En Juan 4:24, Jesús le dice a la mujer de Samaria, “Dios es Espíritu; y es necesario que los que lo adoran, lo adoren en espíritu y en verdad.” ¡La adoración es esencial!Hemos sido diseñadas para adorar a Dios en espíritu y en verdad. Esta es la enseñanza más completa, ACERCA DE LA ADORACIÓN, que Jesús nos da en el Nuevo Testamento.

Lo más increíble, es que una enseñanza de este calibre, Jesús se la da SOLO A UNA PERSONA. Y esa persona no era hombre, sino mujer. No era judío, sino samaritana. No era una persona piadosa, sino una persona adúltera.

La palabra “adorar” significa literalmente “arrodillarse” o “postrarse” ante una persona de EMINENCIA. Es la postura correcta en la adoración que le rendimos a Dios, ya sea la posición del cuerpo, o la humillación del corazón.

La adoración debe de estar dirigida a Dios, como Padre, que es una palabra que habla de la confianza y dependencia que tenemos en Dios. Tu Padre Celestial estuvo dispuesto a pagar “cualquier precio” para poder salvarte. Tu Padre Celestial está siempre listo para suplir tus necesidades.

Tu Padre Celestial TE AMA TANTO, que está dispuesto a disciplinarte, para que puedas llegar a la madurez cristiana. Aun cuando te rebeles contra Él, Y RECHACES SU AMOR, tu Padre continua haciendo lo que es mejor para ti. ¡Su amor no pone condiciones!

Él te ama aun cuando tú no lo ames. Te ha hecho heredera, y ha reservado un hogar PARA TI en el cielo. La falta de adoración, que vemos en nuestro mundo de hoy, se debe al poco conocimiento que la gente tiene de Dios.

Cuando Dios creó al hombre, El sopló Su propio espíritu en él. El hombre se convirtió en un alma viviente. Dios es Espíritu, totalmente santo y glorioso. Y Él nos dio un espíritu para tener comunión con Él. Para adorarlo en espíritu. ¡Para adorarlo de todo corazón!

William Barclay escribió, “La adoración real y verdadera es cuando una mujer o un hombre, tiene comunión con Dios, por medio de su espíritu. Adoración real y verdadera no es ir a cierto lugar. No se trata de rituales ni liturgia. Ni siquiera se trata de llevar ofrendas.

Adoración verdadera es cuando el espíritu, la parte inmortal e invisible de la mujer o del hombre, tiene un encuentro con Dios, que es inmortal e invisible. ¿Cuál es la cosa más gloriosa, que todo ser humano, puede encontrar en esta tierra? ¡NADA MENOS QUE A DIOS MISMO!

¿Y cuál es la cosa más gloriosa que un hombre o una mujer puede y necesita hacer cada día? ¡Nada menos que buscar, conocer, amar, y alabar a este Dios glorioso!

¿Y qué significa adorar a Dios en verdad? “Verdad” significa que debemos adorar a Dios por ser quien es. Adorar “en verdad” ocurre cuando lo adoramos de acuerdo a lo que Dios nos ha revelado DE SÍ MISMO en las Escrituras. ¡Esa es verdadera adoración! La “verdad” es el pensamiento más poderoso e importante que una mujer puede tener.

¿Cómo es Dios? ¿Qué es lo primero que se te viene a la mente cuando piensas en El? ¡Esto es fundamental! Nuestra respuesta a esta pregunta, no solo afecta nuestra adoración, sino nuestra propia vida. Cada falla en adoración, o en doctrina, o en práctica, puede llevarnos a ideas erróneas de Dios.

¿Adoras a Dios en espíritu y en verdad? Es posible que hayas ido a la iglesia toda la vida, que hayas leído la Palabra por muchos años, y sin embargo, QUE NUNCA HAYAS ADORADO A DIOS, como Jesús dice…

La samaritana había escuchado ACERCA DE DIOS. Sin embargo, Jesús le dice que la adoración verdadera tiene que ser “cara a cara” con Dios. La adoración no es una religión, ni un ritual. La adoración es un encuentro vital e íntimo con el Padre. Él es Santo, Soberano, Todopoderoso, Todo Amor, y Misericordioso.

Solo cuando nos damos cuenta realmente de quién es El, podremos ver nuestro propio pecado.¡Nos hará detestar el pecado! ¡Adoración verdadera cambia vidas! Adoración verdadera termina en arrepentimiento, en sumisión obediente, y con el deseo de ser santa.

Adoración verdadera produce el deseo de demostrar misericordia hacia otros, y de perdonar a aquellos que nos han ofendido. Y también, la adoración es agradecimiento por todo lo que Dios nos da.

Lamentablemente, hoy en día, NUESTRO MUNDO MODERNO ha perdido ese sentido de “admiración y reverencia” hacia Dios. Más bien queremos “traer abajo” a Dios… bajarlo a nuestro nivel… de hacerlo común y corriente. ¡PERO NO! ¡ÉL ES DIOS! ¡Y debemos de adorarlo en espíritu y en verdad!

PAUSA

A pesar de que tenemos acceso directo a Dios, como Sus hijas, no nos debemos de OLVIDAR NUNCA,que este acceso, fue comprado con la preciosa sangre de Su único Hijo. Nadie, que verdaderamente entienda esto, puede entrar a la presencia de Dios sin esa sensación de reverencia santa.

Nadie que comprenda el increíble precio pagado en el Calvario puede tomar por hecho su relación con Dios. Nunca podremos COMPRENDER COMPLETAMENTE A DIOS, NI LA FORMA COMO ÉL SE RELACIONA CON NOSOTRAS, SI NO COMPRENDEMOS PRIMERO, el verdadero sentido de Su Santidad, y el mandato, a que Su gente sea santa también.

A lo que meditas en el precio que Jesús pagó PARA DARTE ACCESO AL PADRE, comenzarás a atesorar los momentos de oración,que tienes con El. La adoración se volverá en un privilegio, al que acogerás con gratitud. La Biblia se volverá muy querida para ti, a lo que te dedicas a vivir una vida santa.

Si has perdido admiración por el increíble regalo de salvación -- que te fue dado a tan alto costo, NECESITAS VOLVER A LA CRUZ, y ser testigo de lo que sufrió tu Salvador POR TI. ¡El regalo de tu salvación le costó a Dios Su propia vida!

Hermana, ¿has tenido un encuentro “cara a cara” con Jesucristo, como lo tuvo la mujer de Samaria? ¡Cuando ella se encontró ante la Presencia de Dios, puso su fe en Jesucristo, ¡Y FUE SALVADA!