La Navidad es la fecha del año que marca el milagro más grande de todos los
milagros de la Biblia, específicamente hablando, que Jesús, la Segunda
Persona de la Trinidad, se dignara a tomar una forma humana. El término
apropiado de este milagro es la Encarnación que simboliza el verdadero
corazón del cristianismo.
La doctrina de la Encarnación es que nuestro Señor Jesucristo es una
Persona con dos naturalezas indisolublemente unidas: Una naturaleza, siendo
la del eterno Hijo de Dios, y la otra, la de un Hombre, en todo lo
respecto, humano, “aunque sin pecado”.
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Ninguna otra religión tiene, como su doctrina principal, la declaración de que en la Persona de este DIOS-HOMBRE extraordinario, Dios mismo pagó el precio de nuestra salvación, muriendo para salvarnos de nuestros pecados.
Una religión, como esta, puede parecernos misteriosa, obscura, y hasta difícil de entender. Sí, es verdad que estas doctrinas van más allá de nuestro entendimiento humano. Sin embargo, esto no significa que el cristianismo (o la Navidad misma) es incomprensible. Claro que tiene sus misterios, como la encarnación, el nacimiento virgen, y el amor increíble de Dios por los seres humanos rebeldes. Pero el mensaje de Navidad, no es solamente misterioso y curioso, sino también, es profundamente simple y desconcertante que la gente de todas las razas y antecedentes ha reconocido por dos mil años.
La historia de Navidad nos habla de una pareja humilde, que quería que la voluntad de Dios se hiciera en sus vidas; del nacimiento de un bebé en un establo porque sus padres no podían encontrar espacio en un hostal de Belén -- que estaba repleto de gente; de la visita de unos pobres pastores, y de unos ricos y distinguidos reyes magos.
Pero, lo más bello de todo, es el anuncio del ángel a los pastores, que es al mismo tiempo, un anuncio para todas las personas de este mundo. Aquel día, cientos de años atrás, fue el día más grandioso de la historia. ¡Fue el día del favor de Dios! Fue el punto culminante de las profecías del Antiguo Testamento, y la revelación de la gracia increíble de Dios.
¡Hoy también es el día del favor de Dios! Es el día en que muchas personas están siendo atraídas a la fe en Jesucristo como Salvador y Señor, por la gracia de Dios.