1 Juan 1:4 dice, “Les escribimos estas cosas, para que el gozo de ustedes sea completo.”

¿Por qué es que el apóstol Juan escribe acerca del tema de la comunión? PARA QUE NUESTRO GOZO SEA COMPLETO. Juan se da cuenta que el mundo no es capaz de dar “gozo verdadero y duradero al corazón humano.

Este gozo solo puede venir de una relación verdadera con el Señor. Cuando una persona está en comunión con Dios, y con el Señor Jesucristo, siente un gozo tan profundo, que no se inquieta con ninguna circunstancia terrenal.

Fuera de una relación con Jesucristo, no podemos vivir vidas que se caractericen por la verdad, la justicia y el amor. La sabiduría de Sócrates, Aristóteles, Plato, Confucio, y Buda, contiene muchos consejos para vivir, que podemos encontrar en el Nuevo Testamento. En otras palabras, si todo lo que necesitas es un buen consejo, no necesitas la Biblia.

Tú puedes recibir cualquier cantidad de buenos consejos de estos, y otros filósofos y líderes religiosos, -- pero lo que estos líderes y filósofos no te pueden dar es EL PODER PARA VIVIR su buen consejo. Este mundo ofrece muchos buenos consejos – pero EL PODER, que nos capacita para hacer lo que debemos de hacer, ¡ESTÁ BIEN ESCASO!

Tener comunión con nuestro Señor Jesucristo nos da el poder para vivir el consejo, que Él nos da. Pablo escribió en Colosenses 1:27,“Cristo en ustedes, la esperanza de gloria.” La presencia interior de Jesús en nosotras, que es la relación más íntima que el ser humano puede experimentar, nos da el poder para vivir los preceptos de nuestra fe.

El apóstol Juan nunca dejaba de maravillarse de la relación que había gozado con su Señor. Lo abrumaba saber, que en un momento dado en la historia, el Dios del universo había escogido tener comunión con él, un simple pescador.

Juan estaba tan lleno de alegría, que él quería seriamente compartir esta alegría con otros para que ellos,a su vez, pudieran experimentar esa misma alegría. Y a pesar de que Juan solo usa la palabra gozo una SOLA vez, la idea del gozo rebosa a través de toda su carta.

El gozo no es algo que fabricamos por nosotras mismas. El gozo es el derivado maravilloso de nuestra comunión con Dios. David conocía del gozo, QUE JUAN MENCIONA AQUÍ. En el Salmo 16:11 David dice, “Con tu presencia me llenas de alegría.”

Básicamente, es el pecado la causa de la tristeza, que abruma a nuestro mundo de hoy. El pecado promete alegría, pero siempre produce pena. Los placeres del pecado son temporales. Los placeres de Dios son para siempre.

La verdadera vida produce un gozo que es real – no es un substituto cualquiera. Jesús dijo la noche antes de ser crucificado, en Juan 16:22,“Y nadie les arrebatará su alegría.” Y en Juan 15:11 dijo, “Estas cosas les he hablado, para que Mi gozo esté en ustedes, y su gozo sea completo.”

Juan estaba muy consciente del mundo tan negro y peligroso en que estaba viviendo. Las más terribles persecuciones estaban atacando a la iglesia -- por fuera, y las persuasiones más heréticas, la estaban corrompiendo -- por dentro.

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Y Juan se acordaba perfectamente de lo que le había pasado a Pedro cuando éste salió a caminar sobre el mar hacia Jesús. Cuando Pedro quitó su vista del Señor, escuchen bien, ¡CUANDO PEDRO QUITÓ SU VISTA DEL SEÑOR!, se abrumó con todos los peligros a su alrededor, y se hubiera hundido bajo las feroces olas, y ahogado, si no fuera por Jesús.

Todas aquellas cosas, que nos amenazan, están bajo el control de Jesús. No importa la circunstancia que te esté amenazando, mantén tu vista en el Padre y en el Hijo, y tu gozo será completo.

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Habacuc 3:17-18 dice, “Aunque todavía no florece la higuera, ni hay uvas en los viñedos, ni hay tampoco aceitunas en los olivos, ni los campos han rendido sus cosechas; aunque no hay ovejas en los rediles ni vacas en los corrales, 18 Yo me alegro por ti, Señor; ¡me regocijo en ti, Dios de mi salvación!”

Hay momentos en que parece que todo alrededor tuyo se está desmoronando. Tus inversiones te pueden fallar. La gente a quien le ministras te puede desilusionar. El negocio o carrera que estás luchando por edificar, puede venirse abajo.

Estos tiempos, por muy difíciles que sean, son oportunidades de “hacer un alto” y examinar lo que es realmente importante para ti. Habacuc presenció la caída de casi todo lo que era importante para él. A pesar de las perdidas, fracasos, y desilusiones, él pudo distinguir entre lo que era precioso para él, y lo que era transitorio y vacío.

Él llegó al punto en que pudo decir, sinceramente, que si todo alrededor suyo fallaba, él todavía se regocijaría en Dios. Si la higuera no daba fruto. Si la viña no producía uvas. Si las ovejas y las vacas dejaban de reproducir, él todavía se gozaría en su Dios, y lo alabaría.

Su alabanza no le vendría fácilmente, a lo que veía todo desmoronarse, pero él alabaría a su Dios igual. Habacuc no podía hacer que los árboles de higos produjeran higos. Ni podía controlar la productividad del ganado. Pero él podía controlar su forma de responderle a Dios. Habacuc escogió gozarse en su Dios, ¡y alabarlo!

Tu gozo, como cristiana, no debería depender de tus circunstancias. El gozo viene de Dios, así que no puede ser afectado por lo que sucede fuera de ti. Y no dejes que las acciones de otros determinen tu gozo. El verdadero gozo viene de saber que Dios mismo vive en ti, que Él tiene comunión contigo, a pesar de tu condición o circunstancia.

El gozo verdadero es saber que un Dios santo te ha perdonado completamente por cada pecado. Y aun ahora, Él está preparando un hogar en el cielo donde podrás pasar la eternidad con El. ¡Las circunstancias de tu vida no pueden cambiar estas verdades!

¿Se están desmoronando las cosas alrededor tuyo? Tú puedes gozarte de tu Dios, ¡y alabarlo! Tu alabanza no depende del éxito de tus esfuerzos, sino de la naturaleza de Dios, y Su amor y fidelidad por ti.

¡No dejes que los eventos difíciles te quiten EL GOZO de saber que eres hija de Dios!