Un día un muchacho se fue de su casa, y denunció a su papá y a su mamá. ¡Él no quería tener nada que ver con ellos! Años después, él quiso volver a su casa. Así que le escribió a su mamá, pidiéndole perdón.

Y le dijo, “Mami, si me dejas volver a casa, entonces cuelga un pañuelo blanco en el tendedero de ropa en el jardín de atrás. El tren pasaba por la parte de atrás de la casa. Él le dijo, que cuando pasara por la casa, si el pañuelo estaba ahí, Él sabría que era bienvenido.

Para su asombro, a lo que él pasaba en el tren, no había ningún pañuelo blanco colgando del tendedero. MÁS BIEN, ¡HABÍA MONTONES DE SÁBANAS BLANCAS COLGANDO! ¡Así de grande era el amor de esta mamá por su hijo. ¡Y ASÍ DE GRANDE ES EL AMOR DE DIOS POR NOSOTRAS!

Pablo dice en Romanos 12:9-10, Nuestro amor debe ser sincero. Aborrezcamos lo malo y sigamos lo bueno. 10 Amémonos unos a otros con amor fraternal; respetemos y mostremos deferencia hacia los demás.

El amor genuino tiene dos cualidades principales: (1) LA SINCERIDAD, que es lo opuesto a la hipocresía, Y (2) Y EL DISCERNIMIENTO, que es lo opuesto a la candidez. ¡EL AMOR GENUINO REQUIERE ESFUERZO! Significa ayudar a otros a ser mejores personas. Requiere de nuestro tiempo, dinero y nuestra participación.

10 Amémonos unos a otros con amor fraternal; respetemos y mostremos deferencia hacia los demás.

Hay dos formas en que podemos honrar a los demás. La primera forma conlleva intenciones ocultas. Por ejemplo, podemos halagar al jefe para que nos dé un aumento. O alabar a nuestros empleados para que trabajen más.

O adular a los que tienen dinero para que contribuyan a alguna causa nuestra. Y también agasajar a la gente poderosa para que use su influencia a nuestro favor. Sin embargo, la otra forma, ¡ES LA MANERA DE DIOS! ¡ÉSTA INVOLUCRA EL AMOR! Como cristianas, honramos a las personas porque fueron creadas a la imagen de Dios.

Las honramos por ser nuestras hermanas en Cristo, y porque cada cual contribuye CON ALGO ESPECIAL a la iglesia. ¡Así es cómo el Cuerpo de Cristo funciona de forma poderosa! ¡Es así como la iglesia podrá tener un impacto positivo… EN UN MUNDO NO CREYENTE.

15 Gocémonos con los que se gozan y lloremos con los que lloran. En 1994, durante un período de dos meses… más de un millón de tutsis fueron asesinados en Ruanda por miembros de la tribu Hutu.

Como resultado de este genocidio tan horrible, el pastor de la iglesia le sugirió a su esposa, Marisa, que les tendiera la mano a las mujeres, cuyos seres queridos habían sido asesinados. Marisa respondió, “Lo único que quiero hacer es llorar”. Ella también había perdido a varios miembros de su familia.

La respuesta del pastor fue la de un líder sabio, y esposo cariñoso: “Marisa, por qué no reúnes a las mujeres… y lloras con ellas”. Él sabía que el dolor de su esposa la había preparado para sentir y compartir “de forma especial” el dolor de otros.

La iglesia, que es la familia de Dios, es donde la vida puede ser compartida, -- lo bueno y lo no tan bueno. Las palabras del Nuevo Testamento “EL UNO CON EL OTRO” son usadas para captar NUESTRA INTERDEPENDENCIA como cristianas.

Mientras que la profundidad y la magnitud de nuestro dolor no se pueden comparar con el dolor de aquellos afectados por esa masacre, AUN ASÍ, es un dolor real y personal. Y GRACIAS A LO QUE DIOS HA HECHO POR NOSOTRAS, el dolor de Marisa puede ser aceptado y compartido para el consuelo y bienestar de otros.

18 Si es posible, y en cuanto dependa de nosotros, vivamos en paz con todos. Es imposible estar en paz con todo el mundo. Pero has todo lo posible para estar en paz con todos. No siempre podrás evitar las fricciones entre la gente, pero asegúrate que la fricción no sea de tu parte.

Demasiada energía y tiempo se desperdicia peleándose unos con otros por cosas que no valen la pena. ¡SÉ PACIFICADORA! ¡Y SERÁS BENDECIDA! Mucha gente odiaba a Jesús porque Él se negaba a comprometer Su mensaje. Sin embargo, a pesar de estos conflictos, Jesús nunca dejaba de bendecir y de restaurar a la gente.

Él hablaba palabras de perdón aun a favor de Sus perseguidores más feroces. Él acogía a todos aquellos que venían a Él. ¡ÉL HABLABA LA VERDAD CON AMOR! ¡ESE ES EL BALANCE QUE NOSOTRAS BUSCAMOS! DEBEMOS TENER LA SABIDURÍA DE HABLAR LA VERDAD… ¡DEMOSTRANDO AMOR!

Y TENER LA HUMILDAD PARA RECIBIR LA VERDAD DE OTROS, ya sea si es expresada con amor… ¡O NO! Ganar corazones es mucho más importante que ganar argumentos. Cuando nos enfocamos en nuestras relaciones – HABLAR LA VERDAD COMO LA ENTENDEMOS – ¡ES LO MEJOR QUE PODEMOS HACER!

19 No busquemos vengarnos, amados míos. Mejor dejemos que actúe la ira de Dios, PORQUE ESTÁ ESCRITO… Mía es la venganza, Yo pagaré, dice el Señor. Una de las áreas – EN LAS CUALES DEBEMOS CONFIAR EN DIOS -- es en los asuntos de justicia. Cuando percibimos una injusticia, queremos ver al culpable castigado.

Queremos que la justicia prevalezca, especialmente, si nosotras somos las víctimas. Nos volvemos impacientes si no somos vengadas inmediatamente.

Hay momentos que cuando “HACER NADA” requiere mayor fortaleza… ¡QUE ACTUAR! Mantener la calma -- es muchas veces -- la mejor evidencia de tener dominio propio. Nosotras podemos pensar que la mejor forma de reflejar la justicia de Dios es de implementarla por nosotras mismas.

¡PERO ESA NO ES LA MANERA! Nosotras hemos sido llamadas a tratar a la gente con honestidad y justicia. Jesús lo dijo bien claro en el Sermón del Monte. Cuando alguien te ofende, tu responsabilidad es de perdonarla por la ofensa.

Jesús dijo Mateo 5:44, Amen a sus enemigos, bendigan a los que los maldicen, hagan bien a los que los odian, y oren por quienes los persiguen. La mentalidad de “OJO POR OJO” establecida en la Ley de Moisés era una expresión de los estándares de la justicia de Dios.

¡PERO LA JUSTICIA HA SIDO LOGRADA EN LA CRUZ! … ¡Y NUESTRO PECADO YA HA SIDO PAGADO! ¡Hemos sido tratadas con gracia! Nosotras debemos tratar a otros con esa misma gracia. La misericordia nos ha salvado, y por lo tanto, debe de moldear nuestras vidas. El “OJO POR OJO” ya no aplica en la vida de la creyente.

¡Hemos escogido una vida de gracia!…. ¡No una vida de justicia! Juan Chrysostom dijo, “¿Quieres recibir misericordia? Pues, muéstrale misericordia a tu prójimo”.

Miqueas 6:8 dice, El Señor te ha dado a conocer lo que es bueno, y lo que Él espera de ti, y que no es otra cosa que hacer justicia, amar la misericordia, y humillarte ante tu Dios. COMO CON DIOS Y LA CRUZ… el amor y la justicia se deben de encontrar en el corazón de la creyente.

Por eso el Salmo 85:10 dice, Se encontrarán la misericordia y la verdad, y se besarán la justicia y la paz. Jesús aceptó la justicia en Sí Mismo, y absorbió el costo del pecado para que nosotras no tuviéramos que hacerlo.

NOSOTRAS PODEMOS REFLEJAR LA JUSTICIA EXACTAMENTE DE LA MISMA MANERA -ABSORBIENDO EL COSTO DE LOS PECADOS DE OTROS, Y PERDONÁNDOLOS EN GRACIA. EL CASTIGO… O CAERÁ SOBRE SU HIJO… O SERÁ CARGADO AL PECADOR. Pero a las finales, éste tendrá que dar cuentas por todo lo que ha hecho.

SI TÚ LE HAS PEDIDO PERDÓN A JESUCRISTO POR TUS PECADOS, y te has arrepentido sinceramente… IMAGÍNATE LA EMOCIÓN… cuando te llegue el momento de comparecer ante las puertas del cielo, y veas los tendederos del cielo repletos de sábanas blancas dándote la bienvenida. ¡ASÍ DE GRANDE ES EL AMOR DE DIOS POR TÍ! ¡Y SU PERDÓN!