Lucas 9:23-24 dice, “Si alguno quiere seguirme, niéguese a sí mismo, tome su cruz cada día, y sígame. 24 Porque todo el que quiera salvar su vida, LA PERDERÁ, y todo el que pierda su vida, por causa de Mí, la salvará.”

¿Queremos realmente estar con Jesús y experimentar Su Presencia? ¡Él nos dice cuál es el precio! Tenemos que tomar nuestra cruz CADA DÍA, y seguirlo. A pesar de que mucha gente interpreta esto como un llamado al sufrimiento, y una profecía a la adversidad, hay un significado más profundo en todo esto.

Las palabras de Jesús pueden implicar sufrimiento y adversidad, ¡SI! Pero ese no es Su único propósito. Su propósito principal es DE llamarnos a escoger entre nuestro propio señorío, Y EL SUYO.

No podemos realmente adorar a Jesús, y experimentar Su Presencia hasta que no nos neguemos a nosotras mismas. Jesús fue muy claro cuando dijo que no podemos servir a dos señores. Él lo dijo en el contexto del dinero, pero esta verdad aplica a todas nuestras relaciones.

Aunque nuestros deseos, Y LOS SUYOS, muchas veces coinciden, y nuestros planes y los Suyosmuchas veces se alinean, tenemos que escoger quien va a estar a cargo del otro. En esta relación entre lo humano con lo divino, SOLO UNO, puede tomar la iniciativa. ¡Y ESE ES JESÚS!

Algunas personas tratan de crucificar sus personalidades, juntamente con sus dones y sus deseos, como si Dios quisiera que la relación fuera todo acerca de Él, y nada de nosotras. Para comenzar, si Dios quisiera eso, ¿para qué nos creó entonces? Él ya experimentó tener “nada de nosotrAs.”

¡NO! Es nuestra AUTO-SUFICIENCIA, y nuestra búsqueda de REALIZACIÓN PERSONAL, las que necesitan ir a la Cruz. No podremos seguirlo, y conocer Su Presencia, hasta que no lo hagamos.

La cruz no es un símbolo de las dificultades que tendremos que aguantar en esta vida. Más bien, representa el lugar de muerte. “Y tomar nuestra cruz”, es declarar, que nuestro futuro, le pertenece exclusivamente a Dios.

David Livingstone escribió, “Señor, mándame a cualquier lugar, solo anda conmigo. Pon cualquier peso sobre mí, solo sostenme. Y rompe todo vínculo, menos el vínculo que me ata a Tu corazón, y a Tu servicio.”

La Biblia revela, que cada vez que Dios le hablaba a Su gente, acerca de lo que Él quería hacer, ellos tenían que realinear sus vidas de alguna forma. Cuando la gente de Dios estaba dispuesta a tomar la acción necesaria, Dios llevaba a cabo Sus propósitos… por medio de aquellos AL QUE ÉL LES HABLABA.

¡TÚ NO PUEDES QUEDARTE DONDE ESTÁS, E IR CON DIOS A LA MISMA VEZ! Cuando Dios habla, revelando lo que Él está a punto de hacer, esa revelación es tu invitación a adaptar tu vida A LA DE ÉL”. CUANDO ADAPTAS TU CORAZÓN Y TU MENTE A DIOS… A SUS PROPÓSITOS Y SUS CAMINOS, estás en posición de obedecer.

TÚ NO PUEDES QUEDARTE DONDE ESTÁS, E IR CON DIOS AL MISMO TIEMPO. Esta verdad ES MUY CLARA en las Escrituras. (1) Noé no podía continuar su vida, como siempre, y edificar un arca al mismo tiempo. (2) Abram no podía quedarse en Ur, o en Harán, y ser el padre de la nación de Canaán.

(3) Moisés no podía quedarse pastoreando ovejas en el desierto, y estar delante del Faraón al mismo tiempo. (4) Rut no podía quedarse con sus familiares, y unirse al pueblo del Dios EN ISRAEL a la misma vez. (5) David tenía que dejar a sus ovejas para convertirse en rey. (6) Ester no podía quedarse callada ante el rey, y a la vez, salvar a su gente.

(7) Pedro, Andrés, Jacobo y Juan tenían que dejar su negocio de pesca, para seguir a Jesús. (8) Saúl tenía que cambiar de dirección completamente para que Dios lo usara para predicar el evangelio a los gentiles.

GRANDES CAMBIOS Y AJUSTES SE REQUERÍAN, cuando la gente de Dios decidía obedecer al llamado de Dios. Algunos tenían que dejar a su familia, y a su país. Otros tenían que abandonar LOS PREJUICIOS QUE TENÍAN, y reorientar su manera de pensar.

Hombres y mujeres estaban dispuestos a dejar atrás sus metas, sus ideales, y sus deseos. Todo se le tenía que entregar a Dios, y su vida entera tenía que adaptarse a Dios.

En el momento en que hicieron los cambios necesarios, Dios comenzó a llevar a cabo Sus propósitos por medio de ellos. Cada uno aprendió, que adaptar su vida a Dios, es siempre un precio que vale la pena pagar.

2 Corintios 8:9 dice, “Pues ustedes ya conocen la gracia de nuestro Señor Jesucristo que, por amor a ustedes, siendo rico se hizo pobre, para que con Su pobreza ustedes fueran enriquecidos.”

Jesús se despojó DE SU POSICIÓN Y GLORIA DEL CIELO, para unirse al Padre en proveer salvación por medio de Su muerte en la cruz. ¡EL HIJO DE DIOS DIO MÁS QUE NADIE!

Jesús no podía quedarse adonde estaba… EN EL CIELO, y a la vez, ser parte del plan del Padre para redimir a la humanidad en la tierra. Si eres discípulo de Jesús, no tienes otra alternativa.

¡Tú tendrás que hacer cambios significativos en tu vida! Seguir a tu Señor significa ir a donde Él va. Hasta que no estés lista para hacer los cambios necesarios para seguir y obedecer lo que Dios te ha dicho que hagas, tú serás de muy poco uso para Él.

Nuestra tendencia es de querer que Dios se acomode a nuestros planes. Queremos obedecer a Dios, ¡SI! PERO SOLO “SEGÚN NUESTROS TERMINOS.” ¡LAS MANERAS DE DIOS SON MUY DIFERENTES A LAS NUESTRAS!

PAUSA

¿Qué es lo que tenemos que dejar para seguir a Jesús? La respuesta es muy simple. ¡TODO! ¿Pero que ganamos haciendo esto? La respuesta es muy simple ¡TODO! Adaptar nuestras vidas a Dios significa tener que lidiar con barreras económicas, físicas, emocionales, espirituales y relacionales, que nos impiden obedecer a Dios totalmente.

Dios nos ama lo suficiente para involucrarnos en Su obra, Y SE NIEGA A DEJARNOS DONDE ESTAMOS. Él sabe que nosotras podemos experimentar mucho más de Él. Cualquier cambio que Dios espera que hagas, ES PARA TU BIEN, y es para el bienestar de aquellos, que Dios tiene pensado bendecir a través de tu vida.