El Salmo 23:1-2 dice, El Señor es mi Pastor. Nada me falta. 2 En campos de verdes pastos me hace descansar. Me lleva a arroyos de aguas tranquilas.
El Señor ES mi Pastor. Aquí no dice que FUE mi Pastor, ni que SERÁ mi Pastor. El Señor es mi Pastor en domingo, en lunes… y durante toda la semana.
Él es mi Pastor en Enero… en Diciembre, y en cada mes del año. Él es mi Pastor cuando estoy en casa, o cuando estoy fuera de casa. Él es mi Pastor en las buenas y en las malas. En tiempos de abundancia… y en tiempos de pobreza.
Vivir como una oveja nos puede dar paz interior. El pastor bíblico sabía todo acerca de sus ovejas. Él sabía que comidas eran las mejores para ellas, y cuales les harían daño. Él sabía cuándo debían de comer, y cuando necesitaban saciar su sed. El pastor era un experto en la tierra, y estaba al tanto de los mejores lugares para comer y beber.
Mientras que las ovejas confiaran, y siguieran a su pastor, sus necesidades básicas serían satisfechas en el momento preciso. El pastor les daría LO MEJOR de lo que él tenía. ¿Tienes TÚ confianza absoluta en tu Buen Pastor? ¿EN JESÚS? ¿Valoras el alimento que viene de Jesús más del que puedas obtener del mundo?
¿Piensas a veces que Dios te está negando algo que tú necesitas? En este pasaje, el salmista dice QUE NADA LE FALTA. Por Su propia naturaleza, el Buen Pastor cuida de Sus ovejas, y daría Su vida por ellas. Por eso Jesús dice en Juan 10:11, “Yo soy el Buen Pastor. El Buen Pastor da Su vida por las ovejas.”
¿Has permitido que tu enfoque cambie… de tu Pastor… a lo que el Pastor te puede dar? Si sientes que te falta algo… NO ES QUE TU PASTOR NO PUEDE… O NO QUIERE DARTE TODO LO QUE NECESITAS. Puede que sea, QUE TE FALTA FE , para recibir todo lo que Jesús quiere darte, “LO QUE TU FE DIGA “QUE DIOS ES”, ESO SERÁ DIOS PARA TÍ.”
¿No será que estás descontenta con lo que tu Buen Pastor te ha estado proveyendo? ¿Te hace falta el GOZO que viene de tener un Pastor que se preocupa por ti? REGRESA A ÉL, Y CONFIA QUE ÉL SUPLIRÁ TODO LO QUE NECESITAS EN TU VIDA… ¡COMO SOLO ÉL PUEDE HACERLO!
3 Me infunde nuevas fuerzas y me guía por el camino correcto para hacer honor a Su nombre.
Tu Buen Pastor conoce cada una de tus necesidades. Jesús sabe que tú te cansarás a lo que caminas con Él. Él sabe que hay momentos en que necesitas descansar. Tu Buen Pastor sabe exactamente lo que necesitas para refrescarte. Hay momentos en que necesitas echarte en campos verdes, o junto a un arroyo tranquilo.
A veces necesitas ser abrazada por tu Buen Pastor. En otros momentos, necesitas gozar de los gustitos que Jesús te da. El Buen Pastor no siempre te renovará de la misma forma. El siempre responderá a tu necesidad presente, con lo que corresponda perfectamente en ese momento.
A lo que sigues a Jesús, habrá momentos en que tu alma estará agotada. A lo mejor sea debido a las pruebas que estás experimentando, o a las tentaciones que estás resistiendo… o a la persecución a la que te estás enfrentando, o a las cargas que estas llevando “POR OTROS,” que te pueden estar desgastando.
Capaz puedas estar cansada por la disciplina del Señor. Habrá momentos en que sentirás que ya no puedes dar un paso más en tu caminar cristiano. Tu Buen Pastor sabe cuándo has llegado a ese punto, ¡y El siempre tiene el remedio!
¿Te sientes cansada? ¿Necesitas que tu alma sea refrescada? No trates de recuperarte por ti misma. Solo Dios sabe cómo sanar y rejuvenecer tu alma. Jesús dice en Mateo 11:28-30 , “Vengan a Mí todos ustedes, los agotados de tanto trabajar, que Yo los haré descansar.
29 Lleven Mi yugo sobre ustedes, y aprendan de Mí, que soy manso y humilde de corazón, y hallarán descanso para su alma. 30 porque Mi yugo es fácil, y Mi carga es liviana.”
Pasando tiempo con Dios… te dará el descanso de Dios. A través de la oración y la meditación de Su Palabra, PODEMOS TENER COMUNIÓN CON ÉL. En la presencia del Señor podemos experimentar el descanso y la restauración que tan desesperadamente necesitamos.
4 Aunque deba yo pasar por el valle más sombrío, no temo sufrir daño alguno, porque Tú estás conmigo; con Tu vara de Pastor me infundes nuevo aliento.”
Como hija de Dios, ¡tú nunca estás sola! Tu Buen Pastor está contigo en todo momento. Tú nunca lo tienes que llamar a que venga a tu situación. Tú nunca te tienes que preguntar dónde está Dios. Tú nunca tienes que tener miedo, que si las cosas se ponen difíciles… Él te va a abandonar. ¡NO! Él va delante de ti. Él camina a tu lado. El camina detrás tuyo.
Él te protege de forma segura. Así como Él ve a cada gorrión, y conoce cada cabello de tu cabeza, así mismo, Su mirada está constantemente sobre ti.
Jesús dice en Lucas 12:6-7, “¿Acaso no se venden cinco pajarillos por un par de monedas? Sin embargo, Dios no se olvida de ninguno de ellos. 7 Lo mismo pasa con ustedes, pues hasta los cabellos de su cabeza están todos contados. Así que no teman, pues ustedes valen más que muchos pajarillos.”
Aun cuando no puedas verlo, Jesús siempre tiene Sus ojos puestos en ti. Él te consuela con Su Presencia en los momentos de sufrimiento y dolor. Él te lleva a través del valle más sombrío. Él no necesariamente te lleva alrededor del valle, como tú quisieras.
Hay momentos en que tu Pastor sabe que la única forma de llegar, a donde Él quiere llevarte, es de guiarte por el camino que pasa a través de un valle oscuro. Sin embargo, en esos momentos, Él camina muy cerca de ti, tranquilizándote a través del camino, asegurándote de que Él te ama, y que está contigo.
Es durante estos momentos que tú experimentas Su amor y compasión, de una manera mucho más profunda de lo que has sentido jamás.
La esposa de Martín Lutero dijo, “Yo nunca hubiera podido entender el significado de muchos de los salmos… ni hubiera llegado a apreciar ciertas dificultades… o sabido de los elementos interiores del alma… ni hubiera podido entender la práctica de la vida y obra cristiana, si es que Dios no hubiera traído aflicciones a mi vida.”
A lo mejor tú has tenido un contratiempo o una pérdida inesperada. Tu futuro se ve muy incierto. Si confías en Jesús,
como tu Señor y Salvador,tú puedes estar segura de esto: Jesús irá contigo a donde tú vayas.
¡Créelo! ¡Dios