA ALUMNAS DE MI CLASE EN EL AUDITORIO, y nos llamaban por nombre --una por una -- para darnos el reporte.

¡Hasta había que subir al escenario del auditorio para recibirlo! Además, todos los meses había seis o siete medallas que todas anhelábamos recibir, aunque sea una. ¡Era la recompensa por nuestro esfuerzo durante todo ese mes!

Estudiábamos por horas – día tras día -- para merecernos la recompensa de tener una medallita puesta en nuestro bolero. ¡ERA UN PRIVILEGIO! ¡ERA LO MÁXIMO! De pensar que a fin de mes teníamos que devolver las medallitas, para volver a comenzar.

No saben cómo estudiábamos para poder recibir una de esas medallas, o más de una, al siguiente mes. Si podemos trabajar tan duro por medallas que solo duraban un mes, CON MAYOR RAZÓN TRABAJEMOS POR CORONAS DE JUSTICIA QUE DURARÁN PARA TODA LA ETERNIDAD… ¡Y LE DARÁN GLORIA A NUESTRO DIOS!

¡Nuestros corazones necesitan estar completamente sincronizados con el corazón del Padre. VER LA VIDA – CON SU SENTIDO DE INTEGRIDAD Y JUSTICIA Y AMOR -- lleva a bendiciones increíbles. LA JUSTICIA – ESA RECTITUD HACIA DIOS Y HACIA OTROS – ES DIGNA DE NUESTROS ANHELOS.

Y YA PARA TERMINAR… ¿Cuándo recuerdas los eventos de tu pasado, ¿tienes remordimientos que deberías afrontar? Ahora es realmente el momento de hacerte esta pregunta, mientras tengas el tiempo y la habilidad de hacer algo acerca de tus remordimientos, para que no te obsesionen en tu lecho de muerte.

¿Has ofendido o herido a alguien, y no has enmendado la situación? ¿Has pedido perdón y tratado de restaurar esta relación?

O, si la persona ya se ha ido… ¿has llevado estas ofensas al pie de la cruz, y pedido perdón al Señor? ¿Cuándo recuerdas los eventos de tu pasado, tienes algo de que lamentarte? ¿Estás realmente libre de culpa? ¿Has aceptado las consecuencias de tu comportamiento pecador como una expresión de la misericordia de Dios?

¡ASÍ QUE! ¡LIMPIEMOS NUESTRAS CONSCIENCIAS! ¡HONREMOS A CRISTO CON VIDAS CAMBIADAS! ¡AMEMOS A OTROS COMO JESÜS LOS AMA! ֎ ¡PELEEMOS LA BUENA BATALLA! ¡ACABEMOS LA CARRERA! ¡GUARDEMOS LA FE!