La mayor gloria de Cristo es Su cruz. Fue en ella en que Él glorificó al Padre, ¡Y EL PADRE LO GLORIFICÓ A Él!

Después de que Jesús fuera juzgado y condenado, las autoridades lo prepararon para Su ejecución. DURANTE LAS LARGAS HORAS FINALES DE SU VIDA, Jesús fue insultado, azotado, y burlado. “¡VIVA EL REY DE LOS JUDÍOS!” los soldados se mofaban de Él, A LO QUE CAÍAN DE RODILLAS, similando adoración.

Si solo hubieran sabido QUE SE ESTABAN ARRODILLANDO ANTE SU CREADOR, puede que sus palabras hubieran sido sinceras, y sus corazones hubieran igualado su humilde postura. ¿Has sido tú abusada y burlada? ¡NO ES JUSTO!, ¿NO ES CIERTO? ¡DUELE Y DESMORALIZA! Quiero que sepas que Jesús entiende, Y REALMENTE, le rompe el corazón.

Hebreos 4:15-16 dice, Porque no tenemos un sumo sacerdote que no pueda compadecerse de nuestras debilidades, sino uno que fue tentado en todo… DE LA MISMA MANERA QUE NOSOTROS, aunque sin pecado. 16 Por tanto, acerquémonos confiadamente al trono de la gracia, para alcanzar misericordia y hallar gracia para cuando necesitemos ayuda.

La crueldad que Jesús aguantó en esta tierra LO AYUDA A EMPATIZAR CON NUESTRO DOLOR, entender nuestras debilidades, y responder con misericordia y gracia.

Jesús sabía cuál era Su destino. Y se enfrentó a la muerte valientemente. Jesús conocía la vergüenza de la crucifixión, y el ridículo de las multitudes. Los judíos y los romanos no le quitaron la vida a Jesús, SINO QUE ÉL LA DIO POR SU PROPIA CUENTA. Y aquí vemos como el Hijo de Dios muere ¡EN MAJESTAD! ¡NO EN DERROTA!

Juan 19:25 nos dice que, Junto a la cruz de Jesús estaban Su madre, y la hermana de su madre, María mujer de Cleofas, y María Magdalena.

LAS CUATRO MUJERES PRESENTES PASARON DESAPERCIBIDAS POR LA MULTITUD. Sin embargo, su presencia fue notada por Jesucristo. A lo que miraba hacia abajo desde la cruz, ¿A quién vio Jesús? A Su madre, y la hermana de su madre, María mujer de Cleofas, y María Magdalena. ¿Se imaginan el dolor de estas cuatro mujeres?

¡MARÍA ESTABA DE PIE ANTE SU HIJO! Cuando Jesús era bebito, ella y José lo habían llevado al templo para presentárselo al Señor. PARA SU ALEGRÍA Y SORPRESA, el viejo Simeón, un hombre justo y devoto, estando en el templo guiado por el Espíritu Santo, BENDIJO A JESÚS, Y LE DIJO A MARÍA, en Lucas 2:34-35:

Tu hijo ha venido PARA QUE MUCHOS EN ISRAEL CAIGAN O SE LEVANTEN. Será una señal que muchos rechazarán 35 y que pondrá de manifiesto el pensamiento de muchos corazones, ¡AUNQUE A Ti TE TRASPASARÁ EL ALMA COMO UNA ESPADA!

AHORA EN LA CRUZ, DELANTE DE MARÍA ESTABA JESÚS, el bebé que María había amamantado. El niño que ella había cargado. El hombre que le había dado tanta alegría. Pero ahora la espada traspasaba su alma. Aun en medio de Su dolor y angustia, JESÚS CUMPLIÓ SU OBLIGACIÓN DE HIJO MAYOR de cuidar a Su propia madre.

La presencia de las mujeres demuestra la profundidad de su amor por Cristo. En la tumba de Lázaro, Jesús lloró viendo las lágrimas de María y Marta. Cuánto más se debe haber conmovido Jesús ante las lágrimas de Su madre.

26 Cuando Jesús vio a su madre, y vio también presente al discípulo a quien él amaba, le dijo a su madre: Mujer, ahí tienes a tu hijo. 27 Y al discípulo le dijo: Ahí tienes a tu madre. Y a partir de ese momento el discípulo la recibió en su casa.

James Stalker dijo: Del púlpito de la cruz, JESÚS PREDICÓ UN SERMÓN PARA TODAS LAS EDADES acerca del quinto mandamiento – HONRA A TU PADRE Y A TU MADRE.

La frase “Y VIO TAMBIÉN AL DISCÍPULO”, significa que Juan estaba parado al lado de María. Evidentemente, ¡ERA EL ÚNICO DISCÍPULO ANTE LA CRUZ APOYANDO A MARÍA! Juan y María miraban con dolor la MUTILADA FORMA DE JESÚS. Cristo reunió todas las fuerzas que le quedaban, y respirando con dificultad, le dijo a su madre:

Mujer, ahí tienes a tu hijo. Y al discípulo le dijo: Ahí tienes a tu madre. Juan obedeció, y tomó a María como su segunda mamá. ¡CUÁNTO ÁNIMO Y ALIENTO SE DEBEN DE HABER DADO JUAN Y MARÍA! Ambos amaban a Jesús con todo su corazón. Ambos eran tiernos. Juan era joven, María no lo era. ¡AHORA ERAN MADRE E HIJO!

Piensa en todos los beneficios QUE MARÍA TRAJO A LA VIDA DE JUAN, y su ministerio en un futuro. Las horas de conversaciones, la oportunidad de hacer preguntas. ¡MARÍA TRAJO SOL A LA VIDA DE JUAN!

Luego Mateo 27:46 dice, Cerca de las tres de la tarde, Jesús clamó a gran voz. Decía: Elí, Elí, ¿lema sabactani?, es decir, Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has desamparado? Estas son las mismas palabras profetizadas por David en el Salmo 22:1. En ese momento, la expectativa de Getsemaní HABÍA CULMINADO en los horrores del Calvario.

Y finalmente, en Juan 19:30, Jesús dijo a gran voz: CONSUMADO ES; luego inclinó la cabeza y entregó el espíritu. EN ESE MOMENTO TAN ESPANTOSO, Dios puso todos nuestros pecados sobre el Cordero – el Cordero de Dios puro y sin mancha. EN ESE MOMENTO, EL PADRE HABÍA RESPONDIDO CON UNA OSCURIDAD IMPENETRABLE.

¡EL PADRE EN SILENCIO! UN SILENCIO QUE JESÚS (EL PORTADOR DE NUESTRO PECADO), lo interpretó como abandono. ¡EL DIOS SANTO NO PODÍA VER EL PECADO! ¡PERO ESE HABÍA SIDO EL PLAN DE TODOS LOS SIGLOS! ¡ESTA FUE LA RAZÓN POR LA CUAL JESÚS VINO!

“CONSUMADO ES”. La palabra griega es “TETELESTAI”, que significa: ¡COMPLETADO! ¡LO HICE! Jesús había asegurado la salvación de Su gente. ¡YA NO SE NECESITABA HACER NADA MÁS! Jesús nos ha prometido una redención completa. Sin embargo, el precio no fue barato. ¡LE COSTÓ AL HIJO DE DIOS SU VIDA!

“CONSUMADO ES”. Dios siempre completa lo que ha comenzado. El dice en Isaías 55:11, Mi palabra, cuando sale de Mi boca, NO VUELVE A MI VACÍA, sino que hace todo lo que Yo quiero, y tiene éxito en todo aquello para lo cual la envié. Dios nunca habla una palabra sin asegurarse ¡DE QUE SE CUMPLA!

Mateo 27:50 dice, PERO JESÚS, DESPUÉS DE CLAMAR NUEVAMENTE A GRAN VOZ, entregó el espíritu. Sus últimas palabras fueron ¡UN GRITO DE VICTORIA!

El grito de victoria vino, NO PORQUE JESÚS MURIÓ UNA MUERTE ATROZ, sino porque 2 Corintios 5:21 dice, Al que no cometió ningún pecado, POR NOSOTROS DIOS LO HIZO PECADO, para que en Él, nosotros fuéramos hechos justicia de Dios.

¿Qué haremos con el gran sacrificio de Dios? ¡LA ÚNICA RESPUESTA CORRECTA… ¡ES CREER EN ÉL!