Efesios 3:20 dice, Al que puede hacer muchísimo más que todo lo que podamos imaginarnos o pedir, por el poder que obra en nosotros.

Dios puede hacer todo lo que le pedimos. Ningún hombre o mujer puede hacer eso, no importa cuán rico sea, cuan poderoso o cuán dispuesto esté.

¿Qué es lo que pedimos? ¿Paz en medio de la tormenta? ¿La salvación para un ser querido? ¿Ayuda en una emergencia? ¿Dirección para tomar una decisión? ¿Victoria sobre el pecado? ¿Bendiciones para un ministerio?

No importa lo que pidamos, ¡DIOS PUEDE HACERLO! Dios puede hacer muchísimo más que todo lo que podamos imaginarnos o pedir.

Todos tenemos pensamientos que nunca expresamos. TENEMOS ANHELOS SECRETOS, esperanzas, ambiciones, y sueños. Todos tenemos deseos que son tan intangibles QUE CON LAS JUSTAS LOS PODEMOS PONER EN PALABRAS. Oraciones calladas acerca de la santidad, felicidad, virtud, amor, y satisfacción.

¡DIOS LEE TODOS ESOS PENSAMIENTOS! No importa lo que anhelemos, ¡DIOS PUEDE HACERLO! Él puede hacer muchísimo más que todo lo que podamos imaginarnos o pedir. Él no nos restringe a una sola petición. Él se complace cuando nuestros pensamientos y nuestras oraciones… ESTÁN EN PROPORCIÓN CON SU OMNIPOTENCIA.

20 b Por el poder que obra en nosotros. El poder del cual Pablo habla en este pasaje no es poder físico, intelectual o emocional. ¡Él ESTÁ HABLANDO DE PODER ESPIRITUAL!

¡TODAS QUEREMOS PODER! Poder para vivir la vida cristiana. Poder para hacer lo que debemos hacer, Y PODER PARA NO HACER “LO QUE SABEMOS” QUE NO DEBEMOS HACER.

Dios puede hacer muchísimo más que todo lo que podamos imaginarnos o pedir. Él puede tomar lo que hemos pedido, ¡Y AGRANDARLO! Él puede tomar nuestros pensamientos, ¡Y SUPERARLOS! Nosotros solo podemos ver ¡LO DE AQUÍ Y AHORA! ¡PERO ÉL PUEDE VER LO DE MÁS ALLÁ!

Dios hizo MUCHO MÁS de lo que Pablo podía imaginarse o pedir para Éfeso -- a pesar de que sus oraciones no fueron contestadas de la manera como él esperaba. Pablo quería evangelizar Asia, y a Éfeso durante su segundo viaje misionero, ¡PERO DIOS SEGUÍA DICIÉNDOLE QUE NO!

En Hechos 16:6-9 Lucas escribe acerca de Pablo, 6 Como el Espíritu Santo no les permitió proclamar la palabra en Asia, ellos se limitaron a atravesar Frigia y la provincia de Galacia. 7 Cuando llegaron a Misia, intentaron ir a Bitinia, pero el Espíritu tampoco se lo permitió.

8 Entonces dejaron de lado a Misia y llegaron a Troas. 9 Allí, una noche Pablo tuvo una visión, EN LA QUE VEÍA ANTE ÉL A UN VARÓN MACEDONIO, que suplicante le decía: «Pasa a Macedonia, y ayúdanos.»

A pesar de que Dios sabía que Pablo quería evangelizar Asia, Él lo dirigió primero a Europa, ¡DONDE PABLO PLANTÓ -- IGLESIA TRAS IGLESIA -- ¡Y CAMBIÓ LA HISTORIA DEL MUNDO! Solo después de su tiempo en Europa, Dios dirigió a Pablo a regresar a Éfeso. Y EN SU TERCER VIAJE MISIONERO, Dios autorizó a Pablo a plantar una iglesia grande y próspera ahí.

Dios no rechazó el pensamiento de Pablo. ¡ÉL SIMPLEMENTE LO MEJORÓ! Dios puede hacer muchísimo más que todo lo que podamos imaginarnos o pedir. ÉL NO SOLO HACE PEQUEÑAS MEJORAS A NUESTROS PLANES…. ¡ÉL LOS RECHAZA! Y les da una magnificencia digna de Sí Mismo.

Por ejemplo, Pablo quería ir a Roma. Él les escribió a los santos de Roma acerca de su deseo de ir a verlos, ¡PERO QUE HASTA ESE MOMENTO SOLO HABÍA TENIDO OBSTÁCULOS! Dios parecía estarle poniendo trabas. ¿Por qué? Porque Dios iba a hacer muchísimo más que todo lo que Pablo podía imaginarse o pedir.

Al impedir a Pablo, DIOS HIZO QUE ÉL LES ESCRIBIERA A LOS ROMANOS, dándoles una OBRA MAESTRA DE LA DOCTRINA CRISTIANA. Que empobrecida hubiera estado la iglesia – A TRAVÉS DE LOS SIGLOS -- si Pablo hubiera ido simplemente a Roma, y no le hubiera escrito a la iglesia de ahí.

¡PERO ESO NO FUE TODO LO QUE DIOS HIZO! Al final, Dios mandó a Pablo a Roma – ¡ENCADENADO! A primera vista, esto no parecía nadita bueno. Seguro que Pablo nunca pidió ir a Roma como prisionero de Nerón, acusado de traición, y enfrentándose a la posibilidad de una muerte terrible.

PERO DE ESE ENCARCELAMIENTO vinieron las epístolas a los Efesios, a los Filipenses, a los Colosenses, y a Filemón. ¡Y ni se diga del valiente testimonio de Pablo que avanzó el evangelio por todo el mundo!

Dios puede hacer muchísimo más que todo lo que podamos imaginarnos o pedir. Solo la eternidad nos revelará cuan abundantemente Dios ha contestado todas nuestras oraciones. ¡ÉL TIENE SORPRESAS MARAVILLOSAS ESPERÁNDONOS EN EL CIELO!

20 b Por el poder que obra en nosotros. La palabra griega traducida “poder” es “dunamis”. De ahí viene la palabra dinamita en español. Significa el poder inigualable e ilimitado de Dios – el poder que energizó las galaxias. Sin embargo, DIOS ES TAN GENTIL, que casi no vemos Su poder obrando en nuestras vidas.

Piensa en el poder transformador de Dios, que le cambió la vida a Pedro, ese pescador cobardón e insultador, transformándolo en el increíble predicador de Pentecostés. Piensa en el poder que llevó a Saulo de Tarso, el perseguidor de la joven iglesia, a convertirse en el gran apóstol Pablo.

Y el poder que llevó a Jacobo, EL HERMANO INCRÉDULO DE JESÚS, a convertirse en el pilar de la iglesia. ¡ESE ES EL PODER QUE ACTUA EN NOSOTROS! Cuando lleguemos al cielo conoceremos a cantidades de personas, las cuales nos contarán como obró Dios ESE PODER en ellos.

Ese poder es tan suave como la formación de una gota de rocío, tan imperceptible como el crecer de un árbol, y tan duradero como el trono de Dios. ¿Por qué comparte Dios Su poder con nosotros? ¿Para qué edifiquemos grandes iglesias y ministerios para nuestra propia gloria? ¿Para que podamos palanganear acerca de nuestros propios logros? ¡NO!

El Espíritu Santo de Dios fue dado para glorificar al Hijo de Dios. Por eso Jesús dijo en Juan 16:14, Él me glorificará, porque tomará de lo Mío, Y SE LO HARÁ SABER. Si nuestra motivación es la de glorificar a Dios EDIFICANDO A SU IGLESIA, ¡ENTONCES DIOS COMPARTIRÁ SU PODER CON NOSOTROS!