EL AMOR LO CAMBIA TODO
Gálatas 5:22
Muchas veces en nuestras vidas, somos abandonadas, lastimadas, pisoteadas, y hasta despreciadas por las decisiones que tomamos, y por las circunstancias que se nos presentan. Nos sentimos que no tenemos valor.
Pero no importa lo que hayas pasado en tu vida, o lo que vayas a pasar, tú nunca pierdes tu valor ante los ojos de Dios. Sucia o limpia, lastimada o ligeramente magullada, ¡TU ERES INVALORABLE PARA EL!
Dios es amor. El amor es la gran necesidad de la humanidad. Es lo que la redención de Cristo vino a hacer: a restaurar el amor a este mundo.
Cuando el hombre pecó, ¡EL EGOISMO TRIUNFÓ! El hombre buscó al “YO” en vez de buscar a Dios. ¿Y cuál fue el resultado? INMEDIATAMENTE Adán acusó a Eva – ¡QUE ERA ELLA! quien lo había llevado por el mal camino.
¡El amor a Dios se había ido! ¡El amor al hombre, se había perdido! De los dos hijos de Adán y Eva, uno de ellos, Caín, se convertiría en el asesino de su hermano Abel. ¿NO NOS DEMUESTRA ESTO, que el pecado le robó el amor al mundo?
1 de Juan 4:16 dice, “Y nosotros hemos conocido y creído el amor que Dios tiene para con nosotros. DIOS ES AMOR; y él que permanece en amor, permanece en Dios, y Dios en él.”
¡Y JESUS VINO A DEMOSTRAR ESTA VERDAD! El exhibió amor como bebé, como niño, como adolescente, y como hombre. El manifestó amor en la casa, en el colegio, en el recreo, en la sinagoga, y en su trabajo de carpintero.
Jesús reveló Su amor, mientras viajaba por las carreteras… cuando estaba en el mar… y cuando estaba en el templo. El siempre demostró esta gran verdad de Dios: Dios es amor. El exhibió amor con cada aliento, que tomó. Nunca hubo una carretera muy larga, ni muy áspera.
Nunca una súplica muy tenue, nunca un caso muy duro, nunca un sollozo muy tarde, y nunca un día muy largo para Su amor.
Jesús nos dice en Mateo 22:37-40, “Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, y con toda tu alma, y con toda tu mente. 38 Este es el primero y más importante mandamiento. 39 Y el segundo es semejante al primero: Amarás a tu prójimo como a ti mismo.
Y en Juan 13:34 Jesús le dice a Sus discípulos, “Un mandamiento nuevo les doy: Que se amen unos a otros. Así como yo los he amado, ámense también ustedes unos a otros.” ¡Y NO SOLO ESO!
Jesús demanda CASI LO IMPOSIBLE de nosotras… en Mateo 5:44… “Amen a sus enemigos, bendigan a los que los maldicen, hagan bien a los que los odian, y oren por quienes los persiguen.” Jesús amó a Herodes, a Anás, a Caifás, y hasta a Poncio Pilato. Él los amó lo suficiente para morir por ellos.
Él amó a Pedro, AUN DESPUÉS DE LAS MALDICIONES QUE DIJO, de los juramentos… ¡y hasta después de que lo negó! Él amó a Judas, aun cuando planeaba traicionarlo con un beso en Su mejilla.
Él amó al hombre que le tiró un puñetazo en la cara, y al hombre que lo coronó con espinas, al hombre que le hirió la cabeza con una caña, y al hombre que le dejó la espalda marcada por los latigazos. Él amó al soldado que puso la pesada cruz sobre su lacerada espalda, y le ordenó a que siguiera caminando.
Él amó al hombre que lo clavó a esa cruz. Él amó a los hombres que se burlaron de El mientras moría. Y a pesar de todo eso, ¿qué es lo que Jesús le pide a Su Padre en Lucas 23:34? “Padre, perdónalos porque no saben lo que hacen.” ¡Eso es verdadero amor!
Por eso el amor tiene un nombre. Se llama ¡JESÚS! Y Él te ama. Él te cuida. Él sangró por ti. El murió por ti. Jesús te enseña a amar. A compartir… a ser compasiva. ¡Él te enseña a ser como El!
En 1 de Corintios 13:4, Pablo describe el verdadero amor… “4 El amor es paciente y bondadoso; no es envidioso ni jactancioso, no se envanece; 5 no hace nada impropio; no es egoísta ni se irrita; no es rencoroso.
6 no se alegra de la injusticia, sino que se une a la alegría de la verdad. 7 Todo lo sufre, todo lo cree, todo lo espera, todo lo soporta. 8 El amor jamás dejará de existir.
Algunas de ustedes están tan deseosas de esa clase de amor… un amor que jamás dejará de existir. A lo mejor te dejaron sola en un hospital… te dejaron sola al pie del altar… te dejaron sola en una cama vacía… te dejaron sola con el corazón destrozado. Te dejaron con la pregunta: “¿No hay nadie que me quiera?”
Escucha la respuesta del cielo. Dios te ama. ¡SI! ¡A ti! ¡Personalmente!¡Te ama apasionadamente! Otros te hicieron promesas, pero no cumplieron. Lo que Dios prometió, Él lo ha cumplido. ¡Él te ama con un amor que nunca dejará de existir!
El amor nunca dice, “¡Ya esto es el colmo! Has ido demasiado lejos. ¡Ya no te quiero!” ¡NO!
Todo lo sufres, todo lo crees, todo lo esperas, todo lo soportas significa que “TODO” está incluido. ¿Si alguien te trata de hacer daño, “¿todo lo sufres?” ¿Perdonando incondicionalmente? Si alguien te anda provocando todo el tiempo “¿todo lo soportas?”
¿Les das a otros el mismo amor incondicional, que Cristo te da a ti? ¡DIOS ES AMOR! La que vive en amor, VIVE EN DIOS, y DIOS EN ELLA. No hay vuelta que darle. La vida cristiana es una vida amorosa. Una vida fría e indiferente, no es una vida cristiana. ¡AMA COMO DIOS AMA! ¡DEJA QUE EL AMOR SEA LO QUE TE DEFINA!