En Lucas 12:22 Jesús le dice a sus discípulos: “Por eso les digo: No se preocupen por su vida, qué comerán; ni por su cuerpo, con qué se vestirán. La vida tiene más valor que la comida, y el cuerpo más que la ropa.
Fíjense en los cuervos: no siembran ni cosechan, ni tienen almacén ni granero; sin embargo, Dios los alimenta. ¡Cuánto más valen ustedes que las aves! Quién de ustedes, por mucho que se preocupe, ¿puede añadir una sola hora al curso de su vida?
Ya que no pueden hacer algo tan insignificante, ¿por qué se preocupan por lo demás? Fíjense como crecen los lirios. No trabajan ni hilan; sin embargo, les digo que ni siquiera Salomón, con todo su esplendor, se vestía como uno de ellos.
Si así viste Dios a la hierba que hoy está en el campo y mañana es arrojada al horno, ¡cuánto más hará por ustedes, gente de poca fe! Así que no se afanen por lo que han de comer o beber; dejen de atormentarse. El mundo pagano anda tras todas estas cosas, pero el Padre sabe que ustedes las necesitan.”
La preocupación nos da (1) Una perspectiva equivocada de la vida; (2) Unaperspectiva equivocada de la preocupación en sí, y (3) Una perspectiva equivocada de Dios. La preocupación nos hace creer que la vida es solo lo que comemos y lo que nos ponemos.
La preocupación nos ciega al mundo que nos rodea, y a la forma como Dios cuida de Su creación. Dios hace a las flores lindas, y hasta le da de comer a los cuervos, que son tan sucios, y que no tienen la habilidad de plantar o cosechar. Con mayor razón cuidará de nosotros, que nos ha dado la habilidad de trabajar.
Jesús no estaba sugiriendo que NO hiciéramos nada, ni que nos sentáramos a rascarnos la panza esperando que Dios nos alimente. ¡NO! Los pájaros trabajan duro para sobrevivir.
Más bien, lo que Dios quiere es que confiemos en El, y cooperemos con El, usando las habilidades y oportunidades que Él nos da.
A veces creemos que la preocupación logra cosas buenas en nuestra vida. Pero en vez de añadir a nuestra vida, lapreocupación nos quita vida. Si te andas preocupando por todo, puedes terminar en el hospital, o peor aún, en la tumba. ¡La preocupación sale cara!
La preocupación no nos permite crecer espiritualmente, y nos hace igualitas a las NO CREYENTES de este mundo. ¿Cómo vamos a ser un buen testimonio a un mundo perdido, y alentar a otros a que pongan su fe en Jesucristo, si nosotras mismas estamos dudando de Dios, y preocupándonos? ¡La preocupación es un pecado!
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Seamos sinceras. ¿Estamos contentas cuando Dios nos dice “NO” a lo que queremos, y “SI” a lo que necesitamos? No siempre. Si le pedimos que nos dé un nuevo matrimonio, y Él nos dice, “honra el que tienes,” no estamos contentas. Si le pedimos que nos sane de una enfermedad, y Él nos dice “que aprendamos del dolor,” no estamos contentas.
Si le pedimos más plata, y Él nos dice, “atesora lo espiritual,” no siempre estamos contentas. Cuando Dios NO HACE LO QUE QUEREMOS, no es agradable. Nunca lo ha sido… y nunca lo será. Pero la fe es la convicción de que Dios conoce más de la vida que nosotras mismas, y nos ayudará a caminar a través de los momentos difíciles.
1 Pedro 5:7 dice: “Depositen en El toda ansiedad, porque El cuida de ustedes.” Muchas de nosotras vivimos en un estado de ansiedad TERRIBLE… constantemente preocupadas por las cosas de la vida. ¿Qué de bueno hemos logrado en el pasado con preocuparnos?
No nos ha hecho más fuertes… no nos ha ayudado a hacer la voluntad de Dios… y no nos ha aliviado nuestra ansiedad o inquietud. Vivir intranquilas… teniendo preocupaciones y ansiedades están absolutamente prohibidas por nuestro Señor Jesucristo.
Esto no significa que no debemos pensar en el futuro, o que nuestra vida no tenga plan o norma. Simplemente significa queno debemos preocuparnos por estas cosas. La verdad es que no puedes cambiar el pasado, pero malogras un bonito presente, preocupándote por el futuro.
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Yo me acuerdo cuando era joven, mi hermana siempre me decía que a mí nada me preocupaba. “A ti nada te importa, todo te resbala. La realidad es que la preocupación nos hace vernos feas y arrugadas. Destruye nuestras amistades, desmoraliza nuestra vida, derrota nuestra fe, y debilita nuestra energía.
Y me encanta este dicho: “NO TE PREOCUPES DEL MAÑANA. RECUERDA QUE DIOS YA ESTA AHÍ.” Por eso en Isaías 41:10, DIOS dice, “Así que no temas, porque yo estoy contigo; no te angusties, porque yo soy tu Dios. Te fortaleceré y te ayudaré; te sostendré con mi diestra victoriosa.”
Cuantas veces las hijas de Dios andamos preocupadas y angustiadas porque creemos que nuestras oraciones no están siendo contestadas. Cuántas veces hemos visto a Dios obrar de una forma mucho más grande de lo que esperábamos. Dios nunca toca el corazón, con una prueba, sin tener un regalo mayor en mente, o una bendición especial.
También pienso que el antídoto a la PREOCUPACION es la GRATITUD. Hasta cierto punto, tu bienestar emocional, mental, físico, y espiritual, así como la salud y estabilidad de tus relaciones con otros, son determinadas, no por preocuparte, sino por la cantidad de veces que demuestras GRATITUD.
Cultivar un corazón agradecido es una protección PARA NO CONVERTIRNOS en mujeres agrias y amargadas. Una hija de Dios agradecida, no puede ser otra cosa, que una mujer alegre, radiante, y llena de paz.
No se imaginan la cantidad de veces que las Escrituras – especialmente en el libro de los Salmos – nos exhortan a dar gracias, a alabar a Dios, a cantarle al Señor. Especialmente si consideramos que muchos de estos pasajes fueron escritos por personas que se encontraban en situaciones angustiosas. ¡La GRATITUD nos transforma!
La gente sabrá que vives en un estado constante de ansiedad, por las arrugas de tu cara, por el tono de tu voz, por tu actitud negativa, y por la falta de alegría en tu espíritu. Así que no te preocupes… confía en Jesús… y se agradecida.