Proverbios 31:10 dice, Mujer ejemplar, ¿quién dará con ella? Su valor excede al de las piedras preciosas. Proverbios 31 es una alabanza… es un elogio… un himno a la mujer ideal. Y no nos enfoquemos solamente en sus logros… en su perfección, y en todas las cosas que ella hace.

Ese no es el corazón de este pasaje. El corazón de este pasaje… es el corazón de esta mujer. Es su relación íntima con Dios. Y a través de esa relación, salen todas las cosas que ella hace. Es un retrato de su carácter... su conducta… sus prioridades… sus valores… su rutina diaria… su matrimonio… y su vida familiar.

Pero todo esto fluye de una mujer que teme a Dios; Y ESE TEMOR, que es el centro de su ser, es lo que la define. Temor de Dios no significa miedo de Dios, si no más bien, reverencia… veneración… respeto. Este es el retrato de la mujer ideal. No vayan a pensar que ella se convirtió en esta mujer modelo de la noche a la mañana.

Fue todo un proceso…. Y es un proceso para nosotras también. Una mujer de carácter devoto es una mujer fuerte. El mundo nos quiere hacer creer que una mujer devota es débil… que nunca tiene una opinión… nunca dice nada… solo sonríe… es media boba…. No tiene cerebro ni habilidades.

A los ojos del mundo, la mujer piadosa es como una caricatura. Pero el mundo está totalmente equivocado! La mujer devota es una mujer hábil, valiente, de carácter fuerte, y de corazón compasivo. También este versículo nos dice que su esposo la valora más que a todo el dinero del mundo. ¡Vale más que piedras preciosas! ¡Y tú puedes ser esa mujer!

11 Su esposo confía en ella de todo corazón, y por ella no carece de ganancias. 12 Siempre lo trata bien, nunca mal, todos los días de su vida.

Me encantan este pasaje. El esposo confía en ella para todo lo que necesita. Ella es honrada y fiel. Ella tiene un compromiso incondicional con su esposo… de cuidar sus intereses. De atenderlo.

Como la mujer virtuosa tiene una relación íntima con Dios, ella honra la relación que tiene con su esposo. Sin importar si él es buena gente, o no. Si es perfecto, o no. Estoy segura que el esposo de la mujer virtuosa no era perfecto. Él puede confiar que ella hablará “bien” de él. Que guardará sus confidencias.

No les estará contando a sus amigas las cosas privadas de su matrimonio. Sacando los trapitos al aire, como diríamos en el Perú. Él puede confiar que ella cuidará su reputación.

Siempre me da pena cuando escucho a mujeres contar chistes… o hablar sarcásticamente de sus esposos… dejándolos mal delante de la gente.

La mujer que habla mal de su esposo no es confiable. No es fiel ni leal. También él confía que ella satisfará sus necesidades físicas. Él no tiene que salir a buscar intimidad sexual fuera de su casa, porque su esposa le es fiel. Y aunque a ella le provoque, o no… aunque tenga dolor de cabeza, o no… ella se ha comprometido a entregarse sexualmente a su esposo.

Señoras, déjenme decirles algo. Si ustedes no satisfacen las necesidades sexuales de sus esposos, habrá otra mujer que lo hará, y con mucho gusto. Ustedes pondrán a sus esposos en esa posición. No estoy justificando, ni excusando su pecado, pero si ustedes no les son fieles sexualmente, harán que sus esposos estén más vulnerables a la tentación y a la inmoralidad.

Esta es una mujer que apoya a su esposo, lo alienta, y lo ayuda en todo lo posible. No necesitas ser un genio para ser este tipo de mujer… no necesitas tener un talento extraordinario para ser este tipo de mujer. Ni siquiera necesitas ser bellísima…

Solo necesitas tener un corazón que teme a Dios… y de ese corazón vendrá tu devoción y el amor a tu esposo. Para que, por la gracia de Dios, le hagas el bien y no el mal, todos los días de su vida.

13 Sale en busca de lana y de lino, y afanosa los trabaja con sus manos. Esta mujer es práctica. Es una mujer de trabajo. Es diligente. Diligencia es ver cada tarea como una asignación especial del Señor. Y ser diligente es aceptar esta asignación de Dios para tu vida. Ella hila… teje… cose... Tito 2 nos enseña que la mujer debe de trabajar en el hogar.

Eso no significa que no haya otros lugares donde la mujer pueda trabajar.

Pero su lugar primordial de trabajo, debe de ser su hogar. Mientras ella no haya cumplido con las labores de su hogar, no debe de estar buscando otras labores fuera de él. El centro de su ministerio es su hogar. Como vemos en este pasaje y otros pasajes de la Biblia, el plan ideal ordenado por Dios, es la división de tareas.

Hombres y mujeres no necesitan estar haciendo los mismos trabajos. Hay una división apropiada de labores dentro del matrimonio y la familia. Dios ha ordenado que el esposo salga a trabajar…que sea él que gane el pan. Que traiga a la casa el dinero necesario para el cuidado y salud de la familia.

¿Y cuál es la labor de la mujer? Su labor es manejar el dinero que el esposo provee, para poder cuidar y atender a su esposo y a sus hijos. Al igual que él, ella está contribuyendo económicamente al cuidado y funcionamiento del hogar. Reconozco que en todo hay excepciones.

Pero este es el ideal... el Plan de Dios. Es un honor… un privilegio…. Es el llamado de Dios que la mujer se ocupe de todo lo relacionado con su hogar, y la crianza de sus hijos. ¿Has aceptado gustosamente el lugar que te ha dado Dios, cómo mujer? ¿Has aceptado la responsabilidad de cuidar a tu familia?

No estoy diciendo si te encante cocinar tres veces al día, ni lavar ropa, ni limpiar baños, ni trapear pisos. No estoy diciendo que te tienen que gustar esas labores. Lo que estoy preguntando es ¿Has aceptado el llamado… el privilegio de servir a tu familia como una mujer que reverencia a Dios? Dios nos bendice cuando aceptamos Su llamado.

Y cuando Dios te dé más tiempo, u otras oportunidades, o cuando te encuentres en otra etapa de tu vida, podrás usar los talentos y las habilidades que Dios te ha dado para expandirte fuera de tu hogar, como vemos que la mujer de Proverbios 31 hace.

18 Está atenta a la buena marcha de su negocio, y por la noche mantiene su lámpara encendida.

Vemos aquí a una mujer que ahorra, gasta, e invierte con sabiduría. No es la que sale a trabajar fuera de la casa… ese sigue siendo la responsabilidad de su esposo. Pero tiene su negocito en la casa. Ella contribuye a la economía del hogar.

Me encanta ver como las mujeres “de hoy en día” tienen sus pequeños negocios en la casa. Cocinan para negocio. Preparan ricos postres para la venta. Cosen, tejen lindas prendas, y hacen toda clase de confecciones. Que gran forma de ayudar a su familia económicamente… y de estar en su hogar al mismo tiempo.

El corazón de esta mujer está en glorificar a Dios. Ese es un buen comienzo. Si tu meta en la vida es de ser infinitamente feliz… de tener una vida fácil… de que todo sea diversión… de hacer las cosas a tu manera… no tomarás este tipo de decisiones. ¡Ni hablar!

Pero si tu meta en la vida es de glorificar a Dios, leerás tu Biblia donde Dios te revela lo que a Él le agrada… lo que lo glorifica. Y como mujer, tú podrás preguntarle: “Señor, ¿qué es lo que te agrada? ¿Cómo puedo ser una mujer excelente… una mujer virtuosa, y una mujer ideal, y glorificarte en todo?

¡NO TE PIERDAS LA SEGUNDA PARTE DE LA MUJER IDEAL!