¿AMAS CON TUS ACCIONES?– 1 Juan 3:16-18

1 Juan 3:16-18 dice, En esto hemos conocido el amor; en que Él dio Su vida por nosotros. Así también nosotros debemos dar nuestra vida por los hermanos. 17 Pero ¿cómo puede habitar el amor de Dios en aquel que tiene bienes de este mundo y ve a su hermano pasar necesidad, y le cierra su corazón?

La prueba del amor cristiano no es simplemente el hecho de no hacerle daño a nadie. El amor también implica hacerles el bien. El amor cristiano abarca sacrificio y servicio. Cristo no sólo habló de Su amor, sino que también lo demostró.

A Jesús no lo mataron, como mártir, sino que Él dio Su vida por nosotros voluntariamente. Juan15:13 dice, “Nadie tiene mayor amor que éste, que es el dar Su vida por sus amigos.” La “auto-preservación” es la primera ley de la vida física. Y el “auto-sacrificio” es la primera ley de la vida espiritual.

¡DIOS NO NOS PIDE que demos nuestra vida! Simplemente nos pide, que ayudemos a un hermano o hermana, que tiene necesidad. Por eso, en este pasaje, Juan“habla primero de los hermanos en general,” y acto seguido continua con el “ hermano en singular.”.

Es bien fácil hablar acerca de “amar a los hermanos” en general, pero olvidándonos de ayudar al hermano individualmente. ¡El amor cristiano es personal y es activo!

Esto es lo que Jesús tenía en mente cuando nos enseñó la parábola del buen samaritano. Un abogado quería hablar de un tema abstracto: “¿Quién es mi prójimo?” Pero Jesús concentró toda Su atención “EN UN SOLO HOMBRE” que tenía necesidad, y cambió la pregunta: “¿De quién puedo ser prójimo?”

La prueba del amor cristiano, no está en profesar en voz alta, que uno ama a toda la iglesia, sino en ayudar silenciosamente a una hermana o hermano que tiene necesidad. Si no ayudamos ni siquiera a una hermana, lo más probable es que no “demos nuestra vida” por “los hermanos”.

Una cristiana, que tiene el dinero, que puede aliviar la necesidad de su hermana, ¡DEBE DE HACERLO! Pero hay tres condiciones para ayudar a tu hermana. Primero, debes de tener los medios necesarios para suplir su necesidad.Segundo, debes de saber que la necesidad existe. Y tercero, debes de tener suficiente amor y compasión, ¡para querer compartir!

¿Se acuerdan de la historia de la Viuda de Naín en Lucas 7:11-17 Jesús acababa de sanar al sirviente de un oficial romano muy respetado. Y ahora estaban camino a otra ciudad, llamada Naín. Cuando llegaron a la entrada de la ciudad, vieron pasar un funeral.

Los entierros son, generalmente, ocasiones muy tristes, pero éste en particular, era más triste todavía. Una madre acababa de perder a su hijo. ¡Su único hijo! No solo eso, ella era viuda también. Sin esposo y sin hijo, ella había perdido todo apoyo económico. Su futuro se veía muy negro.

Lucas 7:13 dice, que cuando Jesús vio a la viuda, “Él se compadeció de ella, y le dijo: No llores.” Jesús se acercó al hijo muerto, tocó el ataúd, y dijo en el vs 14, “Joven, a ti te digo, ¡levántate! Y por supuesto, el joven se levantó.

Es muy interesante notar, que esta viuda no dice ni media palabra en esta historia. No le habla a Jesús, ni les habla a Sus discípulos. ¡No pide nada! Y a pesar de todo, Jesús tuvo compasión de ella.

Pero Jesús, no solo se compadeció de ella. ¡Él hizo algo al respecto! -- sin siquiera preguntar nada. Capaz ella estaría tan enfrascada en su dolor, que ni siquiera se dio cuenta que Jesús estaba ahí. ¿Quién sabe?

Si miras alrededor tuyo, hay muchas oportunidades de ayudar a la gente, que está pasando por momentos difíciles, ¡aun si no han pedido ayuda! A veces están tan enfrascadas en su problema y dolor, que no se les ocurre pedirle a nadie que las ayude.

O a veces no saben que tú puedes ayudarlas, así que no te piden ayuda. Como Jesús, tú puedes ponerte en acción, y hacer lo que puedas. Obviamente, tú no puedes resucitar a nadie, pero tú sabes los talentos y habilidades que tienes. ¡Úsalos para ayudar cuando es obvio que puedes!

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18 Hijitos míos, no amemos de palabra ni de lengua, sino de hecho y en verdad.

Este versículo es sorprendentemente parecido a la enseñanza de Santiago 2:14-17, que dice, “Hermanos míos, ¿de qué sirve decir que se tiene fe, si no se tienen obras? ¿Acaso esa fe puede salvar? 15 Si un hermano o una hermana están desnudos, y no tienen el alimento necesario para cada día,

16 y alguno de ustedes les dice: Vayan tranquilos; abríguense y coman hasta quedar satisfechos, pero no les da lo necesario para el cuerpo, ¿de qué sirve eso? 17 Lo mismo sucede con la fe: SI NO TIENE OBRAS, está muerta.”

JUAN NOS DICE, bien claro que el amor no es solo una palabra bonita que tú puedes usar para describir lo que sientes por otra persona. ¡Es algo más concreto! ¡El amor es activo! Es más que estar enamorada. Es actuar con amor.” Es amar a otra persona como Dios, en Cristo, nos ama a nosotras.

Pablo describe al verdadero amor en 1 Corintios 13:4-8: “El amor es paciente y bondadoso. No es envidioso ni jactancioso, no se envanece. 5 No hace nada impropio. No es egoísta ni se irrita.

No es rencoroso. 6 No se alegra de la injusticia, sino que se une a la alegría de la verdad.7 Todo lo sufre, todo lo cree, todo lo espera, todo lo soporta. 8 El amor jamás dejará de existir.”

El amor es bondad, NO SOLO EN PALABRAS. ¡EL AMOR ES BONDAD EN OBRA! Es proteger, confiar, esperar, perseverar. ¡El amor nunca falla! Este es el amor que Dios tiene para nosotras. ¡Nunca dejará de existir!

Romanos 5:10 dice, “Si cuando éramos enemigos de Dios, fuimos reconciliados con Él mediante la muerte de Su Hijo”.

Como creyentes en Cristo, tenemos la responsabilidad de cuidar de las necesidades de otros. Nuestros actos de amor revelarán que Jesús vive en nuestros corazones. Y el darle a los necesitados, nos ayudará a hablarles del amor de Cristo. Dios nos da todo lo que necesitamos. ¡Así que démosles a otros lo que necesitan!