Isaías 61:1-2 dice, El espíritu de Dios el Señor está sobre mí. Sí, el Señor me ha ungido; me ha enviado a proclamar buenas noticias a los afligidos, a vendar a los quebrantados de corazón, a anunciar libertad a los cautivos, y liberación a los prisioneros. 2 Y a proclamar el año de la buena voluntad del Señor.

¡El tiempo de Dios es perfecto! Cuando Él habla, el momento de responder en obediencia es AHORA. A veces actuamos como si tuviéramos todo el tiempo del mundo para obedecerlo, pero la historia no espera por nuestros compromisos. No existe tal cosa… como la de posponer una decisión con Dios. ¡Obedecemos, o no obedecemos!

Cuando Dios anuncia que ahora es el momento de la buena voluntad, lo que hagas después, es crucial. ¡Cuántas veces la gente no ha estado preparada… para la llegada de la Palabra del Señor a ellos.

Dios dice, “Ahora es el momento de responderme”. Y la respuesta es, “¡Pero no estoy lista! ¡Hay algunas cosas que necesito hacer primero! ¡Estoy muy ocupada”!

El tiempo de Dios siempre es perfecto. Él te conoce, y está completamente al tanto de tus circunstancias. Él sabe todo lo que ha edificado en tu vida hasta ahora. Y ÉL TE INVITA, sabiendo que Sus recursos, son más que suficientes para cualquier tarea que Él te dé.

Nosotras no tenemos que entender todas las implicaciones de lo que Jesús nos está pidiendo. Todo lo que tenemos que saber, ¡ES QUE ES LA PALABRA DEL DIOS TODOPODEROSO! ¡AHORA es el momento de la buena voluntad del Señor.

En Mateo 19:21-22 Jesús le dice al joven rico, Si quieres ser perfecto, anda, vende lo que tienes y dáselo a los pobres, y tendrás un tesoro en el cielo. Después de eso, ven y sígueme. 22 Cuando el joven oyó estas palabras, se fue triste, porque tenía muchas posesiones.

Tu vida es la suma de las respuestas que le has dado a Dios. Una vez que Dios se revela a ti, LO QUE HACES DESPUÉS es tu decisión. Tu reacción refleja lo que tú crees acerca de Jesús. El joven rico vivía una vida moral. Estaba bien versado en las Escrituras y las leyes de Dios.

Pero su respuesta a la invitación de Jesús, claramente muestra, que aunque él tenía un conocimiento intelectual de las enseñanzas de Jesús, él no conocía a Dios de una manera real. Cuando el Señor te habla, necesitarás hacer un ajuste en tu vida. Esta verdad puede afectar dramáticamente tu vida de oración.

Cada vez que oras, tienes que estar consciente, que si Dios contesta tu oración, y te revela Su voluntad, necesitarás reorientar tu vida inmediatamente. Cada vez que lees tu Biblia, tienes que estar preparada para obedecer lo que Dios te diga.

¿Por qué usó Jesús a Pedro, a Jacobo y Juan tan significativamente… que revolucionaron al mundo entero? Mientras qué hubo otros, como el joven rico, del cual nunca más se supo. ¡Fueron sus elecciones!

Los discípulos eligieron creer, y su creencia fue probada por su obediencia. En cambio, el joven rico, no quiso obedecer. La Escritura nos dice… que se fue triste… Y tú te enfrentas a la misma pregunta que Jesús le hizo al joven rico.

¿Qué ajustes estás dispuesta a hacer para responderle afirmativamente a Cristo?

Cuando yo me entregué a Cristo hace 19 años, nunca me imaginé todo lo que Dios tenía planeado HACER EN MÍ, y a través mío. Él NO ME DIJO… que algún día sería maestra de la Biblia en español (porque me tuvo enseñando en inglés por años).

O que tendría mi propio programa de radio y televisión, o que mis enseñanzas estarían online, o que sería parte de un radio evangélico por el internet. Y que haría retiros y conferencias bíblicas en Latino América.

¡Así qué! ¡Yo también tuve que hacer ajustes y cambios en mi vida! Cuando tomé el paso de fe, y obedecí, Dios comenzó a abrir puertas.

No esperes entenderlo todo… y que todo tenga sentido desde el principio. A veces Dios te va a guiar a cosas, que no entenderás completamente, hasta que no las hayas hecho. Él generalmente no revela todos los detalles de Su voluntad… cuando recién nos habla. En vez, Él te dice lo suficiente para que puedas implementar lo que Él ya te ha dicho.

PERO ÉL RETIENE “suficiente información” para que tú puedas continuar confiando en Su guía. Tu respuesta afectará lo que Dios haga después en tu vida. A cada tarea que Dios me daba, Él me facultaba para que pudiera hacer lo que me había pedido.

Y POR ÚLTIMO…

Santiago 4:17 dice, El que sabe hacer lo bueno, y no lo hace, comete pecado. Nunca es poca cosa saber la voluntad de Dios, Y NO HACERLA. ¡Dios llama a esto pecado! Podemos dar excusas por nuestra falta de obediencia: “Lo haré más tarde”. “No pienso que esto cambie las cosas”. “No está a mi alcance”.

Racionalizamos… procrastinamos… Pero en los ojos de Dios, la racionalización y la procrastinación no son otra cosa que desobediencia. A veces, nos engañamos a nosotras mismas pensando, que las buenas intenciones son lo mismo que las acciones obedientes. ¡NO! ¡No lo son! Una buena intención, sin la acción necesaria, es desobediencia.

El llamado de Dios no es “a que te decidas hacer algo”, ¡sino a que obedezcas! ¡Decidir obedecer no es lo mismo… que obedecer! AFIRMAR EN VOZ ALTA QUE NECESITAS OBEDECER, no es lo mismo que obedecer. Jesús dijo en Lucas 6:46, ¿Por qué me llaman ustedes “Señor, Señor”, y no hacen lo que les mando hacer?

Haciendo compromisos, aun en público, no es lo mismo que obedecer a nuestro Señor. Hacer buenas obras, no es un substituto a la obediencia. Dios le dijo al Rey Saúl que esperara hasta que el profeta Samuel llegara. Y en vez de esperar, Saúl tomó el asunto en sus manos, y ofreció un sacrificio.

Saúl descubrió, para su pesar, que otros actos de supuesta piedad no pueden tomar el lugar de la obediencia – el lugar de un claro mandato de Dios. 1 Samuel 15:22 dice, Entiende que obedecer al Señor es mejor que ofrecerle sacrificios…

¿Hay algún mandato que Dios te ha dado, que no has obedecido? Obedece esa Palabra ahorita y observa el plan perfecto de Dios desarrollarse paso a paso en tu vida.